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martes, 11 de octubre de 2011

Tipos de edades

Todos los seres vivos nacen, crecen, maduran, envejecen y, finalmente, mueren. Ante este proceso, los humanos y demás seres, somos iguales. Pero no todos vivimos la misma cantidad de años. Algún solo viven unos minutos, como la efímera, otros no llegan a las 24 horas, en el caso de algunos protozoos unicelulares y, otras alcanzan los 130 años, como la tortuga de Carolina.

No hay una fecha exacta de longividad, pero en los seres humanos, el máximo de vida, marcado genéticamente, está situado alrededor de los 120 años. Aunque son muy pocos los que han llegado a estas edades, pero los que lo han logrado han vivido con buena salud casi hasta los últimos días de sus vidas.

En el ser humano, a parte de la edad cronológica, distinguimos diferentes tipos de edades. Esta distinción se resume en que la edad cronológica no se corresponde con la edad biológica.

1. Edad cronológica
Es la edad del individuo en función del tiempo transcurrido desde el nacimiento. Es por tanto la edad en años. Criterio administrativo de gran relevancia que marca hechos importantes en nuestra vida como, la mayoría de edad para los jóvenes o, la jubilación para las personas mayores. Tiene por tanto un valor social o legal más que biológico. El tiempo en sí no tiene ningún efecto sobre el envejecimiento, sino que los cambios ocurren asociado al tiempo.

2. Edad biológica
Es la edad real de nuestro cuerpo, de los órganos, de los tejidos, de las células. Se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos comparados con patrones estándar para una edad. Es por tanto un concepto fisiológico. Su conocimiento científico nos dará información sobre nuestro envejecimiento real.

Mientras que la edad cronológica no depende de factores externos, la edad biológica si. Además de nuestra genética, tiene que ver mucho con nuestro estilo de vida y, será menor o mayor, si llevamos: adecuada alimentación y nutrición, ejercicio y actividades físicas, bienestar emocional, estimulación cognitiva, eliminar el consumo de alcohol y de tabaco, uso adecuado de medicamento, seguridad vial y prevención de caídas. Así, como el control de enfermedades que se pueden prevenir y/o evitar.

Las personas con una edad biológica inferior a la cronológica corren un menor riesgo de mortalidad y de sufrir enfermedades relacionadas con la edad. Y, al contrario, si la edad biológica es mayor, el riesgo también es mayor.

Es fácil entender, cuando vemos a alguien que parece más joven de lo que realmente es por su edad cronológica, que el envejecimiento no es el mismo para todos. Tiene distinto ritmo en unos individuos y otros. Es más, cada uno de nuestros tejidos, órganos y sistemas envejecen a ritmo diferente. Esto hace que nuestra edad biológica solo podría entenderse como un promedio de cada uno de estos elementos. Esta heterogeneidad, incluso en un solo individuo, hace difícil la medición de la edad biológica.

3. Edad psicológica
Es la que define la vejez en función de los cambios cognitivos, emocionales y de personalidad a lo largo del ciclo vital. El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizaje, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivo-valorativas del presente, pasado y futuro, así como crecimiento personal). Este tipo de edad, está muy relacionada con la edad subjetiva, la que tienes según te sientes.

4. Edad social
Se mide por la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenece y la utilidad social. Estimación que varía según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo "viejo-sabio"/"viejo inútil".

5. Edad funcional

Al conjunto de las edades biológica, psicológica y social se le conoce con el nombre de edad funcional. La persona es capaz de realizar una vida autónoma (mantiene su capacidad de decisión) e independiente (no necesita de una persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), las instrumentales (AIVD), las de relación y sociales (AAVD). Para lo cual es necesario mantener unos niveles razonables de capacidad física y mental. Es esta edad la que puede definir una calidad de vida satisfactoria y por tanto un envejecer saludable. La salud en la persona mayor, como mejor se mide, es en termino de función (OMS,1959).
 
Fuente:
- Varios Autores (2011). Inmserso, Madrid. Envejecimiento Activo. http://envejecimiento.csic.es
/documentos/documentos/imserso-libroblancoenvejecimientoactivo-01.pdf
- The public health aspects of the aging of de population. Copenhague: WHO, 1959.
- Moragas, R., (2004). Gerontología Social. Barcelona, España: Editorial Herder.

domingo, 9 de octubre de 2011

La autoayuda en la depresión. Algunos consejos

Los trastornos depresivos hacen que quienes los padece se sienta agotado, inútil, desesperanzado y desamparado. Esas maneras negativas de pensar y sentirse hacen que las personas quieran darse por vencidas. Es muy importante saber que esta manera negativa de ver las cosas es parte de la depresión.
 
Estas son distorsiones que, por lo general, no se basan en hechos o circunstancias reales. Las ideas negativas desaparecerán cuando el tratamiento empieza a hacer efecto. Mientras esto ocurre podemos hacer lo siguiente: 
  • Fíjese metas y objetivos realistas, teneindo en cuenta la depresión, y no trate de asumir una cantidad excesiva de responsabilidades, no lo abarque todo al mismo tiempo.
  • Divida las metas en partes pequeñas, establezca prioridade, distiga lo urgente de lo importante y haga lo que pueda cuando pueda.
  • Es mejor estar acompañado y de confiar en alguna persona, familiar, amigo; hablar es bueno.  Deje que sus familiares y amigos le ayuden.
  • Intente hacer actividades que le gusten, le ayudaran sentirse mejor.
  • Haga algún ejercicio moderado, actividades recreativas, vea el deporte que le guste, vaya al cine o participe en otras actividades lúdicas, religiosas, sociales o de cualquier tipo. Todo eso le ayudará.
  • No espere que su estado de ánimo mejore de inmediato, lo hará gradualmente. Se necesita tiempo para sentirse mejor.
  • No tome decisiones importante hasta que mejore. Antes de hacer cambios muy importantes, como cambiar de trabajo, casarse o divorciarse, consulte con personas que lo conozcan bien y tengan una visión más objetiva de su situación.
  • No se sale de una de presión de pronto, eso si, se sentirá mejor cada día, conforme el tratamiento avance.
Recuerde, ideas o pensamientos positivos (lo que llamamos patrones positivos de pensamiento) iran reemplazando los pensamientos negativos que son parte de la depresión. Los patrones negativos van a desaparecer cuando su depresión responda al tratamiento.

Los cuidados paliativos

1. Concepto de enfermedad terminal

Una enfermedad terminal es la que se encuentra en el último estadio de su evolución y a la que sucederá la muerte de la persona en un plazo relativamente corto, unos seis meses.

La enfermedad terminal puede presentarse a cualquier edad, pero es en geriatría en donde con más frecuencia aparecen situaciones irreversibles que llevan a la muerte.

Los cuidados paliativos es la atención en el proceso de morir. Tanto la agonía como la muerte implican procesos de adaptación singulares para la persona, su familia y los cuidadores. Morir es un acto individual pero muy condicionado por las peculiaridades de la persona y de su entorno (valores, creencias, experiencias vitales, …). Como se afronte la propia muerte conduce a la aceptación o no de la misma, donde la personalidad del individuo y los cuidados integrales tiene una importante relevancia.

Los pacientes con enfermedad terminal son subsidiarios de recibir cuidados paliativos. Los pacientes que pueden formar parte de un plan de cuidados paliativos se dividen en: oncológicos y no oncológicos.

2. Los cuidados paliativos

2.1 La atención paliativa

Se habla de atención o cuidados paliativos cuando se establece un programa de tratamiento cuyo objetivo es mantener o mejorar las condiciones de vida de los pacientes mejorando su calidad de vida,  cuando estos no responden a ningún tratamiento curativo, manteniendo el bienestar y la dignidad, ante la muerte.

La Organización  Mundial de la salud (OMS) indica las finalidades de estos cuidados:
  • Calma el dolor.
  • Controlar los síntomas.
  • Apoyo psicológico, social y espiritual.
  • Mantener la vida, reafirmando su importancia, pero sin alargarla ni acortarla.
  • Apoyar a la familia durante el proceso terminal y el duelo.
 Se sigue el viejo concepto hipocrático de “alivia si no puede curar”.

La OMS define los cuidados paliativos como el cuidado integral y activo de los pacientes cuya enfermedad no responde a tratamientos curativos.

 2.2 La valoración del paciente terminal

La valoración del paciente con enfermedad terminal consiste en el análisis de la situación del paciente a partir del uso de diferentes instrumentos de valoración y de la realización de una historia clínica completa.

Dada la prevalencia de pacientes de enfermedad terminal entre los ancianos, se detalla la Valoración Geriátrica Integral (VGI), ya estudia en el capitulo de ancianos.

2.3 Objetivos de los cuidados paliativos

Se agrupan en:

1. Bienestar físico: abarca el tratamiento y cuidados de:
  • Dolor
  • Nutrición e hidratación
  • Disnea
  • Náuseas
  • Fatiga
  • Incontinencia y problemas intestinales
 2. Bienestar psicológico: atiende a:
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Delirio
  • Intranquilidad
  • Agitación

3. Bienestar social: implican a los familiares y profesionales sanitarios.

4. Bienestar espiritual: incluye la fe en la religión en la que crea y practique el paciente. También la incertidumbre, la esperanza y la búsqueda de sentido.

3. Cuidados del paciente terminal

3.1 Cuidados físicos

Comprenden todos los procedimientos de enfermería derivados de las necesidades del paciente.

Los síntomas más frecuentes en los pacientes en fase terminal son:
  • Dolor
  • Anorexia
  • Sequedad de la boca/mal aliento/lesiones bucales.
  • Disnea
  • Estreñimiento
  • Insomnio
  • Úlceras cutáneas
  • Confusión
  • Náuseas y vómitos
  • Caquexia
  • Ansiedad, depresión, angustia y temor.
  • Situación agónica.
  1. Higiene e imagen
  • Mantener la piel limpia e hidratada.
  • Cuidar la limpieza de la cama.
  • Cuidados frecuentes de ojo, boca, pies, etc.
  • Estimularle a mantener buen aspecto respecto del vestido, el peinado, etc.

2. Alimentación
  • Adaptada a los gustos y preferencias del paciente. Darle alimentos apetecibles.
  • Mantener el aporte de líquido.
  • Fraccionar las comidas en tomas más frecuentes, en el número y horario que desee la persona.
  • No forzar la gestión.
  • Las dietas blandas son mejor aceptadas.
  • No olvidar los cuidados de la boca.
3. Eliminación
  • Favorecer la intimidad en las eliminaciones.
  • Colaborar en la eliminación de fecalomas.
  • Emplear los dispositivos más apropiados en caso de incontinencia para mantener a la persona seca.
  • Observar la regularidad en las eliminaciones.

4. Movilización
  • Estimular la movilización fuera de la cama, según posibilidades y deseos del paciente.
  • Paseos cortos.
  • Movilizaciones activas o pasivas.
 5. Descanso y sueño
  • Facilitar el descanso en la noche y la actividad durante el día.
  • Aplicar técnicas de relajación u otras actividades que favorezcan el reposo.
  • Cuidar el entorno: ventilación, eliminar ruidos ambientales, apagar luces, observar la temperatura, etc.
 6. Dolor
  • Aplicar el tratamiento farmacológico prescrito y atender los posibles efectos secundarios de los analgésicos.
  • Otras medidas de alivios: masajes, frío o calor, relajación, etc.
  • Necesidades ambientales: procurarle compañía, afecto, distraer, etc.

7. Otros
  • Atender síntomas concretos: disnea, secreciones, vómitos, etc.
  • Actividades asistenciales habituales: constantes vitales, administración de fármacos prescritos, cuidados de catéteres, bolsa de diuresis, sondas, comunicarse y escuchar al paciente, etc.
 3.2 Cuidados psicológicos

La disposición para comunicarse con el paciente es fundamental, especialmente la comunicación no verbal (gestos, postura corporal, distancia, contacto físico, etc.) y la verbal.
Hay que tener una actitud de empatía y comprensión. Y, la actitud de escucha es muy importante.

1. Los objetivos de la comunicación son:
  • Disminuir temores.
  • Disminuir la ansiedad.
  • Acompañar.
  • Consolar.
  • Mantener o mejorar el bienestar.
  • Favorecer el tránsito en este proceso.
 Promover actividades de ocio y encuentro con familiares y amigos.
La espiritualidad y la religiosidad cobran una especial relevancia en estos momentos. Si el paciente lo demanda, se le facilitará atención espiritual.

Deben aceptarse las diferentes manifestaciones emocionales del paciente y de sus familiares en relación con la pérdida inminente.

2. Las etapas del duelo

Según la Kubbler Ross, las etapas del duelo por las que pasan estos pacientes se manifiesta tanto el paciente ante la vivencia de su muerte, como en las familias, tras la pérdida. Etapas:
  • De negación: el paciente niega la enfermedad que el médico le ha trasmitido con el diagnóstico y también niega la idea de la muerte.

  • De ira: Fase de protesta, resentimiento, rabia e ira, cuando el paciente se da cuenta que su enfermedad progresa y no se cura. Por qué le sucede a el, y proyecta la ira en su entorno.

  • De negociación o pacto: va aceptando la idea de la muerte, pero está dispuesto a cualquier cosa si el médico o Dios le cura y le “salva” de esa situación. Busca el último recurso posible.
  • De depresión: aparece cuando se da cuenta de la evidencia de su próxima muerte. Relacionada con la pérdida de la esperanza.

  • De aceptación: Aparece en el momento final de la vida, cuando se entrega y deja de luchar. La acompaña una profunda tristeza y de un deseo de paz y tranquilidad. Fase desprovista de sentimientos, sin interés por el exterior.

3. Actitudes respecto a cada fase ( según la autora)
  • En la negación: tiene importancia la información, del tiempo que tenga para el duelo y de cómo afronte las situaciones de tensión.
  • En la ira: “un ser humano al que se respete y se le comprenda,…”
  • En la de pacto: el paciente nom suele compartirla y dura poco tiempo.

  • En la de depresión: al principio necesita compartir la su angustia y ser escuchado. Después, ya  no necesitará la palabra.
  • En la de aceptación: no es una fase feliz, necesita que le dejen solo, que no lo agiten.  Puede necesitar el contacto de una mano y el silencio en compañía. La familia es la que más ayuda necesita.

La información del diagnóstico y el pronóstico al paciente se respetará el deseo del paciente. Es un tema muy complejo. A veces se establece una “conspiración del silencio” en la que el personal, los familiares y el propio paciente evitan hablar del tema.

domingo, 2 de octubre de 2011

Alimentación y ejercicio

A. La alimentación
La alimentación (el comer y beber) es una necesidad fisiológica básica, que dependiendo de nuestros hábitos alimenticios construye o destruye salud día a día. Una sobrealimentación, es decir un aumento continuado en la ingesta puede desembocar en un síndrome metabólico, con obesidad, HTA, colesterol alto, diabetes… con peligro elevado de enfermedad cardiovascular. Por el contrario una malnutrición puede llevar también a numerosos problemas de salud. Así, que lo ideal sería una alimentación óptima, cosa nada fácil de conseguir, la calidad de la alimentación depende de factores: sociales, económicos, culturales, geográficos, religiosos entre otros.

Hay que distinguir entre alimentación y nutrición. Se llama alimentación al acto de proporcionar al cuerpo alimentos e ingerirlos para su mantenimiento. Es un proceso voluntario y consciente, por tanto esta en nuestras manos modificarlo, mediante el aprendizaje de hábitos alimentarios saludables.

La nutrición es el conjunto de procesos metabólicos mediante los cuales el organismo recibe, transforma e incorpora los nutrientes contenidos en los alimentos, para obtener energía, construir y reparar las estructuras orgánicas, y regular procesos metabólicos. La nutrición es un proceso involuntario e inconsciente que depende de procesos corporales como la digestión, la absorción y el transporte de los nutrientes de los alimentos hasta los tejidos.

El estado de salud de una persona depende de la calidad de la nutrición de las células que constituyen sus tejidos. Puesto que es bastante difícil actuar voluntariamente en los procesos de nutrición, si queremos mejorar nuestro estado nutricional sólo podemos hacerlo teniendo hábitos alimentarios saludables.

Para llevar a cabo todos los procesos que nos permiten estar vivos, el organismo humano necesita un suministro continuo de materiales que debemos ingerir: los nutrientes.
Sin embargo, estos nutrientes no se ingieren directamente, sino que forman parte de los alimentos. Se puede hacer una primera distinción entre los componentes de cualquier alimento en base a las cantidades en que están presentes: los llamados macronutrientes, que son los que ocupan la mayor proporción de los alimentos, y los llamados micronutrientes, que sólo están presentes en pequeñísimas cantidades.

Los macronutrientes son las proteínas, glúcidos (o hidratos de carbono) y lípidos (o grasas). También se podría incluir a la fibra y al agua, que están presentes en cantidades considerables en la mayoría de los alimentos, pero como no aportan calorías no suelen considerarse nutrientes.

Entre los micronutrientes se encuentran las vitaminas y los minerales. Son imprescindibles para el mantenimiento de la vida, a pesar de que las cantidades que necesitamos se miden en milésimas, o incluso millonésimas de gramo (oligoelementos).

Otra clasificación es la de los nutrientes en cuanto a la función que realizan en el metabolismo. Un primer grupo lo forman aquellos compuestos que se usan normalmente como combustible celular. Se les llama nutrientes energéticos y prácticamente coinciden con el grupo de los macronutrientes. De ellos se obtiene energía al oxidarlos "quemarlos" en el interior de las células con el oxígeno que transporta la sangre. La mayor parte de los nutrientes que ingerimos se utiliza con estos fines.

Un segundo grupo está formado por los nutrientes que utilizamos para construir y regenerar nuestro propio cuerpo. Son los llamados nutrientes plásticos y pertenecen, la mayor parte, al grupo de las proteínas, aunque también se utilizan pequeñas cantidades de otros tipos de nutrientes.

Un tercer grupo se compone de todos aquellos nutrientes cuya función es facilitar y controlar las funciones bioquímicas que tienen lugar en el interior de los seres vivos. Este grupo está constituido por las vitaminas y los minerales, de los que se dice que tienen funciones de regulación. Por último, habría que considerar al agua, que actúa como disolvente de otras sustancias, participa en las reacciones químicas más vitales y, además, es el medio de eliminación de los productos de desecho del organismo.

El valor energético de los alimentos se mide en calorías, que es la cantidad de calor necesario para aumentar en un grado la temperatura de un gramo de agua. Como su valor resulta muy pequeño, en dietética se toma como medida la kilocaloría (1 Kcal. = 1.000 calorías). A veces –y erróneamente, por cierto–, a las kilocalorías también se las llama Calorías (con mayúscula). Cuando oigamos decir que un alimento tiene 100 Calorías, en realidad debemos interpretar que dicho alimento tiene 100 kilocalorías por cada 100 gr. de peso.

Cada grupo de nutrientes energéticos –glúcidos, lípidos o proteínas– tiene un valor calórico diferente y más o menos uniforme en cada grupo. Para facilitar los cálculos del valor energético de los alimentos se toman unos valores estándar para cada grupo: un gramo de glúcidos o de proteínas libera al quemarse unas cuatro calorías, mientras que un gramo de grasa produce nueve. De ahí que los alimentos ricos en grasa tengan un contenido energético mucho mayor que los formados por glúcidos o proteínas. De hecho, toda la energía que acumulamos en el organismo como reserva a largo plazo se almacena en forma de grasas.

B. Algunos consejos prácticos para una alimentación saludable y ejercicio.

1. Condiciones de una alimentación saludable:
  • Completa, porque contiene todos los grupos de alimentos que, en combinación, aportan todos los nutrientes necesarios.
  • Equilibrada, porque incorpora cantidades apropiadas de alimentos, pero sin excesos.
  • Suficiente, porque cubre las necesidades del organismo para permitir el crecimiento y el desarrollo en los niños y mantener el peso corporal en los límites aconsejables en adultos.
  • Variada, porque proporciona los aportes necesarios de vitaminas y minerales, al incluir diferentes grupos de alimentos.
  • Adecuada a las características del individuo y a sus circunstancias, como la edad, el sexo, la complexión corporal, la actividad física y la historia clínica de cada persona, así como los hábitos alimentarios, el estilo de vida, la situación socioeconómica, el lugar de residencia y la época del año.
2. Haz 5 comidas al día: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. De esa forma se evita el picoteo entre comidas y disminuye el riesgo de engordar.

4. Una alimentación rica en lácteos es fundamental para prevenir la osteoporosis. Los desnatados son igual de efectivos. Si no te gustan o no puedes tomar lácteos, hay otros muchos alimentos recomendables como almendras, salmón, sardinas, legumbres, cereales y tofu entre otros.

5. No te dejes engañar por las dietas milagro y consejos alimenticios que oigas de personas no especializadas. Asesórate siempre por tu médico o por el especialista en nutrición si debes perder peso.

6. Practica ejercicio físico todos los días, al menos una hora y realízalo a una intensidad moderada. No es necesario que esa hora de ejercicio sea seguida, es igual de efectivo que al final del día sumes 60 minutos realizando ejercicio en bloques de no menos de 10 minutos.

7. Elije la actividad física más adecuada a tu edad, condición física y entorno. No es mejor para tu salud estar agotado al finalizar una actividad física. Incluso puede ser peligroso.

8. La práctica de actividad física regular como caminar, trotar, senderismo,...ayudan a prevenir la atrofia muscular, el aumento de peso graso y la ostoporosis.

9. Haz ejercicio cuando te sientas bien, no lo hagas si tienes fiebre, gripe o enfermedad aguda. Cuando haga calor, haz ejercicio a un ritmo más moderado de lo habitual y, sobre todo, elige los momentos más frescos del día.

10. El ejercicio físico regular moderado y una alimentación saludable son los pilares básicos en la prevención y tratamiento de enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo2, las enfermedades cardiovaculares y la osteoporosis.

Además:
  • Coma alimentos reales y a ser posible de cercanía.
  • Aumente la ingesta de fibra, con legumbres y verduras.
  • Coma al menos, tres frutas y dos verduras al día.
  • Reduzca las grasas animales. Utilice aceite vegetales, principalmente de oliva.
  • Coma embutidos y ahumados de menera ocasional.
  • Elimine las bebidas de alta graduación. Y vino o la cerveza muy poco, una de copita  o botellín al día.
  • No fume.
  • Hay que hacer lo posible por comer las frutas y las verduras crudas.
  • Los adultos deben comer diariamente 30 grs. de fibra al día.
  • Se debe tomar suficiente líquido: aproximadamente 8 vasos al día.
  • Modere el consumo de sal en las comidas
  • Mantenga un peso de acuerdo a la complexión y estatura.
  • Evite el exceso de azúcar. 
No olvide que la aliamentación sana y el ejerció adecuado y regular, son determinantes para un envejecimiento saludable y activo que reducen el riesgo de pedecer enfermedades y, por tanto, contribuyen a prevenir la dependencia.

Fuentes:
-FAO (Organización de las Naciones Unidads para la agricultura y la Alimentación)
-OMS (Organización Mudial de la salud)
-SENC (Sociedad Española de Alimentación Comunitaria)
-SEGG (Sociedad Española de geriatría y Gerontología)