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jueves, 14 de octubre de 2021

Edadismo y leguaje

El edadismo, un término que comprende los estereotipos, los prejuicios y la discriminación que ejercen unas personas sobre otras por su edad. Esta dinámica de exclusión afecta tanto a los mayores como a los jóvenes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que esta discriminación está cada vez más extendida: una de cada dos personas en el mundo es edadista contra las personas mayores, según el Informe mundial sobre el edadismo (OMS, 2021).


Términos como "nuestros mayores", anuncios de cremas “antienvejecimiento". Mayores aislados durante la pandemia Covid-19, son diferente formas de edadismo.

Los medios de comunicación, los públicos también, utilizan un lenguaje edadista sobre las personas mayores, que durante los meses más duro de la pandemia por Covid-19, se puso de manifiesto con más intensidad que nunca.


Numerosos filósofos del lenguaje afirman que las palabras son capaces de configurar nuestros pensamientos. En este sentido, Wittgenstein nos recuerda que el significado de las palabras depende de su uso y de cómo se aplique en cada caso. Grice afirma que somos los hablantes los que damos significados a las palabras a partir del concepto de intención comunicativa. Lo que significan las palabras es lo que nosotros queramos que signifiquen y este significado depende siempre de la intención que pone en comunicante.


Entonces ¿Por qué? Palabras como "viejo", "anciano", "frajil", "dependiente", "vulnerable",... Expresiones como "nuestros mayores", "nuestros ancianos" "anciano enfermo", "anciano fragil", "nuestros abuelos", "residencias de ancianos" , "centros geriátricos... y Frases como "se ha incendiado un piso donde vivían dos personas, una anciana de 87 y un anciano 93, años respectivamente.", "Por primera vez un anciano de 90 años sube al Everest ",... Son edadistas.


Porque en nuestra cultura asociamos a las mismas un significado peyorativo relacionado con lo viejo, lo inútil, lo inservible, la incapacidad, la fragilidad, la indefensión, la incapacidad o la dependencia. Todas estas palabras y expresiones fomentan las actitudes paternalistas, la desigualdad, la discriminación  y la infantilización de las personas mayores quitándole su heterogeneidad, su valía y capacidad. La utilización de este tipo de lenguaje acaba en una visón vulnerable, condescendiente  y paternalista por la edad. 

"El lenguaje tiene una influencia determinante en conductas y creencias sociales. Por eso, es importante la comunicación de estas informaciones con los términos adecuados, reales y no estereotipados. Por ejemplo, es más positivo el término Personas Mayores (que además es una denominación inclusiva). No son recomendables los términos ancianos/as, viejos/as o abuelos/as y mucho menos sus diminutivos (ancianitos/as, viejecitos/as o abuelitos/as). Ni todos las personas mayores son abuelos/as, ni todos los abuelos/as son personas mayores. Si se les pregunta a ellas, es frecuente que contesten que no les gusta el término Nuestros Mayores que indica posesión o paternalismo. Son preferibles las fórmulas “Personas Mayores” o “Adultos Mayores” de nuestra sociedad" (Guía de la SEGG para los medios de comunicación sobre el tratamiento de la información y la imagen de los mayores, 2021).

En mi opinión, no sólo tenemos que usar un lenguaje no edadista, sino cambiar la actitud y la imagen que tenemos de las personas mayores. Si seguimos pensando que una personal mayor, no puede hacer, pensar o sentir ciertas "cosas" por razón de edad no avanzaremos. Si seguimos pensando, que si se enamora "es un viejo verde", que si sale a una hora determinada "a dónde irá estas horas", que si lo roba es porque es vulnerable,.. no habremos cambiados nada.

Bibliografía:
  1. OMS (2021). Informe Mundial sobre el edadismo 2021. https://www.who.int/es/teams/social-determinants-of-health/demographic-change-and-healthy-ageing/combatting-ageism/global-report-on-ageismNo
  2. SEGG (2021) Guía de la SEGG para los medios de comunicación sobre el tratamiento de la información y la imagen de los mayores 2021.  https://www.segg.es/media/descargas/5GUIASEGGPARAMEDIOS.pdf
  3. LOSADA BALTAR, Andrés (2004).”Edadismo: consecuencias de los estereotipos, del prejuicio y la discriminación en la atención a las personas mayores. Algunas pautas para la intervención”. Madrid, Portal Mayores, Informes Portal Mayores, nº 14. [Fecha de publicación: 28/02/2004]. 

martes, 28 de septiembre de 2021

Las personas mayores son diversas

La heterogeneidad de las personas mayores
Los datos del padrón continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que en España hay 47.344.649 personas, de los cuales, 9.307.571 son personas mayores de 65 años que representan el 19,7 por ciento de la población. Los mayores de 80 y 90 años son el 6,09 y 1,22 por ciento respectivamente. Y el 0,03 por ciento son centenarios.

Si bien es cierto que la pandemia ha provocado el primer descenso de la población de los últimos cuatro años, con 106.146 personas menos en 2020, los mayores de 65 años no ha dejado de crecer. Las cifras reflejan con claridad que, a pesar del exceso de mortalidad causado por la Covid y de la especial incidencia de la enfermedad sobre las personas mayores, la estructura de la pirámide de población no varía porque el fenómeno del envejecimiento es más potente estadísticamente que la pandemia.

El envejecimiento es un proceso fisiológico progresivo, universal e irreversible. Determinado por factores genéticos, psicológicos y sociales, condicionado decisivamente por factores externos como la alimentación, los hábitos tóxicos, la falta de ejercicio, enfermedades crónicas, entre otros. Es decir, es un proceso multifactorial, que además es heterogéneo, individual y asincrónico. Cada especie tiene una velocidad característica de envejecimiento, pero la velocidad de declinación funcional varía enormemente de individuo a individuo, y de órgano a órgano dentro de la misma persona.
Así, no todos envejecemos igual, es como si el tiempo pasara de manera diferente para cada uno de nosotros. Hay personas de edades avanzadas que parecen más jóvenes, en su comportamiento o en su aspecto, o en ambos a la vez. Y, por el contrario, conocemos a personas que aparentan todo lo contario.

La esperanza de vida no aumenta sólo al nacer. Las personas que llegan a los 65 años también continúan viviendo cada vez más años. Un equipo formado por investigadores del Instituto Nacional de Estadística (INE), del Instituto de Salud Carlos III y del departamento de Población (CSIC) ha estudiado el tiempo que le queda por vivir a las personas, según su edad y sexo, con las actuales condiciones de mortalidad. El resultado es que a partir de los 65 años hay probabilidades de vivir 10, 20 o 30 años más.

El envejecimiento normal no condiciona la capacidad funcional y la salud de las personas mayores, sino los distintos factores que influyen en él, incluido las enfermedades crónicas. Es lo que se conoce como envejecimiento patológico.

No hay una edad cronológica determinada que convierta a una persona, en una persona mayor. Tradicionalmente, la edad de 65 años se considera como el comienzo de la vejez. Pero el motivo de esta consideración no se fundamenta en la biología, sino en aspectos sociohistóricos.

Cada persona mayor es el resultado de la interacción de una dimensión biológica, psicológica, social y espiritual. Precisamente de esta interacción nace la complejidad y genera la heterogeneidad.

Decir que una persona es mayor a partir de los 65 años, ha quedado desfasado. Es evidente, que no se pueden considerar como iguales una persona de 65 con otra de 80 o 90 años. Pertenecen grupos distintos que han vividos acontecimientos históricos diversos.

A día de hoy, para los expertos, la definición de que el mayor es una persona de 65 años o más, está obsoleta. "No hay una persona mayor típica". Es necesario redefinir este concepto, porque no importa si la persona tiene 65 años o más, lo importante es que está en una etapa vital que se prolongará muchos años y en unas condiciones físicas y psíquicas que le permiten asumir roles y actividades prácticamente iguales a otros grupos etarios.

La manera de informar de las personas mayores
Como vemos las personas mayores forman un grupo muy heterogéneo, siendo más diversos que cualquier otro grupo de edad, y sin embargo, se las considera a todas iguales y con una imagen generalmente negativa.

Por otra parte, las personas mayores son vistas más como receptoras de todo tipo de ayuda, cuidados y apoyo económico, que como cuidadoras de otras personas y donantes de su tiempo, conocimientos, apoyo emocional, material y económico a la familia y a la sociedad.

Hay que trasmitir, porque es una evidencia, que la mayoría de las personas con 60, 70, 80 o muchos más, pueden llevar una vida plena y activa que tiene mucho que aportar. Es una realidad totalmente distinta a la de una persona con dependencia física o deterioro cognitivo, independiente de su edad. En España el 69,81 por ciento de los mayores no tienen ningún tipo de dependencia, por tanto, son independiente. 

Sin embargo, los medios de comunicación transmiten a la sociedad, que las personas mayores constituyen un bloque uniforme y homogéneo, dependiente y vulnerable, cuando en realidad son de distintas generaciones, con costumbres y historias de vida muy distintos, con edades, creencias, conocimientos, orientación sexual, origen y costumbres muy diferentes.

Fuentes:
1.https://ec.europa.eu/eurostat/cache/digpub/ageing/
2. Naciones Unidas. (2019).World Population Prospects 2019. New York, EEUU. https://population.un.org/wpp/
3. Naciones Unidas. (2021). Día Internacional de las personas de edad 2021. New York, EEUU. https://www.un.org/es/observances/older-persons-day