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martes, 7 de abril de 2020

En el Día Mundial de la Salud 2020

Desde 1948, cada 7 de abril, se conmemora la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 2020 es el Año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería. 

Este  año el lema elegido es en apoyo del personal de enfermería, coincidiendo con el Año Internacional del Personal de Enfermería y Partería.

En estos días difíciles en los que nuestra salud y nustras vidas se ven amanazadas de muerte por el Covid-19, las enefermeras y enfermeros, junto con el resto de personal sanitario y no sanitario, luchan en primera línea para parar al virus. 

El personal de enfermería y partería, unos 28 millones, representa casi el 50% de los trabajadores sanitarios del mundo. El objetivo es poner de relieve el papel fundamental que desempeñan estos profesionales en la prestación de servicios de salud en todo el mundo, y a hacer un llamamiento para fortalecerlo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), quiere poner de releieve la importancia del personal de enfermería, marcando unos objetivos:

  • Generar una corriente de reconocimiento público de la labor que lleva a cabo personal de enfermería y de partería y del papel que desempeña en la prestación de servicios de salud.
  • Darle mayor visibilidad en el seno del personal de salud.
  • Fomentar los apoyos y las inversiones en pro de este personal.
Y ha propuesto, diferentes iniciativas para dar las Gracías a este personal, fundamental para mantener y mejorar la salud de todas las personas.
 
Es un sentimiento de estima, de reconocimiento y agradecimiento, que debemos mostrar siempre, hacia quien nos hace un bien o prestado un servicio.

En estos días difíciles, con miles de fallecidos. El hecho de salir a nuestros balcones a aplaudir a quienes están en primera línea, agradeciendo su abnegación y profesionalidad, no solamente da ánimo a estos profesionales, sino que nos sentimos reconfortados, y son momentos de alegría en el que todos nos aplaudimos.

Nuestra Esperanza nos es ciega, sabemos que todos de una u otra manera, trabajamos para ser felices.

 
Fuente:
- Organización Mundial de la Salud (OMS, WHO). 2020
- Naciones Unidades (ONU). 2019



sábado, 4 de abril de 2020

Los ingredientes de la felicidad

La alegría, la tristeza, la ira y el miedo son cuatro emociones básicas. Cada una tiene diversas manifestaciones, así la tristeza está relacionada con la amargura, la aflición, la pena..., la ira con la irritabilidad, el cólera, el furor..., el miedo con la incertidumbre, el pánico,..y la alegría se puede convertir en diversión, deleite, dicha, satisfacción,...

Nuestra salud mental y emocional depende de varios factores. De todos, hay cuatro, que si bien siempre son importante, ahora tienen mayor importancia, en la situación de confinamiento en la que nos encontramos. Me refiero:

Primero, la Alimentación, que debe ser completa, equilibrada, suficiente, variada, segura y adecuada a las características de la persona y a sus circunstancias, como la edad, el sexo, la constitución  corporal, la actividad física y la historia clínica de cada uno, así como los hábitos alimentarios, el estilo de vida, el lugar de residencia y la época del año. 

Debemos estar bien hidratados, bebiendo al menos, ocho vasos de agua al día.

Hay que tener mucho cuidados con los tóxicos, huir del tábaco y el alcohol, beber con mucha moderación y responsabilidad.

Segundo, la actividad física y ejercicios, adecuados, también, a nuestras circuntancias personales: edad, salud, enfermedad, estados fisiológicos. Al menos treinta minutos diarios. Los beneficios son muchos y buenos para nuestro organismo.

Tercero, las relaciones familaires y sociales, que a pesar del aislamiento físico y la distancia social, practicamos en estos días, a través de distintos medios. Las TIC (tecnologías de la información y comunicación) nos acerca a familaires y amigos.

Y, cuarto, el descanso y el sueño. No hay que confundir el descanso con la inactividad, se puedo está realizando una actividad y se puede estar descansando, aunque requiere tranquilidad, relajación libre de estrés emocional y de ansiedad. Cada persona entiende el descanso de manera diferente. Unos leen, otros hacen ejercicios de relajación, otros pasean por la casa, ven alguna actividad lúdica o cultural.

Pero en estos días que nos toca vivir, dolidos por lo que ocurre, nos sentimos como si hubieramos perdido el control de nuestras cosas y nuestras vidas, es difícil concilair el sueño, mucho más para los que padecen de inmsonio. Per dormir es tan importante, que nos pasamos durmiendo una tercera parte de nuestras vidas. Sabemos que durante el sueño tienen lugar cambios en las funciones somáticas y en los procesos mentales de vital importancia para el equilibrio psíquico y físico de las personas. El cuerpo y la psiquis se recuperan con las distintas fases del sueño, por el contrario la falta inciden en el buen funcionamiento de nuestras actividades cognitivas como son la atención, la memoria y la creatividad.

Estos cuatro factores mencionados son buenos para nuestro cuerpo y para el corazón, y lo que es bueno para el corazón, es bueno para nuestro cerebro y, por tanto, para nuestra salud mental y bienestar emocional.

No es lo mismo estar alegre que ser feliz. La alegría  es un bienestar momentáneo, aunque hay personas más alegres que otras. Cuando tenemos paz interior, bienestar emocional y satisfacción personal nos sentimos felices. Es un estado de ánimo positivo. Pero la felicidad humana, nunca es completa.

Tener un estado de felicidad completo, es imposible. Por ejemplo, Sigmund Freud, afirmaba que la felicidad era algo utópico y que lo máximo que el ser humano podría alcanzar sería una felicidad parcial. Así, que tenemos que luchar, día a día, por ser felices.

Pero la pregunta que todos los seres humanos nos  hacemos es que necesitamos para ser felices: podemos decir que cada persona es feliz a su manera. 

En este sentido, seguro que los lectores de este escrito, serán felices de maneras diferentes. Pero algo habrá en común, que casi todos compartiremos, para ser felices o al menos tener momentos de felicidad.
 

Y, ese algo, lo escribía el teólogo Thomas Chalmer, cuando afirmaba: «La dicha consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quién amar y alguna cosa que esperar». 

A estos tres ingredientes, podríamos añadir otros  muchos, pero destacaría dos más: disfrutar y agradecer. Estas cinco palabras serían los ejes de la felicidad.

Tener algo que hacer
Tener ilusiones, sueños e inquietudes e intentar realizarlos. Sobre todo haciendo lo que más nos gusta. Y poniendo pasión en ello. El no tener nada que hacer nos lleva al aburrimiento, al aislamiento, la temidad soledad no deseada y, hacia la tristeza y la depresión. En las personas mayores el tener “algo que hacer” es fundamental para un envejecimiento saludable.
 
Tener alguien a quien amar
Amar y ser amado/a. Pero un amor real, sin toxicidad, razonado. El amor a nuestra pareja, familia, amigos, animales y, por supuesto, a la naturaleza en su conjunto, nos hace felices.
 
Tener algo que esperar
La esperazanza de que algo bueno va ocurrir. El deseo que se cumpla nuestros objetivos y nuestras metas, las ilusiones y la inquietudes. Pero, sin obsesionando por con el futuro, viviendo el presente, gestionándo adecuadamente las emociones, potencciando las positivas y canalizando las negativas.
 
Tener la convicción de disfrutar
Cuando queremos conseguir algo, tenemos que recorrer un camino, y tan importante es éste como la la meta. De este modo, aunque no consigamos lo deseado, no será un fracaso, porque hemos disfrutado del viaje y hemos aprendido, seguro, algo nuevo,

Y, Agradecer
Es un sentimiento de estima, de reconocimiento y agradecimiento, que debemos mostrar siempre, hacia quien nos hace un bien o prestado un servicio.

En estos días difíciles, a causa del coronavirus, con miles de fallecidos, sentimos que nuestra salud y nuestra vida, están amenazadas de muerte. El hecho de salir a nuestros balcones a aplaudir a quiénes están en primera línea, agradecer su abnegación y profesionalidad, no solamente da ánimo a estos profesionales, sino que nos sentimos reconfortados, y son momentos de alegría en el que todos nos aplaudimos.

Nuestra Esperanza nos es ciega, sabemos que todos de una u otra manera, trabajamos para ser felices.

viernes, 6 de abril de 2012

En el día de la salud 2012

1. Evolución de la población mundial
Por estudios ecológicos se estima que la Tierra pudo proporcionar a los primeros cazadores-recolectores alimento suficiente para un máximo de treinta millones de individuos.

En los cuatro millones de años que requirió la evolución desde el "homo erectus" al hombre actual, no se pudo superar esa cifra. Posiblemente la población total del Paleolítico oscilaría entre los seis y los diez millones de seres humanos.

Durante el neolítico, hace diez mil años, mediante la aplicación de técnicas agrícolas y  ganaderas permitió la primera gran expansión de la especie humana; se calcula que a partir de entonces la población empezó a crecer a un ritmo que la duplicaba cada mil setecientos años.

Al comienzo de nuestra era se estima que vivían unos 150 millones de personas: una tercera parte en el Imperio Romano, otra tercera parte en el Imperio Chino y el resto diseminado.

La crisis del Imperio Romano estuvo acompañada de las primeras grandes epidemias que provocaron despoblación. En el año 1348 se extiende por Europa la Peste Negra que se estima redujo la población europea en un tercio. A pesar de ello, hacia el año 1600 la  Tierra había alcanzado los quinientos millones de habitantes. A partir de ese momento se produce la explosión demográfica y la población empieza a duplicarse cada 200 años.

 En 1800, dos años después de la publicación del "Primer Ensayo sobre el Principio de la Población" de T.R. Malthus, se alcanzan los 900 millones de habitantes.

El ritmo se sigue acelerando; en 1900 se alcanzan los 1600 millones; en 1.960 había 3.000 millones. A mediados de 1999 se superaron los 6.000 millones.

Sabemos que cada minuto nacen 250 niños en el mundo y que hay más de 1.000 millones de  hambrientos. El día 31 de Octubre del 2011 ha sido declarado, día 7.000 millones de personas que somos en este planeta,  en teoría ese día nació el/la niña 7.000  millones.

2. El envejecimiento demográfico
En términos estadísticos, la tasa de envejecimiento se define simplemente como el porcentaje que representan los mayores de 65 años sobre la población total.

Un indicador parecido es el de la tasa de dependencia, que muestra el porcentaje de mayores sobre la población activa. Estas tasas están creciendo en todos los países desarrollados debido a las siguientes razones: 
  • Descenso de la natalidad en el pasado reciente: se produce envejecimiento de la sociedad como consecuencia de que nacen menos niños.
  • Aumento de la natalidad en el pasado lejano:cuando los individuos nacidos en un momento de boom alcanzan la edad 65 años. Los nacidos durante el baby-boom que se produjo tras la segunda guerra mundial en USA y Europa, se jubilarán entre los años 2010 y 2025 causando graves trastornos.
  • Esperanza de vida media: los avances médicos reducen la mortandad de niños, jóvenes y edades adultas por lo que hay muchas más personas que llegan a adulto mayor.
  • La expectativa de vida máxima (longevidad). Los descubrimientos tecnológicos y biomédicos permiten prolongar la vida y curar las "enfermedades de las personas mayores" por lo que éstos viven más tiempo.
  • Migraciones: los que emigran suelen ser jóvenes por lo que provocan envejecimiento de las sociedades que los emiten, y suavizan el envejecimiento de los países receptores porque suelen estar en edad fértil.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que el número de personas mayores de 65 años superará al de niños menores de 5 años.

Según las Naciones Unidas con motivo del Día Mundial de la Salud (7/4/2012) en año 2050 habrá más mayores de 65 años que niños menores de 14 años.

Entre los años 2000 y 2050, la población mundial de más de 60 años se duplicará y pasará del 11 al 22 por ciento. Para entonces los mayores de 60 años pasarán de 605 millones a 2000 millones.

Los mayores de más de 80 años prácticamente se habrán cuadruplicado y alcanzará los 395 millones. Es lo que se conoce como el envejecimiento del envejecimiento. Este es el subgrupo que más crece. Su importancia radica en que esta población es la que presenta mayor incidencia de enfermedad, situaciones de incapacidad y dependencia, condicionantes sociales desfavorables y consumo de recursos que precisan políticas de compensación y asistencia. Este aumento de las necesidades de recursos médicos y sociales es uno de los principales efectos del envejecimiento poblacional desde el prisma de la gerontología y geriatría.
   
3. Concepto y determinantes de la salud
El concepto de salud ha evolucionado desde considerarla como ausencia de enfermedad en el pasado, hasta la actualidad en la que tenemos una visión bio-psico-social ecológica y dinámica en la que predomina la calidad de vida.

La salud se define en la actualidad atendiendo a tres dimensiones: 

   1. Nivel Somático o biológico: 
  •  Integridad anatómica
  •  Funcionalidad orgánica
     2. Nivel Psicológico:
  • Conducta y desarrollo de los procesos psíquicos
  • Autopercepción de bienestar-malestar
     3. Nivel Sociocultural:
  • Integración del individuo en las instituciones
  • Ideas compartidas por el grupo

3.1. Evolución histórica del concepto de salud
Concepto clásico: es la ausencia de enfermedades o invalideces. Se le puede objetar que visión negativa y estática.

Definición de la OMS. (1948): “es el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Lo más interesante es su aportación en términos positivos y que hace referencia a lo físico, mental y social, pero como desventajas es una definición utópica, subjetiva, estática y que la salud es un fin en si misma.

Milton Terris, 1987 hace una revisión y la define como:”un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento y no únicamente la ausencia de afecciones o enfermedades”

Concepto ecológico: “el estado de adaptación al medio y la capacidad de funcionar en las mejores condiciones en este medio” (René dubos).

Concepto dinámico: “El logro del más alto nivel de bienestar físico, mental y social y de capacidad de funcionamiento que permitan los factores sociales en los que viven inmersos el individuo y la colectividad” (Luís Salleras)

Otras definiciones: “La capacidad social para gozar de la vida, para tener placer de vivir, para tener calidad de vida” (Enrique Nájera, 1991 “Forma gozosa de vivir autónoma, solidaria y alegre” (Gol, 1976)

3.2. Determinantes o factores que influyen en la salud
Múltiples estudios han definido qué variables son las que afectan al proceso de salud-enfermedad. El más aceptado es el propuesto en 1974 por Marc Lalonde: según él la salud de una comunidad está determina por cuatro factores:
  • Biología humana: abarca la genética y el envejecimiento. Es el que menos influye en la población en general, y desde el punto de vista de salud pública es el menos modificable.
  • El sistema de asistencia sanitario:comprende la calidad del sistema, la cobertura, gratuidad.
  • El medio ambiente: incluyendo el aspecto sociocultural: son factores extrínsecos. Estos son: el ambiente físico, el ambiente biológico, el ambiente socioeconómico. Es el segundo factor que más influyen en la relación salud-enfermedad.
  • Estilo de vida: se puede definir como el conjunto de hábitos, comportamientos y actitudes de las personas en su vida diaria. Este a su vez depende de otros muchos factores: cultura, la educción, el nivel socioeconómico, etc. Según el estilo de vida, se pueden producir enfermedades de todo tipo e incluso conducirnos a una muerte prematura. Algunos de estos comportamientos más nocivos son:
  •   Una alimentación inadecuada.
  •  La vida sedentaria.
  •  El consumo de sustancias tóxicas.
  •  El estrés.
  •  Las prácticas sexuales no seguras.
  •  La conducción temeraria.
Los comportamientos no saludables es el determinante que más influye en nuestro estado de salud, pero es el más modificable.

La OMS elaboró un documento en la Primera Conferencia Internacional para la promoción de la Salud, celebrada en Ottawa (Canadá), según el cual los requisitos para el mantenimiento de la salud son: la paz, la educación, el vestido, la comida, la vivienda, un ecosistema estable, la justicia y la equidad.

Se entiende por educación para la salud (EpS) todas las medidas encaminadas a dotar a las personas de medios para mejorar la salud y prevenir la enfermedad. La educación para la salud dispone de tres medidas que son:
  • Medidas de prevención.
  • Medidas de promoción de la salud.
  • Medidas de recuperación y rehabilitación.
4. Conclusiones
 En el Día de Celebración Mundial de la salud he querido poner el acento en el envejecimiento y los determinantes de la salud que hay que tener en cuenta para tener una buena salud a lo largo de toda la vida y muy especialmente en la vejez. En este sentido para que se produzca un envejecimiento lo más óptimo posible es imprescindible que desde la vida intrauterina, niñez, juventud y a lo largo de toda la vida se favorezcan medidas de prevención y promoción de la salud tanto física como psicológica, un estilo de vida saludable, sin hábitos tóxicos, con ejercicio físico y una dieta equilibrada, entrenamiento de las funciones cognitivas, con relaciones interpersonales que favorezca la autoestima, con una vida sentimental y sexual satisfactoria, etc. Así, como medidas de recuperación y rehabilitación. Todo esto hace que tengamos una buena calidad de vida con buenas condiciones físicas, psicológicas y sociales, experimentando por tanto, un envejecimiento saludable. Evidentemente este sería el envejecimiento que todos deseamos.

Resumiendo el lema de OMS: ”La buena salud añade vida a los años”

Referencias:
  1. INE. Instituto Nacional de Estadística de España.
  2. OMS. Organización Mundial de Salud.
  3. ONU. Organización de las Naciones Unidadas.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Estilo de vida

El estilo de vida es uno de los determinantes de salud y, al igual que el que se refiere a la biología, es de carácter personal, pero con un perfil más esperanzador ya que podemos actuar sobre él. La salud no sería educable si uno de sus pilares no fuera este. El estilo de vida de una persona se transmite de forma educacional durante el proceso constante de socialización y, desde la perspectiva sanitaria, se refiere a conductas o comportamientos que afectan a la salud. Hay que tener presente la gran influencia que ejerce la publicidad sobre el consumo, los hábitos y los estilos de vida. Así pues, podemos definir el estilo de vida como: Conjunto de comportamientos compartidos por un grupo social, en un tiempo histórico determinado y en íntima conexión con las formas, condiciones de vida y patrones culturales de dicho grupo social. Los estilos de vida se caracterizan por: – Ser modificables por el propio individuo. – Pueden adquirirse de forma automática, socialización. Cuando el individuo trata de modificar su conducta a favor de comportamientos más saludables, el entorno, con sus aspectos físicos, sociales, económicos y culturales, puede ser un elemento favorecedor o entorpecedor del cambio. Algunos elementos de la vida diaria que intervienen sobre nuestra salud son: – Alimentación, dieta. – Ejercicio, actividad física. – Descanso, sueño. – Consumo de sustancias tóxicas: tabaco, alcohol y otras drogas. – Limpieza y aseo. – Manipulación de alimentos. – Comportamiento sexual. – Conducción de vehículos. – Relaciones interpersonales, comportamiento social, violencia. – Ocio y aficiones. – Estrés.

martes, 11 de octubre de 2011

Tipos de edades

Todos los seres vivos nacen, crecen, maduran, envejecen y, finalmente, mueren. Ante este proceso, los humanos y demás seres, somos iguales. Pero no todos vivimos la misma cantidad de años. Algún solo viven unos minutos, como la efímera, otros no llegan a las 24 horas, en el caso de algunos protozoos unicelulares y, otras alcanzan los 130 años, como la tortuga de Carolina.

No hay una fecha exacta de longividad, pero en los seres humanos, el máximo de vida, marcado genéticamente, está situado alrededor de los 120 años. Aunque son muy pocos los que han llegado a estas edades, pero los que lo han logrado han vivido con buena salud casi hasta los últimos días de sus vidas.

En el ser humano, a parte de la edad cronológica, distinguimos diferentes tipos de edades. Esta distinción se resume en que la edad cronológica no se corresponde con la edad biológica.

1. Edad cronológica
Es la edad del individuo en función del tiempo transcurrido desde el nacimiento. Es por tanto la edad en años. Criterio administrativo de gran relevancia que marca hechos importantes en nuestra vida como, la mayoría de edad para los jóvenes o, la jubilación para las personas mayores. Tiene por tanto un valor social o legal más que biológico. El tiempo en sí no tiene ningún efecto sobre el envejecimiento, sino que los cambios ocurren asociado al tiempo.

2. Edad biológica
Es la edad real de nuestro cuerpo, de los órganos, de los tejidos, de las células. Se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos comparados con patrones estándar para una edad. Es por tanto un concepto fisiológico. Su conocimiento científico nos dará información sobre nuestro envejecimiento real.

Mientras que la edad cronológica no depende de factores externos, la edad biológica si. Además de nuestra genética, tiene que ver mucho con nuestro estilo de vida y, será menor o mayor, si llevamos: adecuada alimentación y nutrición, ejercicio y actividades físicas, bienestar emocional, estimulación cognitiva, eliminar el consumo de alcohol y de tabaco, uso adecuado de medicamento, seguridad vial y prevención de caídas. Así, como el control de enfermedades que se pueden prevenir y/o evitar.

Las personas con una edad biológica inferior a la cronológica corren un menor riesgo de mortalidad y de sufrir enfermedades relacionadas con la edad. Y, al contrario, si la edad biológica es mayor, el riesgo también es mayor.

Es fácil entender, cuando vemos a alguien que parece más joven de lo que realmente es por su edad cronológica, que el envejecimiento no es el mismo para todos. Tiene distinto ritmo en unos individuos y otros. Es más, cada uno de nuestros tejidos, órganos y sistemas envejecen a ritmo diferente. Esto hace que nuestra edad biológica solo podría entenderse como un promedio de cada uno de estos elementos. Esta heterogeneidad, incluso en un solo individuo, hace difícil la medición de la edad biológica.

3. Edad psicológica
Es la que define la vejez en función de los cambios cognitivos, emocionales y de personalidad a lo largo del ciclo vital. El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizaje, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivo-valorativas del presente, pasado y futuro, así como crecimiento personal). Este tipo de edad, está muy relacionada con la edad subjetiva, la que tienes según te sientes.

4. Edad social
Se mide por la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenece y la utilidad social. Estimación que varía según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo "viejo-sabio"/"viejo inútil".

5. Edad funcional

Al conjunto de las edades biológica, psicológica y social se le conoce con el nombre de edad funcional. La persona es capaz de realizar una vida autónoma (mantiene su capacidad de decisión) e independiente (no necesita de una persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), las instrumentales (AIVD), las de relación y sociales (AAVD). Para lo cual es necesario mantener unos niveles razonables de capacidad física y mental. Es esta edad la que puede definir una calidad de vida satisfactoria y por tanto un envejecer saludable. La salud en la persona mayor, como mejor se mide, es en termino de función (OMS,1959).
 
Fuente:
- Varios Autores (2011). Inmserso, Madrid. Envejecimiento Activo. http://envejecimiento.csic.es
/documentos/documentos/imserso-libroblancoenvejecimientoactivo-01.pdf
- The public health aspects of the aging of de population. Copenhague: WHO, 1959.
- Moragas, R., (2004). Gerontología Social. Barcelona, España: Editorial Herder.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Concepto y determinantes de la salud

El concepto de salud ha evolucionado desde considerarla como ausencia de enfermedad en el pasado, hasta la actualidad en la que tenemos una visión bio-psico-social ecológica y dinámica en la que predomina la calidad de vida.
La salud se define en la actualidad atendiendo a tres dimensiones:

1. Niveles en el concepto de salud:
• Nivel Somático o biológico
- Integridad anatómica
- Funcionalidad orgánica
• Nivel Psicológico
- Conducta y desarrollo de los procesos psíquicos
- Autopercepción de bienestar-malestar
• Nivel Sociocultural
- Integración del individuo en las instituciones
- Ideas compartidas por el grupo

2. Evolución histórica del concepto de salud:

Concepto clásico: es la ausencia de enfermedades o invalideces. Se le puede objetar que visión negativa y estática.
Definición de la O.M:S. (1948): “es el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Lo más interesante es su aportación en términos positivos y que hace referencia a lo físico, mental y social, pero como desventajas es una definición utópica, subjetiva, estática y que la salud es un fin en si misma.
Milton Terris, 1987 hace una revisión y la define como:” un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento y no únicamente la ausencia de afecciones o enfermedades”
Concepto ecológico: “el estado de adaptación al medio y la capacidad de funcionar en las mejores condiciones en este medio” (René dubos).
Concepto dinámico: “El logro del más alto nivel de bienestar físico, mental y social y de capacidad de funcionamiento que permitan los factores sociales en los que viven inmersos el individuo y la colectividad” (Luís Salleras)
Otras definiciones: “La capacidad social para gozar de la vida, para tener placer de vivir, para tener calidad de vida” (Enrique Nájera, 1991 “Forma gozosa de vivir autónoma, solidaria y alegre” (Gol, 1976)
3. Determinantes o factores que influyen en la salud
Múltiples estudios han definido qué variables son las que afectan al proceso de salud-enfermedad. El más aceptado es el propuesto en 1974 por Marc Lalonde: según él la salud de una comunidad está determina por cuatro factores:

• Biología humana: abarca la genética y el envejecimiento. Es el que menos influye en la población en general, y desde el punto de vista de salud pública es el menos modificable.
• El sistema de asistencia sanitario: comprende la calidad del sistema, la cobertura, gratuidad.
• El medio ambiente: incluyendo el aspecto sociocultural: son factores extrínsecos. Estos son: el ambiente físico, el ambiente biológico, el ambiente socioeconómico. Es el segundo factor que más influyen en la relación salud-enfermedad.
• Estilo de vida: se puede definir como el conjunto de hábitos, comportamientos y actitudes de las personas en su vida diaria. Este a su vez depende de otros muchos factores: cultura, la educción, el nivel socioeconómico, etc. Según el estilo de vida, se pueden producir enfermedades de todo tipo e incluso conducirnos a una muerte prematura. Algunos de estos comportamientos más nocivos son:

- Una alimentación inadecuada.
- La vida sedentaria.
- El consumo de sustancias tóxicas.
- El estrés.
- Las prácticas sexuales no seguras.
- La conducción temeraria.

Es el determinante que más influye en nuestro estado de salud, y el más modificable.
La OMS elaboró un documento en la Primera Conferencia Internacional para la promoción de la Salud, celebrada en Ottawa (Canadá), según el cual los requisitos para el mantenimiento de la salud son: la paz, la educación, el vestido, la comida, la vivienda, un ecosistema estable, la justicia y la equidad.
Se entiende por educación para la salud (EpS) todas las medidas encaminadas a dotar a las personas de medios para mejorar la salud y prevenir la enfermedad. La educación para la salud dispone de tres medidas que son:

• Medidas de prevención.
• Medidas de promoción de la salud.
• Medidas de recuperación y rehabilitación.