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viernes, 12 de octubre de 2012

Cuidando la memoria


1. Procesos de la memoria
A partir de los años 50, con el inicio de la psicología cognitiva la investigación de la memoria se convierte en un tema central desde la perspectiva del procesamiento de la información.


Nuestra memoria no es un almacén inactivo de recuerdos, todo lo contario, en su génesis intervienen:
  • Codificación, mediante la cual se realiza la recepción y el procesamiento de la información recibida, es decir, se registra la información.
  • Almacenamiento y consolidación, es la creación de un registro permanente de la información.
  • Recuperación o evocación o recordar la información almacenada.
Así pues, podemos decir que la memoria es la función cerebral que resulta de conexiones sinápticas entre neuronas mediante la que el ser humano puede retener experiencias pasadas. Los recuerdos se crean cuando las neuronas integradas en un circuito se activan y refuerzan la intensidad de las sinapsis, memoria a corto plazo (MCP). Si este reforzamiento es permanente, se produce el proceso de consolidación y estaríamos ante lo que llamamos memoria a largo plazo (MLP). Nuestra memoria tiene una base neurobiológica: neuronas con sus axones y dendritas, sinapsis, neurotramisores, genes y proteínas.

Desde una perspectiva psicológica se pretende explicar la memoria, sus sistemas, sus funciones y la relación con nuestro comportamiento. Por otro lado, desde un nivel neurofisiológico, intentando conocer las estructuras nerviosas y funcionamiento implicados en los procesos de memoria. Precisamente en un estudio reciente investigadores israelíes han descubierto que la proteína PSD-95 interviene en la génesis de la memoria.

2. Los cuidados de la memoria
La memoria pertenece a nuestro cerebro y a nuestra mente, y a diferencia de los animales que solo viven el presente, nos sirven para recordar el pasado y planificar nuestro futuro.

Algo tan maravilloso como la memoria, la cuidamos poco, diría que muy poco. Y que podemos hacer para preservarla, pues muchas cosas:
  • La alimentación y nutrición, que sea adecuada, esto es, suficiente en calidad y cantidad. Que sea equilibrada con todos los nutrientes. Eliminando grasas animales y azucares, cantidad adecuada a nuestra constitución, edad, circunstancias fisiológicas y procesos patológicos. Antioxidante. En definitiva que sea saludable, cardioprotectora y neuroprotectora. Tipo mediterráneo por ejemplo.
  • Evitar los tóxicos: tabaco, alcohol y demás sustancias aditivas, casi todas producen muerte celular o dañan las sinapsis.
  • Evitar los factores de riesgos cardiovasculares: obesidad, hipertensión, colesterol, … y diabetes.
  • Manejo adecuado del estrés.
  • Ejercicio físico adaptado a la edad de la persona, siempre mejor aeróbico. Mínimo media hora diaria al menos cinco días a la semana.
  • Sueño de calidad y las horas suficientes según edad. Mantener relaciones interpersonales y sociales activas. Evitar el aislamiento social.
  • Actitud optimista ante la vida.
  • Ejercitar la memoria con actividades cognitivas: leer, juegos, crucigramas,…
  • Para aquellas personas que empiezan a tener trastornos de memoria asociados a la edad, es esencial acudir a talleres de memoria.
Todos estos cuidados y actividades son saludables y neuroprotectoras que crean salud. No olvidemos que el estilo de vida es fundamental para nuestra salud.

Para acabar este artículo pensemos que nuestro cerebro es muy “listo”, en cualquier momento se cuelga, como la memoria RAM de un ordenador, es nuestra memoria de trabajo, pero no se apure, no se ponga nervioso/a, espere, la información volverá; aunque parezca que no, él, nuestro cerebro, esta trabajando activamente para resolver el problema en nuestras redes sinápticas, solo ha sido un olvido…. Pero si esto se repite mucho, y se da cuenta que le ocurre a menudo y sobre todo que no recupera la información, pida ayuda profesional.