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sábado, 4 de abril de 2020

Los ingredientes de la felicidad

La alegría, la tristeza, la ira y el miedo son cuatro emociones básicas. Cada una tiene diversas manifestaciones, así la tristeza está relacionada con la amargura, la aflición, la pena..., la ira con la irritabilidad, el cólera, el furor..., el miedo con la incertidumbre, el pánico,..y la alegría se puede convertir en diversión, deleite, dicha, satisfacción,...

Nuestra salud mental y emocional depende de varios factores. De todos, hay cuatro, que si bien siempre son importante, ahora tienen mayor importancia, en la situación de confinamiento en la que nos encontramos. Me refiero:

Primero, la Alimentación, que debe ser completa, equilibrada, suficiente, variada, segura y adecuada a las características de la persona y a sus circunstancias, como la edad, el sexo, la constitución  corporal, la actividad física y la historia clínica de cada uno, así como los hábitos alimentarios, el estilo de vida, el lugar de residencia y la época del año. 

Debemos estar bien hidratados, bebiendo al menos, ocho vasos de agua al día.

Hay que tener mucho cuidados con los tóxicos, huir del tábaco y el alcohol, beber con mucha moderación y responsabilidad.

Segundo, la actividad física y ejercicios, adecuados, también, a nuestras circuntancias personales: edad, salud, enfermedad, estados fisiológicos. Al menos treinta minutos diarios. Los beneficios son muchos y buenos para nuestro organismo.

Tercero, las relaciones familaires y sociales, que a pesar del aislamiento físico y la distancia social, practicamos en estos días, a través de distintos medios. Las TIC (tecnologías de la información y comunicación) nos acerca a familaires y amigos.

Y, cuarto, el descanso y el sueño. No hay que confundir el descanso con la inactividad, se puedo está realizando una actividad y se puede estar descansando, aunque requiere tranquilidad, relajación libre de estrés emocional y de ansiedad. Cada persona entiende el descanso de manera diferente. Unos leen, otros hacen ejercicios de relajación, otros pasean por la casa, ven alguna actividad lúdica o cultural.

Pero en estos días que nos toca vivir, dolidos por lo que ocurre, nos sentimos como si hubieramos perdido el control de nuestras cosas y nuestras vidas, es difícil concilair el sueño, mucho más para los que padecen de inmsonio. Per dormir es tan importante, que nos pasamos durmiendo una tercera parte de nuestras vidas. Sabemos que durante el sueño tienen lugar cambios en las funciones somáticas y en los procesos mentales de vital importancia para el equilibrio psíquico y físico de las personas. El cuerpo y la psiquis se recuperan con las distintas fases del sueño, por el contrario la falta inciden en el buen funcionamiento de nuestras actividades cognitivas como son la atención, la memoria y la creatividad.

Estos cuatro factores mencionados son buenos para nuestro cuerpo y para el corazón, y lo que es bueno para el corazón, es bueno para nuestro cerebro y, por tanto, para nuestra salud mental y bienestar emocional.

No es lo mismo estar alegre que ser feliz. La alegría  es un bienestar momentáneo, aunque hay personas más alegres que otras. Cuando tenemos paz interior, bienestar emocional y satisfacción personal nos sentimos felices. Es un estado de ánimo positivo. Pero la felicidad humana, nunca es completa.

Tener un estado de felicidad completo, es imposible. Por ejemplo, Sigmund Freud, afirmaba que la felicidad era algo utópico y que lo máximo que el ser humano podría alcanzar sería una felicidad parcial. Así, que tenemos que luchar, día a día, por ser felices.

Pero la pregunta que todos los seres humanos nos  hacemos es que necesitamos para ser felices: podemos decir que cada persona es feliz a su manera. 

En este sentido, seguro que los lectores de este escrito, serán felices de maneras diferentes. Pero algo habrá en común, que casi todos compartiremos, para ser felices o al menos tener momentos de felicidad.
 

Y, ese algo, lo escribía el teólogo Thomas Chalmer, cuando afirmaba: «La dicha consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quién amar y alguna cosa que esperar». 

A estos tres ingredientes, podríamos añadir otros  muchos, pero destacaría dos más: disfrutar y agradecer. Estas cinco palabras serían los ejes de la felicidad.

Tener algo que hacer
Tener ilusiones, sueños e inquietudes e intentar realizarlos. Sobre todo haciendo lo que más nos gusta. Y poniendo pasión en ello. El no tener nada que hacer nos lleva al aburrimiento, al aislamiento, la temidad soledad no deseada y, hacia la tristeza y la depresión. En las personas mayores el tener “algo que hacer” es fundamental para un envejecimiento saludable.
 
Tener alguien a quien amar
Amar y ser amado/a. Pero un amor real, sin toxicidad, razonado. El amor a nuestra pareja, familia, amigos, animales y, por supuesto, a la naturaleza en su conjunto, nos hace felices.
 
Tener algo que esperar
La esperazanza de que algo bueno va ocurrir. El deseo que se cumpla nuestros objetivos y nuestras metas, las ilusiones y la inquietudes. Pero, sin obsesionando por con el futuro, viviendo el presente, gestionándo adecuadamente las emociones, potencciando las positivas y canalizando las negativas.
 
Tener la convicción de disfrutar
Cuando queremos conseguir algo, tenemos que recorrer un camino, y tan importante es éste como la la meta. De este modo, aunque no consigamos lo deseado, no será un fracaso, porque hemos disfrutado del viaje y hemos aprendido, seguro, algo nuevo,

Y, Agradecer
Es un sentimiento de estima, de reconocimiento y agradecimiento, que debemos mostrar siempre, hacia quien nos hace un bien o prestado un servicio.

En estos días difíciles, a causa del coronavirus, con miles de fallecidos, sentimos que nuestra salud y nuestra vida, están amenazadas de muerte. El hecho de salir a nuestros balcones a aplaudir a quiénes están en primera línea, agradecer su abnegación y profesionalidad, no solamente da ánimo a estos profesionales, sino que nos sentimos reconfortados, y son momentos de alegría en el que todos nos aplaudimos.

Nuestra Esperanza nos es ciega, sabemos que todos de una u otra manera, trabajamos para ser felices.

miércoles, 4 de marzo de 2020

Plan Nacional de Alzhéimer y Otras Demencias

Última actualización 18 de Mayo de 2022

España se suma a la treintena de países que cuenta con un plan contra la 
demencia. Por fin el pasado 10 de Octubre de 2019, el Gobierno y las autonomías aprobaron el Plan Nacional de Alzhéimer y Otras Demencias 2019-2023 a través de sus representantes en el Consejo Territorial de Servicios Sociales. Este plan, el primero de su clase en España, recoge los objetivos y las medidas con las que se pretende aumentar el diagnóstico temprano de esta dolencia, que padecen unos 800.000 españoles, aunque entre el 30 o 40 por ciento están sin diagnosticar, cifra que aumenta hasta el 80 por ciento para los casos leves, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). También se pretende mejorar la atención integral a los afectados por la enfermedad y sus familiares que los cuidan.

La secretaria de Estado de Servicios Sociales, Ana Lima, que presidió el consejo territorial por la ausencia de la ministra, explicó que el documento establece un único marco de actuación nacional para enfrentar la apodada como «epidemia silenciosa del siglo XXI» y los objetivos generales y las acciones preferentes que las administraciones deben potenciar y ejecutar entre 2019 y 2023 -plazo de vigencia del plan- para mejorar la vida de enfermos y familias. El fin es impulsar nuevas iniciativas para una mejor atención y aumentar la eficacia mediante la mayor coordinación del Estado con las autonomías y de los servicios sanitarios con los servicios sociales y otros departamentos y colectivos sociales implicados.

El plan aprobado se ha elaborado a lo largo de más de un año por el Grupo Estatal de Demencias, la Fiscalía General del Estado, las principales sociedades científicas, organizaciones profesionales, centros de investigación, y las afals (asociaciones que representan a los enfermos y sus familias), entre otros agentes y colectivos.

1. Ejes de actuación

 El primer objetivo que se enmarca en este plan nacional va enfocado a sensibilizar y transformar el entorno con el propósito de cambiar la visión que la sociedad tiene del Alzheimer. 

El segundo consiste en situar a la persona en el centro de la atención sanitaria y social, y por eso tendrá en cuenta a los profesionales y su formación.
 

El tercero apunta a hacer prevalecer los derechos, la ética y la dignidad de la persona afectada mejorando los servicios, apoyos y prestaciones destinados a la atención. 

Y, finalmente, en el cuarto se recogen medidas para impulsar la investigación, la innovación y el conocimiento.

2. Preparar para el futuro
La estrategia para el próximo cuatrienio busca también obtener una imagen real de la dimensión actual del problema para saber cuáles y cuántas son las necesidades ahora y en el futuro. Realizará actuaciones para mejorar el conocimiento relativo a la dimensión y necesidades de las personas con alzhéimer y de sus familias, de la investigación biomédica, social y sanitaria para enfrentar estas dolencias, y de la innovación en soluciones y respuestas. Las proyecciones apuntan a que, debido al envejecimiento acelerado de la población española, estas patologías podrían afectar en 2050 hasta a dos millones de ciudadanos. Nada extraño si se tiene en cuenta que la prevalencia actual del alzhéimer es del 5% en los mayores de 60 años, del 20% en los mayores de 80, y del casi el 40% en los mayores de 90.


3. El Plan nace sin presupuesto
La Secretaria de Estado, Lima admitió que el plan no nace con una dotación presupuestaria específica, pero aseguró que hay un «compromiso expreso» para mejorar en los Presupuestos del Estado de 2020 y de años siguientes las partidas que ya se destinan a la lucha contra las demencias -10 millones de euros en 2019- y añadir dinero adicional para financiar las iniciativas de nuevo cuño que incluye el documento.

La aprobación de un plan que no cuenta con ningún recurso específico y real, no sirve para nada. Esperemos que pronto el tan deseado plan durante tantos años, cuente con una dotación económica suficiente y con todos los medios necesarios para su implantación.

Han transcurrido tres años desde que se aprobó el Plan Nacional de Alzhéimer y otras demencias y seguimos sin dotación presupuestarias. En los presupuestos del 2021 se asignó una partida de algo más de 1 millón de euros, desde luego, algo ridículo. 

Fuente:
- Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias(2019-2023). Ministerio de Sanidad, 2019.
- Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025. OMS, 2117.
- Plan Nacional Alzheimer. AlzheimerCatalunya, 2019.

jueves, 27 de febrero de 2020

Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025.


A. El impacto de la demencia

1. Datos y cifras
La demencia es un síndrome, crónico o progresivo, que afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo y la capacidad de aprendizaje. A perte del deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el trastornos del control, el comportamiento social o la motivación.

Aunque no conocemos la causa de la demencia, si sabemos los factores de riesgos y las enfermedades y lesiones que afectan al cerebro que pueden desembocar de forma primaria o secundaria, en una demencia, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.

La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo. Puede resultar abrumadora no solo para quienes la padecen, sino también para sus cuidadores y familiares. A menudo hay una falta de concienciación y comprensión de la demencia, lo que puede causar estigmatización y suponer un obstáculo para que las personas acudan a los oportunos servicios de diagnóstico y atención. El impacto de la demencia en los cuidadores, la familia y la sociedad puede ser de carácter físico, psicológico, social y económico.

Conviene resaltar los siguientes datos:

  • La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria.
  • La demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.
  • El número de personas con demencia está aumentando rápidamente.
  • La enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común de demencia, acapara entre un 60% y un 70% de los casos.
  • La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en el mundo entero.
  • La mayoría de los cuidadores de personas con demencia son familiares.
2. Formas más comunes de demencia
Las formas de la demencia son múltiples y diversas. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos. Otras formas frecuentes son la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que pueden contribuir a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del cerebro). Los límites entre las distintas formas de demencia son difusos y frecuentemente coexisten formas mixtas.

2. Frecuencia de demencia
La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos.

Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento.

Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050. Buena parte de ese incremento puede achacarse al hecho de que en los países de ingresos bajos y medios el número de personas con demencia tenderá a aumentar cada vez más.

3. Factores de riesgo y prevención
Aunque la edad es el principal factor de riesgo de demencia, la enfermedad no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Además, no afecta exclusivamente a personas mayores. La demencia de inicio temprano (aparición de los síntomas antes de los 65 años) representa hasta un 9% de los casos.

Los estudios demuestran que se puede reducir el riesgo de padecer demencia haciendo ejercicio con regularidad, no fumando, evitando el uso nocivo del alcohol, controlando el peso, tomando una alimentación saludable y manteniendo una tensión arterial y unas concentraciones sanguíneas adecuadas de colesterol y glucosa, es decir, llevando un estilo de vida saludable. En definitiva, todo lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro. Por tanto, reduce el riesgo de padecer demencia. Otros factores de riesgo potencialmente modificables son la depresión, el bajo nivel educativo, el aislamiento social y la inactividad cognitiva.

4. Impactos sociales y económicos
La demencia tiene importantes repercusiones a nivel social y económico. Según la revisión de algunos estudios, el análisis diferencia entre costes directos (el coste de la atención médica y la asistencia social pagada), indirectos (como el cuidado informal y la reducción de la productividad de los cuidadores que no pueden trabajar) y los costes intangibles, incluyendo la reducción de la calidad de vida que experimentan tanto las personas con demencia como sus cuidadores.

Actualmente, a nivel mundial, se estima que la demencia cuesta cada año 1 billón de dólares en todo el mundo, mientras que para la economía de los Estados Unidos supone unos 290.000 millones de dólares anuales, y, para el Reindo Unido, 26.000 millones de libras.

Según estimaciones actuales, sitúan el coste de las demencias en España en unos 60 millones de euros diarios, con un coste total anual de 20.800 millones de euros y unos 24.184 euros por persona afectada al año.

Así pues, el Alzheimer, y las demencias en general, se encuentran entre las enfermedades de más impacto económico, aun sin tener en cuenta todos los costes ocultos que los estudios resaltan.

Impacto en las familias y los cuidadores
La demencia tiene un efecto devastador en las familias de las personas afectadas y sus cuidadores. A menudo surgen presiones físicas, emocionales y económicas que pueden causar mucho estrés a las familias y cuidadores, que necesitan recibir apoyo por parte de los servicios sanitarios, sociales, financieros y jurídicos adecuados.

5. Derechos humanos
Con frecuencia a las personas que padecen demencia se les deniegan libertades y derechos básicos de los que las demás personas disfrutan sin problema. En muchos países, el uso de medios de inmovilización o contención tanto físicos como químicos es habitual en las resisdencias personas mayores o en los servicios de cuidados intensivos, aunque haya en vigor normativas que defienden el derecho de las personas a ver preservada su libertad y tomar sus propias decisiones.

Hace falta un marco legislativo apropiado y favorable basado en normas de derechos humanos internacionalmente aceptadas para garantizar la máxima calidad en la prestación de servicios a las personas con demencia y sus cuidadores.

B. Respuesta de la OMS a la demencia

La OMS ha elaborado un Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025.

La OMS reconoce la demencia como una prioridad de salud pública. En mayo de 2017, la Asamblea Mundial de la Salud respaldó el Plan. Este plan es un marco integral de referencia para las instancias normativas; los asociados internacionales, regionales y nacionales, y la OMS en las siguientes esferas:
  • La evaluación de la demencia como prioridad para la salud pública.
  • La concienciación y la puesta en marcha de iniciativas para satisfacer las necesidades de las personas afectadas.
  • La reducción de riesgos.
  • El diagnóstico, el tratamiento y la atención.
  • Los sistemas de información.
  • El apoyo a los cuidadores.
  • Y la investigación y la innovación.
Se ha creado para los planificadores de políticas y los investigadores una plataforma internacional de vigilancia, el Observatorio Mundial de las Demencias, que facilitará el seguimiento y el intercambio de información sobre las políticas relacionadas con la demencia, la prestación de servicios, la epidemiología y la investigación.

El documento Towards a dementia plan: a WHO guide («Hacia un plan sobre la demencia: una guía de la OMS») proporciona orientaciones a los Estados Miembros para establecer y aplicar un plan sobre esta enfermedad. Está muy relacionado con el Observatorio Mundial de la Demencia de la OMS y proporciona varias herramientas, como una lista de verificación para preparar, elaborar y aplicar un plan sobre la demencia. Además, se puede utilizar para conocer cuáles son las partes interesadas y para establecer prioridades.

Las Directrices de la OMS para la reducción del riesgo de deterioro cognitivo y de demencia ofrecen recomendaciones basadas en datos científicos sobre intervenciones que reducen los factores de riesgo modificables de la demencia, como el sedentarismo y las dietas no saludables, así como sobre problemas de salud relacionados con la demencia, como la hipertensión y la diabetes.

La demencia es una de las enfermedades prioritarias del Programa de Acción Mundial para Superar las Brechas en Salud Mental (mhGAP, por sus siglas en inglés), un instrumento que pueden utilizar los médicos de cabecera, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos, para atender directamente a las personas con trastornos mentales, neurológicos o relacionados con el uso de sustancias.

La OMS ha creado iSupport, una solución de cibersalud que ofrece información y capacitación a los cuidadores de las personas con demencia. iSupport ya se utiliza en varios países.

Fuentes:
- OMS. (2017). Demencia y plan de acción mundial de salud pública. Ginebra.
   https://www.who.int /mental_health/neurology/dementia /infographic_dementia/es/#
- Naciones Unidas. (2019).World Population Prospects 2019. New York, EEUU.                           https://population.un.org/wpp/


























martes, 17 de diciembre de 2019

Perspectivas de la Población Mundial 2019

Según la ONU, para el 2050, se espera que la población mundial alcance la cifra de 9.700 millones de personas y 11.200 millones para el 2100.

Este crecimiento poblacional variará según las regiones y más experimentaan una una disminución de su población. Se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, de 7.700 millones en la actualidad a 9.700 millones en 2050, según un nuevo informe de Naciones Unidas publicado el 17 de junio de 2019.

El informe ofrece una visión global de las tendencias y perspectivas demográficas mundiales. El estudio concluyó que la población mundial podría alcanzar su punto máximo a fines del siglo actual, con un nivel de casi 11.000millones de personas. El informe también confirmó que la población mundial está envejeciendo debido al aumento de la esperanza de vida al nacer y la disminución de los niveles de fecundidad, y que el número de países que experimentan una reducción en el tamaño de su población está creciendo.

Los cambios resultantes en el tamaño, la composición y la distribución de la población mundial tienen consecuencias importantes para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acordados a nivel mundial para alcanzar mejoras en la prosperidad económica, el bienestar social y proteger el medio ambiente.

La población mundial sigue aumentando, pero las tasas de crecimiento varían significativamente según las distintas regiones. Las nuevas proyecciones de población indican que nueve países representarán más de la mitad del crecimiento proyectado de la población mundial entre el presente y el año 2050: India, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, Etiopía, República Unida de Tanzania, Indonesia, Egipto y los Estados Unidos de América (en orden decreciente del aumento esperado).

Se proyecta que India superará a China como el país más poblado del mundo alrededor de 2027.

Se espera que la población de África Subsahariana se duplique para 2050 (con un crecimiento de 99%.

Las regiones que experimentarían las menores tasas de crecimiento poblacional entre 2019 y 2050 son: Oceanía, excluyendo Australia y Nueva Zelandia (56%), África septentrional y Asia occidental (46%), Australia y Nueva Zelandia (28%), Asia central y meridional (25%), América Latina y el Caribe (18%), Asia oriental y sudoriental (3%) y Europa y América del Norte (2%).

Se prevé que la tasa global de fecundidad, que bajó de 3,2 nacimientos por mujer en 1990 a 2,5 en 2019, disminuya aún más, alcanzando 2,2 nacimientos por mujer en 2050. En 2019, la fecundidad promedio permanece por encima de 2,1 nacimientos por mujer durante su curso de vida en África Subsahariana (4,6 nacimientos por mujer), Oceanía excluyendo Australia y Nueva Zelandia (3,4), África septentrional y Asia occidental (2,9), y Asia central y meridional (2,4).

Suponiendo ausencia de migración, se necesita un nivel de fecundidad de 2,1 nacimientos por mujer a lo largo de su vida para asegurar el reemplazo generacional y evitar reducciones de población a largo plazo).

El Sr. Liu Zhenmin, Secretario General Adjunto para Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, dijo que el informe ofrece una hoja de ruta que indica hacia dónde orientar la acción y las intervenciones. “Muchas de las poblaciones de más rápido crecimiento se encuentran en los países más pobres, donde el crecimiento de la población presenta desafíos adicionales en el esfuerzo para erradicar la pobreza, lograr una mayor igualdad, combatir el hambre y la desnutrición, y fortalecer la cobertura y la calidad de los sistemas de salud y educación para no dejar a nadie atrás”.

El crecimiento de la población en edad de trabajar crea oportunidades para el crecimiento económico. En la mayor parte de África Subsahariana, y en partes de Asia y América Latina y el Caribe, el descenso reciente de la fecundidad ha provocado que la población en edad de trabajar (25-64 años) crezca más rápido que la de otras edades, lo que, gracias a una distribución favorable de la población por edades, crea oportunidades para acelerar el crecimiento económico. Para beneficiarse de este “dividendo demográfico”, los gobiernos deben invertir en educación y salud, especialmente para los jóvenes, y crear las condiciones propicias para el crecimiento económico sostenido.

En los países más pobres las personas viven 7 años menos que el promedio mundial. Globalmente, se espera que la esperanza de vida al nacer, que aumentó de 64,2 años en 1990 a 72,6 años en 2019, aumente aún más, alcanzando los 77,1 años en 2050. Si bien se ha logrado un progreso considerable en la disminución de las diferencias de longevidad entre países, continúan existiendobrechas considerables.

En 2019, la esperanza de vida al nacer en los países menos desarrollados se sitúa 7,4 años por debajo del promedio mundial, debido en gran parte a que los niveles de mortalidad en la niñez y materna permanecen altos, así como a la violencia, los conflictos y el impacto persistente de la epidemia del VIH.

La población mundial está envejeciendo, al tiempo que el grupo de edad de 65 años o más es el que crece más rápidamente. Para 2050, una de cada seis personas en el mundo (16% de la población) tendrá más de 65 años, en comparación con una de cada 11 en 2019 (9%).

Se proyecta que la proporción de la población de 65 años y más se duplicará entre 2019 y 2050 en África septentrional y Asia occidental, Asia central y meridional, Asia oriental y sudoriental, y América Latina y el Caribe. Para 2050, una de cada cuatro personas viviendo en Europa y América del Norte podría tener 65 años y más.

En 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más a nivel mundial superaron en número a los niños menores de cinco años. Se proyecta que el número de personas de 80 años o más se triplicará, de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050.

El descenso en la proporción de población en edad de trabajar está ejerciendo presión sobre los sistemas de protección social. La relación de apoyo potencial, que compara el número de personas en edad de trabajar con los mayores de 65 años, está disminuyendo en todo el mundo. En Japón esta razón es de 1,8, la más baja del mundo. Otros 29 países, principalmente en Europa y en el Caribe, ya tienen relaciones de apoyo potencial inferiores a tres. Para 2050, se espera que 48 países, principalmente en Europa, América del Norte y Asia oriental y sudoriental, tengan razones elaciones de apoyo potencial por debajo de dos. Estos valores bajos señalan el impacto potencial del envejecimiento demográfico sobre el mercado laboral y el desempeño económico, así como las presiones fiscales que muchos países enfrentarán en las próximas décadas buscando desarrollar y mantener sistemas públicos de atención médica, de pensiones y protección social para las personas mayores.

Un número creciente de países experimenta una reducción en el tamaño de su población. Desde 2010, 27 países o áreas han experimentado una reducción de 1% o más en el tamaño de sus poblaciones. Esta caída es causada por la persistencia de bajos niveles de fecundidad. En algunos lugares, el impacto de la baja fecundidad en el tamaño de la población se ve reforzado por las altas tasas de emigración. Entre 2019 y 2050, se proyecta que en 55 países o áreas la población disminuirá un 1% o más; en 26 de esos países la caída será de al menos el 10%. En China, por ejemplo, se proyecta que la población disminuirá en 31,4 millones, o alrededor del 2,2 %, entre 2019 y 2050.La migración se ha convertido en un componente importante del cambio poblacional en algunos países.

Entre 2010 y 2020, se estima que la inmigración neta en 14 países o áreas será de más de un millón de personas, mientras que en 10 países habrá una emigración neta de magnitud similar. Algunos de los flujos migratorios de mayor envergadura están impulsados por la demanda de trabajadores migrantes (casos de Bangladesh, Nepal y Filipinas) o por violencia, inseguridad y conflicto armado (por ejemplo, en Myanmar y Siria y Venezuela). Bielorrusia, Estonia, Alemania, Hungría, Italia, Japón, la Federación Rusa, Serbia y Ucrania experimentarán un influjo neto de migrantes a lo largo de la década, contribuyendo a compensar las pérdidas de población causadas por un exceso de muertes por sobre los nacimientos. 

Según John Wilmoth, Director de la División de Población de las Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, “Estos datos constituyen un elemento crucial de la base empírica necesaria para monitorear el progreso global hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030”. “Más de un tercio de los indicadores aprobados para ser usados como parte del monitoreo global de los ODS se basan en datos de Perspectivas de la Población Mundial”, agregó.
 
El informe Perspectivas de la Población Mundial 2019: Aspectos Destacados presenta los principales resultados de la vigésimo sexta ronda de las estimaciones y proyecciones de la población mundial de la ONU. El informe incluye estimaciones de población actualizadas desde 1950 hasta el presente para 235 países o áreas, a partir del análisis detallado de la información disponible sobre las tendencias históricas de las variables demográficas. Esta evaluación utiliza los resultados de 1.690 censos nacionales de población llevados a cabo entre 1950 y 2018, así como información proveniente de sistemas de estadísticas vitales y de 2.700 encuestas con muestras representativas a nivel nacional. La revisión 2019 también presenta proyecciones de población desde el presente hasta el 2100, y muestra una serie de resultados posibles o plausibles a nivel mundial, regional y nacional.

Fuente:

Naciones Unidas. (2019).World Population Prospects 2019. New York, EEUU. https://population.un.org/wpp/

martes, 17 de septiembre de 2013

OMS, demencia: una prioridad de salud pública

Entre 2000 y 2050, la población mundial de más de 60 años se duplicará, y pasará de aproximadamente el 11% al 22%. Se prevé que el número absoluto de personas mayores de 60 años pase de 605 millones a dos mil millones, durante el mismo periodo.

En la Unión Europea, los mayores de 65 años se estima que en 2050 alcanzará un 27,5%. Por lo que respecta a España, en esta misma facha alrededor del 35% de la población superará los 65 años; y los mayores de 80 años, siguen la misma progresión y serán más del 4% en 2025 y más del 8% en 2050.

Este envejecimiento poblacional se produce a nivel mundial, y será más rápido en los países de ingresos medios y bajos. En la América Latina el envejecimiento es elevado como ocurre en Uruguay con 17,7% de personas mayores de 60 años.

El envejecimiento demográfico se puede ver como un problema, pero en sí, no lo es, todo lo contrario, es una riqueza, eso sí plantea necesidades de orden personal, familiar, de salud, socioeconómicas, etc. Así que lo que plantea el aumento de las personas adultas mayores es un reto, al que hay que da respuestas con políticas adecuadas e innovadoras, pero teniendo en cuenta que los verdaderos protagonistas son las personas mayores.

Un informe titulado “Dementia: a Public Health Priority” (“Demencia: una Prioridad de la Salud Pública”) de la Organización Mundial de la salud (OMS/WHO) publicado en el 2012, insta a los países a considerar a las demencias como prioridad de salud pública. En este informe podemos extraer interesantes datos.

domingo, 18 de agosto de 2013

Medicamentos y envejecimiento poblacional

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pide que la investigación farmacéutica esté orientada al desarrollo de nuevos tratamientos que se ajuste al envejecimiento demográfico.

Ya que, los países de la UE tienen más población mayor de 65 años que menor de 15 años, tendencia observada en gran parte del mundo.

En este sentido, "A pesar del aumento de tres veces más del gasto en investigación y desarrollo farmacéutico en Europa desde 1990, existe un desfase cada vez mayor entre las necesidades de la población real y la innovación farmacéutica", ha señalado Nina Sautenkova, respéonsable de Tecnologías de la Salud y Productos Farmacéuticos de la OMS para la Región de Europa.

Haciéndose eco de esta predisposición de la población, que afecta también a países de medios y bajos ingresos, el informe hace hincapié en que este cambio en los países de la UE es "una llamada a tiempo" para el resto del mundo, para que sean conscientes de que la población va a envejecer y en el futuro tendrán también que hacer frente a los desafíos similares sobre su salud.

Desde el punto de vista de la salud pública, el envejecimiento de la población conlleva mayor prevalencia de enfermedades asociadas como cardiacas, accidentes cerebrovasculares, así como un aumento de casos de cáncer, diabetes, osteoartritis, dolores articulares, pérdida de audición y de demencias, como la enfermedad de Alzheimer. "En combinación con la promoción de la salud e iniciativas de prevención, estas enfermedades también requieren una mayor inversión en investigación e innovación para superar las brechas farmacéuticas", señala el informe.

Este informe es una actualización de la versión 2004 y es un producto de la colaboración de los expertos de la OMS, los Estados miembros de la UE, la industria farmacéutica, y asociaciones academias y pacientes.

Por ello, "debemos asegurarnos de que la industria desarrolle medicamentos seguros, eficaces, asequibles y adecuados para satisfacer las necesidades de salud en el futuro", ha añadido durante la presentación del informe 'Medicamentos prioritarios para Europa y actualización mundial 2013'.

lunes, 31 de diciembre de 2012

Alzheimer 2012

1. Aspectos terminológicosAunque en la actualidad sabemos que el término demencia ha evolucionado y no significa lo mismo que hace 50 años, es frecuente encontrarse en muchas publicaciones que se dedican a la promoción y educación para la salud, algunas muy populares como blogs, páginas de Facebook y otras, en las que podemos leer: demencia presenil o senil (Alzheimer). Mucho peor es cuando el profesional de la salud, emplea estos términos, bien porque no conoce el diagnóstico (por falta de tiempo o de recursos) y se apresuran a considerar que los olvidos de memoria y desorientación de una persona adulta mayor lo identifican con una posible demencia senil.

Estos términos de presenil y senil no se deben emplear porque no tienen ningún valor diagnóstico al no establecer la causa de las alteraciones, y además da la sensación de que la demencia se debe al propio proceso de envejecimiento. Y las consecuencias de todo esto son graves porque retrasan la instauración de un tratamiento, si no para curar (la EA no tiene cura por ahora) si para retrasar su evolución.

Hasta mediado del siglo la EA se la denominaba demencia degenerativa presenil porque se pensaba que solo afectaba a personas alrededor de los 50 años. Y demencia senil a las personas que la padecían a partir de los 75 años.

Cuando se descubrió que las alteraciones neurodegenerativas de la demencia degenerativa presenil y demencia senil eran iguales, se propuso el término de Demencia Tipo Alzheimer (DTA), en la que distinguíamos la Enfermedad de Alzheimer (EA) en personas más jóvenes y la Demencia senil tipo Alzheimer (DSTA) en los más mayores.

En la actualidad simplemente hablamos de Enfermedad de Alzheimer (EA), que puede ser de Inicio Precoz o temprana (antes de los 65 años) y de Inicio Tardío (después de los 65 años).

2. El envejecimiento y las demenciasEntre 2000 y 2050, la población mundial de más de 60 años se duplicará, y pasará de aproximadamente el 11% al 22%. Se prevé que el número absoluto de personas mayores de 60 años pase de 605 millones a dos mil millones, durante el mismo periodo.
 
En la Unión Europea, los mayores de 65 años se estima que en 2050 alcanzará un 27,5%. Por lo que respecta a España, en esta misma facha alrededor del 35% de la población superará los 65 años; y los mayores de 80 años, siguen la misma progresión y serán más del 4% en 2025 y más del 8% en 2050.

Este envejecimiento poblacional se produce a nivel mundial, y será más rápido en los países de ingresos medios y bajos. En la América Latina el envejecimiento es elevado como ocurre en Uruguay con 17,7% de personas mayores de 60 años.

El envejecimiento demográfico se puede ver como un problema, pero en sí, no lo es, todo lo contrario, es una riqueza, eso sí plantea necesidades de orden personal, familiar, de salud, socioeconómicas, etc. Así que lo que plantea el aumento de las personas mayores es un reto, al que hay que da respuestas con políticas adecuadas e innovadoras, pero teniendo en cuenta que los verdaderos protagonistas son los mayores.

Un informe titulado “Dementia: a Public Health Priority” (“Demencia: una Prioridad de la Salud Pública”) de la Organización Mundial de la salud (OMS/WHO) publicado en el 2012, insta a los países a considerar a las demencias como prioridad de salud pública. En este informe podemos extraer interesantes datos.

3. Frecuencia
A nivel mundial la prevalencia de las demencias, aumenta de forma exponencial entre 65 y 85 años y se multiplica por 2 cada 5 años, alcanzando un 20% para personas mayores de 80 años, y un 25% para personas mayores de 85 años, es decir una de cada cuatro personas.

Son muchos los estudios que confirman que la demencia más frecuente es la que provoca la enfermedad Alzheimer (EA), llegando hasta el 86%, le sigue la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy y la demencia fronto-temporal. Si quieren ampliar estos datos.

4. Los nuevos criterios en el diagnóstico de EA
Las investigaciones llevadas a cabo entorno al Deterioro Cognitivo Leve (DCL) y la EA han hecho que cambien los criterios para el diagnóstico de esta enfermedad. Por primera vez en 27 años se han actualizado las directrices para el diagnóstico clínico de la enfermedad de Alzheimer. Actualmente hay datos suficientes para confirmar que el Alzheimer es un proceso continuo de etapas, definiéndose tres estadios de la misma. Así para llegar a tener una demencia la secuencia sería envejecimiento normal (con estado cognitivo normal), un envejecimiento con signos patológicos leves (DCL) y demencia que dependiendo del subtipo de DCL pueden evolucionar a diferentes tipos de demencia.

El criterio original ponía el foco en la última etapa, en la que los síntomas de demencia eran ya evidentes.
Las tres etapas o fases serían:
  • Preclínica: no hay sintomatología pero si puede haber cambios a niveles moleculares y celulares.
  • Deterioro cognitivo leve (DCL): síntomas leves.
  • Enfermedad de Alzheimer: con sintomatología manifiesta.
En la fase preclínica si bien no hay síntomas, si hay cambio cerebrales. Aparecen placas amiloide que se pueden detectar con escáneres funcionales como PET (tomografía por emisión de positrones). También se puede emplear la Tomografía por emisión de fotón único (SPECT) que mide imágenes tridimensionales del metabolismo cerebral.

En el liquido cefalorraquídeo (LCF) se pueden detectar elementos que son verdaderos biomarcadores.

Los criterios de Petersen se han considerados demasiado restrictivos; lo que ha llevado al Grupo de Trabajo de DCL del Consorcio Europeo sobre la Enfermedad de Alzheimer, a proponer nuevos criterios que fueron publicado en el Journal of Neurology, Neurosurgery & Psichiatry (2006)
 
Estos criterios diagnósticos son:
  • Quejas cognitivas procedente de los pacientes o sus familiares.
  • La presentación de una disminución de la función cognitiva en relación a las capacidades previas durante los 12 últimos meses por el paciente o informante.
  • Los trastornos cognitivos como se evidencia por la evaluación clínica (deterioro de la memoria o en otro dominio cognitivo).
  • Ausencia de grandes repercusiones en las actividades de la vida diaria, aunque el paciente puede referir dificultades en las actividades diaria complejas.
  • Ausencia de demencia.
Seguidamente se establece el subtipo de DCL: amnésico, no amnésico de multidominios cognitivos, no amnésico de un solo dominio cognitivo.

Y finalmente identificar el subtipo etiopatogénico. El subtipo amnésico evolucionaría a AE. El subtipo único no amnésico podría evolucionar a demencia frontotemporal, demencia cuerpos de Lewy, demencia vascular o Afasia primaria progresiva. En la afectación multidominio podría evolucionar a EA, demencia vascular, seguir como un envejecimiento normal o depresión.

El problema de basarse en los criterios establecidos para determinar el DCL qué pacientes evolucionaran a EA de las personas con , un DCL, el 10-15% evolucionan a EA al cabo de un año; tras tres años de seguimiento desarrollaran la enfermedad el 50%; otros a los distintos tipos demencias vistos anteriormente; y, en algunos, incluso puede desaparecer el DCL.

Esta fase Prodrómica de la enfermedad suele ser larga, hasta 10 años, y algunas investigaciones detectan cambios cerebrales hasta 15, 20 o más años antes de que aparezcan los primeros síntomas de la EA.

Si quieren ampliar los nuevos criterios para el diagnóstico puede hacerlo aquí.

El diagnóstico preclínico de la EA prácticamente solo se emplea en los proyectos de investigación. Las técnicas son muy complejas y muy costosas para aplicar en la práctica clínica de manera rutinaria.

Podemos afirmar que el diagnóstico preclínico de la EA (personas sin síntomas) se puede realizar en la actualidad. Muchas personas a las que se le analizan su LCR en busca de biomarcadores, dan positivos, siendo indicio de que en su cerebro se han producido alteraciones compatibles con la EA pero sin presentar síntomas ni deterioro cognitivo. El problema radica en averiguar que personas desarrollaran la EA y que factores de riesgos intervienen. En definitiva, la cuestión es elaborar perfiles de riesgos de personas a las que se les pueda aplicar tratamientos específicos preventivos. Esto sería lo ideal porque estaríamos ante una prevención primaria. Pero es necesario encontrar algún biomarcador fiable y especifico.

Por ahora se sigue realizando el diagnóstico habitual cuando han aparecidos los síntomas de la enfermedad que lleva al paciente y/o familiar a las primeras consultas médicas.

Mi blog
En este mismo blog podéis encontrar artículos sobre el envejecimiento en general y la EA en particular. Así, Habilidades Comunicativas en general y Alteraciones del Lenguaje en la EA, En cuanto capacidades cognitivas los Sistemas de Memoría y Alteraciones de la Memoria en la EA.
 
En cuanto a los trastornos psicológicos y conductuales: la Apatía en la EA, Trastornos de la Conducta Alimentaria, Síntomas Psicológicos en la EA.

Sabido es que la EA la padece la persona enferma y la sufre los familiares. En este sentido el cuidador principal debe de formarse, informarse y cuidarse, en el Impacto en el Cuidador de la EA, encontrará algunas pautas importantes.

También en temas como Diabetes y Deterioro Cognitivo, la Anosmia en la EA, Aproximación a la Enfermedad de Parkinson, La Disfagia encontraréis conceptos y herramientas de manejo de la persona co Alzheimer.

Y otros artículos que creo que le puede resultar interesante.
 
Fuentes:
En el blog también hay referencias importantes en las que se basan los artículos.

En los últimos años se ha incrementado los estudios y la investigación sobre la EA en particular y las demencias en general, sobresaliendo el diagnóstico y la búsqueda de biomarcadores, la etiopatogenia, aceptándose que su causa es compleja y multifactorial, la genética de la EA ha avanzado notablemente hasta el punto de que hace 15 años no conocíamos nada de los mecanismos genéticos de esta enfermedad. A partir del 2004 aparecen los biomarcadores.

Por otro lado la OMS, consiente de los retos que plantea las demencias ha instado a los países llevar a cabo políticas comunitarias en la que concreticen Planes Nacionales que presten atiendan a estas enfermedades de una manera global e integral, desde la investigación a la atención Sociosanitaria Centrada en la persona.

Quiero hacer mención aparte de Alzheimeruniversal 2.0, extraordinario Blog de referencia.

Las Afas (asociaciones de familiares de Alzheimer) desempeñan una labor muy importante de información, formación y asistencia, en la que los familiares y cuidadores encuentran apoyo constante.

Evidentemente para las personas con formación en la búsqueda de información pueden acudir a las Bases de datos especializados.

Deseo que esta última publicación del 2012 sea de vuestro interés.

FELIZ 2013.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La depresión en la persona mayor


El estado de ánimo más frecuente entre las personas mayores es el estado de ánimo positivo "estar bien/contento", pero las trastornos psicopatológicos más frecuentes son la ansiedad y la depresión.

El envejecimiento no debe ser sinónimo de enfermedad, depresión o discapacidad. Sin embargo, la depresión es uno de los 5 problemas de salud más importantes que tienen que hacer frente las personas mayores.

La depresión, con frecuencia no es reconocida, diagnosticada ni tratada adecuadamente, debido a que en muchas ocasiones los síntomas depresivos son interpretados como algo normal asociado al envejecimiento. A ello contribuye:

  • Que las propias personas mayores suelen quitar importancia a su tristeza, incluso negarla.
  • Que suelen tener autoestima con sentimiento de incompetencia y poca valía.
  • Que los familiares piensan que el ánimo depresivo es un estado normal del envejecimiento.
  • Que los médicos de AP no tengan las herramientas adecuada para diagnósticos o piensen que la sintomatoligía es propia del envejecimiento.
No se deben confundir el envejecimiento normal con la presencia de una enfermedad por más que en ocasiones estén presentes una mayor introversión, reiteración y presencia del pasado en algunos mayores.

La sintomatología en las depresiones geriátricas tiene características que la distingue de los Trastornos afectivos del adulto más joven. Estas particularidades son las siguientes:

  • Sintomatología
  • Síntomas somáticos y quejas
Menor presencia de síntomas afectivos y más síntomas somáticos. Tanto la tristeza patológica como el bajo estado de ánimo pueden manifestarse en el anciano como apatía y retracción o aislamiento. Las problemas corporales y quejas somáticas son muy abundantes y son causa de un sinfín de pruebas en busca de otras patologías. Que por otro lado son muy frecuente en la persona mayor.

  • La pérdida de peso e insomnio
La pérdida de peso por falta de apetito y el insomnio que son síntomas muy característicos de la depresión abundan en las personas mayores. En este sentido hay que tener en cuenta que estas personas necesitan menos horas de sueño, y no hay que confundirlo con el despertar precoz muy frecuente en las depresiones de los adultos más jóvenes. Las ideas delirantes pueden llegar a constituir verdaderos cuadros psicóticos.

  • Las enfermedades orgánicas
Otras veces las depresiones en los mayores tienen como bases enfermedades orgánicas, la mayoría ya la hemos visto anteriormente, en estos casos la depresión se constituye en un síntoma de la enfermedad. Se conocen como depresiones somatógenas.

  • La polimedicación
Los mayores suelen padecer polipatologia lo que los obliga a consumir varios fármacos, induciendo no pocas reacciones de todo tipo, y veces, episodios depresivos, días o semanas más tardes.

  • Depresión y deterioro cognitivo
En relación a la demencia y la depresión se pueden dar las siguientes presentaciones clínicas: demencia más episodio depresivo, depresión con apariencia de demencia (pseudodemencia) y depresión que evoluciona a demencia.

En no pocas ocasiones la depresión en la persona mayor se presenta como deterioro cognitivo (pseudodemencia), con sintomatología que obliga a diferenciarla de una demencia. También, la depresión puede ser difícil de identificar en pacientes con demencia. Determinados síntomas como: la apatía, pérdida de apetito, pérdida de interés por el entorno, insomnio, inquietud, alteraciones de la memoria o alteraciones de la concentración; pueden pertenecer tanto a la esfera de la depresión primaria como a la demencia.

También puede ocurrir lo contrario (pseudodepresión), que la EA se puede manifestar en su inicio y en fases intermedias con sintomatología depresiva, que se calculan en un 30%-50%, pudiendo llegar a establecerse como verdadera depresión empeorando aún más su rendimiento cognitivo.

La demencia con mayor prevalencia de síntomas depresivos es la demencia asociada a degeneración tipo corticobasal, seguida de la demencia por cuerpos de Lewy y posteriormente otras con prevalencias ligeramente superiores a un tercio de los pacientes como es la EA, la demencia con Parkinson o la demencia frontotemporal (DFT).

Debido al progresivo envejecimiento poblacional, la depresión en las demencias representa un problema de salud. Se ha observado que la coexistencia simultanea de ambos trastornos, implica una fuente adicional de incapacidad.

Como nos recuerda Nina Romero (2012) “tenemos que estar atentos a esos procesos depresivos de aparición insidiosa en los adultos mayores con tendencia al aislamiento social” y añade “no hace falta perder la memoria para estar iniciando una demencia que conlleve perdida de memoria tipo alzheimer, Pick, Lewy....”

  • Los trastornos adaptativos
Son frecuentes en el ámbito de las depresiones de las personas mayores, y es que ciertos factores muy estresantes, como muerte de un familiar, un ictus, etc. que se identifica fácilmente en el tiempo previo, a la depresión, produce una falta de adaptación psíquica a este agente estresante dando lugar a sintomatología depresiva o ansiosa.

Causas

Factores psicosociales

  • Pérdidas y cambios
  • De salud: deterioro funcional, con pérdida de autonomía.
  • De familiares, amigos y seres queridos con reacción de duelo patológico.
  • Menor capacidad económica.
  • Pérdida del rol y estatus familiar: con salidas de los hijos, menor papel de la abuelidad y a veces utilización interesada de esta por parte de los hijos.
  • Crisis de la jubilación con cambio brusco de actividad y alteraciones de las relaciones sociales.

Factores biológicos
Los cambios y modificaciones estructurales y fisiológicas que conlleva el proceso de envejecimiento se han postulado como factores de vulnerabilidad en la depresión del anciano. Entre estos:

  • Cambios en estructura cerebral.
  • En la neurotransmisión.
  • En los sistemas hormonales.
La polipatologia con presencia de enfermedades crónicas están en la base de muchas depresiones en la persona mayor. Cabe destacar a:
  • La enfermedad de Alzheimer.
  • La enfermedad de Parkinson.
  • La demencia multiinfarto o vascular.
  • Los traumatismos craneales.
  • Y otras muchas patologías.
Impacto de la depresión en la persona mayor

La depresión tiene un enorme impacto por su elevada frecuencia, por su importancia en la calidad de vida y por ser causa de suicidio en la persona mayor. Por tanto, el diagnostico y el tratamiento de los trastornos depresivos en este grupo de edad es la mejor manera para disminuir su impacto.

En cuanto a su frecuencia, los estudios son contradictorios, la depresión mayor en el anciano oscila entre el 1-2% de las personas mayores de 65 años. De acuerdo con muchos autores, parece una frecuencia muy baja, afirmándose que los instrumentos de diagnósticos no son adecuados para este grupo de edad, ya que se suelen emplear los mismos que para los adultos más jóvenes. Esta metodología es inadecuada para detectar las depresión mayor ya que la sintomatología en la persona mayor tiene particularidades el deterioro cognitivo, con disminución de los síntomas afectivos, como la tristeza, y mayor manifestaciones somáticas.

En cuanto a los episodios depresivos menores alcanzan entre 15-20%. Estos datos son válidos para mayores que viven en su domicilio.

Para los hospitalizados con depresión mayor llegan al 10%, y para los trastornos menores alcanzan el 30%. En cambios, para la depresión mayor en residencias son el 15%, y para los menores entre el 30-35%. Pero hay algunos estudios en que estas cifras están más elevadas.

Por otra parte, la depresión es un factor negativo en la evolución de enfermedades en el mayor. Dificulta la rehabilitación de patologías incapacitantes como los accidentes cerebrovasculares (ACV). Y es un factor de muy mal pronóstico en la en la EA y en el Parkinson.

Por otro lado, y en cuanto al suicidio que no se considera una enfermedad mental, sino un trastorno de conducta asociado a un trastorno mental, como la depresión, la esquizofrenia y el deterioro cognitivo, entre otras, ha alcanzado cifra preocupante en todo el mundo. Por lo que respecta a España, y según la OMS, el nivel más alarmante es a partir de los 75 años, cuando la tasa suicida entre personas mayores, hombres es 32,6 por 100.000 habitantes; entre las mujeres mayores, se alcanza otra peligrosa tasa: 6,6 por 100.000 habitantes, si bien se observa la profunda brecha entre géneros. En la franja de 65 a 74 años, los hombres tienen cifra de 19,4 por 100.000 habitantes, y entre mujeres es 5,8 por 100.000 habitantes. Todas estas datos están referidos al 2008. Con la crisis económica Europea, y española en particular parece que estas cifras están muy incrementadas en el 2012. En muchos países, parece existir un consenso entre los medios de comunicación social, en todo aquello que hace referencia al suicidio, y sobre todo a sus datos estadísticos. Este silencio, también, de las instituciones políticas, es para evitar su aumento por aquello de la imitación.

En definitiva que la depresión tiene un enorme impacto en la población mayor, aumentando tanto la comorbilidad como la mortalidad, Y esto se debe, según varios estudios a:

  • Menores recursos sociales para los adultos mayores deprimidos, aumentado su aislamiento y soledad.
  • Peor estado nutricional por pérdida del apetito.
  • Posibles efectos de la depresión sobre el sistema inmunitario
  • Pérdida de motivación para el autocuidado.
Referencias:
- Cummings JL. The impact of depressive symptoms on patients with Alzheimer disease. Alzheimer  
   Dis.Assoc.Disord. 17[2], 61-62. 2003
- Eccles M, Clarke J, Livingstone M, Freemantle N, Mason J. North of England evidence based 
  guidelines development project: guideline for the primary care management of dementia. BMJ.   
  317[7161], 802-808. 19-9-1998.
- Eisch AJ, Petrik D.(2012)Depression and hippocampal neurogenesis: a road to remission? Science.  
  2012 Oct 5;338(6103):72-5. doi: 10.1126/science.1222941.
- Bland P. Tackling anxiety and depression in older people in primary care. Practitioner.    
  2012 Jan;256  (1747):17-20, 2-3.
- Knesper DJ. The depressions of Alzheimer's disease: sorting, pharmacotherapy, and clinical advice.
  J.Geriatr.Psychiatry Neurol. 8, Suppl-51. 1995.