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martes, 10 de enero de 2012

El sueño y sus funciones

1. Descanso y sueño
El descanso es un estado de actividad física y psíquica “reducido” en el que la persona se siente mejor, con más ganas de continuar con sus actividades diarias, es decir está descansado.

No hay que confundir el descanso con la inactividad, se puedo esta realizando una actividad y se puede estar descansando, aunque requiere tranquilidad, relajación libre de estrés emocional y de ansiedad.

Cada persona entiende el descanso de manera diferente. Unos leen, otros hacen ejercicios de relajación, otros pasean o van a alguna actividad lúdica o cultural.

Según Narrow(1997) podemos descansar cuando:
  • Sentimos que las cosas están bajo control.
  • Nos sentimos aceptados.
  • Entendemos lo que está pasando.
  • Estamos libres de molestias e irritaciones.
  • Realizamos un número satisfactorio de actividades concretas.
  • Sabemos que recibiremos ayuda cuando la necesitemos.
Además es necesario comodidad física, eliminar las preocupaciones y sueño suficiente.
El sueño ha interesado al ser humano desde el principio de la Humanidad, la ciencia lleva años tratando de contestar a las preguntas: ¿por qué dormimos? y ¿para qué dormimos? Los conocimientos actuales sobre el sueño son muchos, pero no tenemos una respuesta definitiva sobre la función del sueño.

El sueño es una de las necesidades humana básica ya descrita por Abraham Maslow, psicólogo humanista, en 1970, quien estableció su jerarquización. Esta clasificación, fue perfeccionada por Kalish, detalla los elementos que pertenecen a cada una de las necesidades. Así, las fisiológicas las coloca en la base de su pirámide y comprenden: agua, alimento, aíre, eliminación, reposo, sueño y la conservación de la temperatura y la evitación del dolor.

También Virginia Henderson, partiendo desde un punto de vista humanista, establece sus 14 necesidades humanas básicas, siendo la primera respirar adecuadamente, las últimas se refieren a todo lo que es autorrealización del ser humano, y colocando en quinto lugar la necesidad de descansar y dormir.

Así pues, descansar y dormir es una necesidad fisiológica básica y, por tanto, dormir bien es fundamental para nuestra salud y bienestar y también para quienes nos rodean. Si no se satisface la necesidad de sueño y descanso aparecen problemas de salud que incluso puede tener consecuencias personales, familiares y sociales muy graves.


2. Importancia del sueño
Nos pasamos durmiendo una tercera parte de nuestras vidas. Sabemos que durante el sueño tienen lugar cambios en las funciones somáticas y en los procesos mentales de vital importancia para el equilibrio psíquico y físico de las personas. El cuerpo y la psiquis se recuperan con las distintas fases del sueño, por el contrario la falta inciden en el buen funcionamiento de nuestras actividades cognitivas como son la atención, la memoria y la creatividad.

Los estudios sobre la epidemiología de las alteraciones del sueño son muy dispares y más sin cabe cuando se refiere a niños. En general un 40% de la población tiene trastornos del sueño. Por otro lado, los trastornos del sueño aumentan con la edad, más del 50% de las personas mayores de 65 años tienen problemas para dormir; hay autores que afirman que a los 95 años el 100% de la población presenta dificultades con el sueño.

3. Fases del sueño
El sueño puede definirse como un estado fisiológico con supresión casi completa de la actividad consciente y de relación y la depresión de las actividad vegetativa, con pocos movimientos de los músculos voluntarios, es cíclico, ritmo circadiano, cada 24 horas, más o menos, todas las personas tienen necesidad dormir.

De este modo se alterna fases de actividad-vigilia-luz y fases de descanso-sueño-oscuridad.
Estado de vigilia.
Cuatro fases de sueño sin movimientos oculares de los ojos (NMOC o NREM):


Fase 1: adormecimiento (5% del total de sueño). Se puede tener alucinaciones.
Fase 2: sueño ligero (50% del sueño). Disminuyen las frecuencias cardiacas y respiratorias.
Estas dos primeras fases son de sueño superficial.
Fase 3 y Fase 4: sueño profundo no REM (20% del sueño)
Se produce en la primera mitad de la noche. Su función es la recuperación física.
Fase 5: Sueño paradójico. Sueño MOR (movimientos rápidos de los ojos, 25% del sueño) o REM (Rapid Eye Movement) conocido también como sueño desincronizado o D. Se produce en la segunda mitad de la noche y su función es la recuperación psíquica.


Las distintas fases del sueño tienen características EEG (electroencefalograma) específicas. Así al conjunto formado por las fases 3 y 4 del sueño NREM se denomina sueño de ondas lentas (SOL), delta o profundo.

El sueño REM se caracteriza por un EEG de baja amplitud y de frecuencia mixta similar al de la fase 1 del NREM. En este contexto, se producen brotes de actividad más lenta (3 a 5 Hz) con deflexiones negativas superficiales ("ondas en diente de sierra") que se superponen con frecuencia a este patrón. El EOG (electrooculograma) da muestras de sueño REM similares a las que se observan cuando la persona en cuestión permanece despierta y con los ojos abiertos. La actividad del EMG (electromiograma) permanece ausente reflejando la atonía muscular completa de la parálisis motora descendente característica de este estado.

Aunque desconocemos muchas cosas de sueño, gracias a las numerosas investigaciones conocemos otras muchas como que en la fase REM se produce los ensueños. También aumenta la presión sanguínea, la frecuencia cardiaca y la respiratoria. La “actividad sexual inconsciente” como erecciones nocturnas o el aumento de temperatura del clítoris durante el sueño no son a causa de los ensueños o de los deseos sexuales reprimidos, como creía la teoría psicoanalista, sino que todo esto se debe a la actividad que desarrolla el sistema nervioso durante la fase REM.

En definitiva, el sueño no es un proceso pasivo, sino que es un proceso fisiológico activo que produce la recuperación física y psíquica en el que el sistema nervioso sigue trabajando e integrando las experiencias y conocimientos previamente aprendido.


4. Técnicas de registro del sueño o polisomnografía
Se registra de forma continua y se mide: las ondas cerebrales (Electroencefalograma, EEG), la actividad eléctrica alrededor de los ojos (Electrooculograma, EOG), actividad eléctrica en algunos músculos (Electromiograma, EMG), electrocardiograma (ECG), oxígeno en sangre (Oximetría) y el flujo de aire inspirado.

5. Funciones de sueño
El sueño tiene funciones de restauración y protección y sirve para reajustar o conservar los sistemas biológicos. Para que el sueño cumpla su función se necesita una cantidad de sueño digamos característica de cada persona. Así, un recién nacido puede ser de hasta 20 horas y muy fragmentadas, siendo un 50% sueño REM y el otro 50% NREM III y IV; en el adolescentes duermen entre 8-9 horas; en el adulto entre 6-8 horas, disminuyendo el tiempo total de sueño a expensas de la fase IV NREM; y en las personas mayores entre 6 y 7 horas. En esta etapa de la vida la necesidad de descanso aparece antes que la de sueño. La duración de tiempo nocturno de sueño disminuye, con acortamiento de la fase REM y reducción de las fases III y IV NREM, con un sueño fragmentado, necesitando más tiempo para conciliar el sueño.

En los niños existe una relación entre sueño y crecimiento. Y es que a mayor calidad en el sueño mayor secreción de la hormona del crecimiento o somatotropina. Esta hormona actúa sobre muchos tejidos del cuerpo, influyendo sobre el desarrollo de células y tejidos y regula el metabolismo de las proteínas.

La hormona del crecimiento se segrega en mayor cantidad a los 50 o 60 minutos de haberse iniciado el sueño nocturno, es decir en la Fase NREM IV (aunque parece que durante las siestas largas también ocurre esto). Los niños que duermen de forma intranquila con múltiples periodos a lo largo de la noche están en desventaja con aquellos que consiguen hacerlo de una sola vez.

Por otro lado la somatotropina, está relacionada con la alimentación, concretamente con la concentración de azúcar en sangre, debiendo haber un equilibrio entre el hambre, el ejercicio y el estrés, para que permitan al niño llegar al máximo de su potencial de crecimiento.

Un reciente estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chicago (USA), publicado en "Annals of Internal Medicine", afirma que dormir poco puede estimular la obesidad. Al parecer, la cantidad de sueño condiciona el nivel en el organismo de dos hormonas, la leptina y la grelina, de modo que, en individuos que han dormido poco, disminuye la primera y aumenta la segunda. La leptina tiende a suprimir el apetito, con lo que su disminución supone una mayor tendencia a comer. La grelina provoca sensación de hambre, pero en este caso la falta de sueño produce un aumento de esta hormona, por lo que su efecto se suma al anterior, influyendo la unión de ambas en un aumento del apatito.

En cuanto al sueño REM facilita y consolida el aprendizaje, efectos beneficiosos sobre la memoria, mejora la adaptación conductual y, gestionamos mejor nuestras emociones.

De un modo general podemos decir que durante el sueno NREM se produce la recuperación física y en el sueño REM la recuperación psíquica.

 

Fuente:
Guyton – Hall. Tratado de Fisiología Médica. 11 edición.
Insomnio,...www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/.../s305calidad_vida.pd
Sociedad Española de Neurología.

jueves, 5 de enero de 2012

Algunas teorías sociales del envejcimiento

  • Teoría de la desvinculación o retraimiento
  • Teoría de la actividad
  • Teoría de la continuidad
  • Teoría de la subcultura
  • Teoría del medio social
  • Teoría de las minorías
  • El interaccionismo simbólico
  • Teoría del etiquetaje
  • Teoría fenomenológica
1.Teoría de la desvinculación o retraimiento
La teoría de la desvinculación, también llamada de desacoplamiento (The theory of desngagement) fue presentada en principio por E. Cumming y W.E. Henry en el año 1961. En resumen viene a decir que se produce una desvinculación mutua entre el individuo y la sociedad a la que pertenece. El sujeto va dejando de representar su rol y la sociedad cada vez le da menos oportunidades. En principio parece que para que la sociedad progrese los individuos más viejos tengan que dejar pasos a los más jóvenes, como dice Bazo, M.T (1986) existe un cierto funcionalismo sociológico.

Algunos autores creen que son los ancianos los que comienza por si mismo la desvinculación de la sociedad; otros, mantienen una postura opuesta, que es la sociedad la que aparta progresivamente a los más mayores.

Aunque fue aceptada en su formulación original, muy pronto se hicieron revisiones y las investigaciones sobre ella han sido significativas. Ya en 1964 W.E. Henry reconsidera la teoría del retraimiento como proceso mutuo entre individuo y sociedad, y piensa que la perdida de roles se basaría en una causalidad interna del proceso. En el mismo año Havighurst, Neugarten y Tobin analizando las variables individuales que darían lugar a una vejez satisfactoria llegan a la conclusión que esta depende del grado de satisfacción conseguido con anterioridad durante su vida más activa y con la situación presente. Siendo la personalidad del individuo determinante, unos estarían satisfechos con el distanciamiento, mientras que otros lo pasarían realmente mal.

Lehr, U. 1969 habla de desvinculación transitoria, la cual coincidiría con acontecimientos importantes, por ejemplo la jubilación, una vez superada el evento, comenzarían otra vez las relaciones sociales.

Otra reformulación de la teoría de la desvinculación, desde mi punto de vista muy interesan ante, es la presentada por Aragó, J.M. (1987) que considera que se produce un deterioro progresivo que arranca con acontecimientos determinantes. El área social sufriría un deterioro tal que provocaría un retraimiento por la disminución de relaciones ... Por otra parte, Aragó, J.M. (1987) relaciona el distanciamiento social con el grado de satisfacción personal, si la sociedad pudiera satisfacer todas las necesidades de la vejez, los ancianos no tendrían interés por la actividad. Este sería el caso de las instituciones donde se garantizan las necesidades fundamentales: sanitarias, de la vida diaria, etc. Sin embargo, investigaciones efectuadas por García-Pérez, M.C. y Tous, J.M. (1992) no confirmarían la hipótesis de Aragó.

Desde el inicio de la teoría se ha planteados varias cuestiones, desde mi punto de vista, destaco las siguientes: primera, si es voluntariamente iniciada por los ancianos implicados; segunda, si se debe a deterioro progresivo de sus capacidades; tercera, si esta desvinculación es buena para los ancianos; y, cuarta, que números de ancianos inician este distanciamiento.

2. La teoría de la actividad
Hay cierta conjunción en la paternidad de la teoría de la actividad mientras que Aragó, J.M. (1987) señala que su formulación originaria se debe a Cavan en el año 1949, otros como Bazo, MT.(1990) afirman que originariamente se debe R. Havighurst et al. (1968). En resumen este modelo postula que los ancianos con un proceso de envejecimiento fisiológico implican seguir con los mismos roles de la edad adulta o en todo caso sustituir los perdidos por otros. Esto implica mantenerse activo. Casi todos los estudios realizados parecen confirman los presupuestos teóricos.

4.Teoría de la continuidad
Formulada por Atchley, R.C. (1972) sostiene que en el proceso de envejecimiento hay una tendencia natural al mantenimiento de los roles que ha venido desempeñando durante su vida. Es decir, que la adaptación a la vejez dependería de su pasado. En este sentido cada anciano tendría un modelo propio. Los estudios empíricos prácticamente no existen.

5.Teoría de la subcultura
Presentada por Rose, A. (1965) sostuvo que la edad creaba una subcultura en los ancianos. Esta subcultura de la edad como cualquier grupo aislado tiene características específicas, entre las cuales sus propias normas de conductas. Riley. M (1968) con sus investigaciones confirmó que es mejor estudiar los grupos de ancianos tomando extractos según la edad, que según la clase. En este orden de cosa se explicaría la proliferación de asociaciones y demás grupos diversos de personas de edad que buscan su propia identidad.

6.Teoría del medio social
Gubrium, J. (1973) considera que la conducta en la vejez estaría relacionada con algunas condiciones biológicas y sociales (Mishara, B.L. , Riedel, R.G. 1986) como la salud, el dinero y los apoyos sociales. Según esta teoría la salud seria un factor determinante ya que muchas personas están muy limitadas por las enfermedades crónicas, estando algunas totalmente imposibilitada.

En cuanto al dinero una situación precaria seria otra condición negativa que actuaría como factor limitante en la actividad de los ancianos. En muchos países, desarrollados, hay un porcentaje elevado de personas de edad que perciben unos ingresos que apenas llegan para la subsistencia.

Por lo que respecta a apoyos sociales, la desintegración familiar, por muerte de uno de los cónyuges, o la falta de relaciones sociales actuarían condicionando la conducta de los ancianos.

En resumen, según J. Gubrium todos los factores del medio social que actúen limitando la actividad son negativos para la vejez.
 
7.Teoría de las minorías
Este modelo, propuesto por Strieb, G. (1965) es muy parecido al de Rose (Mishara, B.L. , Riedel, R.G., 1986), refiriéndose a la sociedad estadounidense, pero que puede ser válido para otras sociedades, cree que las personas de edad se ven forzadas a formar una minoría , lo mismo que los negros o indios, por compartir algunas características biológicas. Además, tendrían los rasgos de los grupos minoritarios, inmovilismo, pobreza, segregación e impotencia., que producirían reacciones que irían desde el pasivismo absoluto hasta activismos exacerbados como el político.
 
8.El interaccionismo simbólico
Lo que se llamó más tarde interaccionismo simbólico tiene su origen en las teorías desarrolladas por G.H. Mead, Ch. Cooley y W. Thomas que vienen a decir que los seres humanos, con su comunicación simbólica, aprenden la conducta de las otras personas con las que conviven en un ambiente físico y social determinado (Bazo, M.T., 1990). La comunicación simbólica actuaría como proceso de socialización desde el nacimiento, en el que el lenguaje desempeñaría una función primordial. En el interacionismo simbólico hay que distinguir la definición de la situación (W.Tomas), el Yo-espejo (C.H. Cooley) y la interpretación de si mismo.

Aplicando los conceptos antes citados a los ancianos estos adoptarían una conducta determinada según que interpretación hicieran de la situación, que interpretación y respuesta dieran al yo-espejo y que presentación decidirán más adecuada en determinadas circunstancias.

9.Teoría del etiquetaje
Bengston, V. (1973) cree que la teoría del etiquetaje explicaría algunas conductas de los ancianos como las derivadas de etiquetar a una persona como senil o dependiente, siendo tratada según el significado social de la etiqueta que condicionaría la conducta de la persona que vera como se modifican sus roles, status e identidad (Bazo, MT., 1990).
 
10.Teoría fenomenológica
Tiene su origen en Alemania y fue elaborada inicialmente por E. Hurssel, siendo su idea fundamental que para entender la conducta humana hay que comprender el mundo perceptivo de la persona. Según el sistema perceptivo y el proceso de socialización así cada uno entenderá el mundo. Es una teoría de elevado nivel de abstracción con evidentes problemas para la investigación empírica pero muy compresiva y completa (Bazo, TM. ,1990).

Alguna bibliografia para una visión retrospectiva de la gerontologia soacial


Fuente:

A.A.V.V. (1994) Envejecimiento y psicología de la salud. Siglo XXI de España Editores. S.A. Madrid.

A.A.V.V.(1997) Guía sociosanitaria para personas mayores. Fundación Matia. San Sebastián.

BERMEJO GARCIA, L. (1993) Hogar, dulce hogar. Como mejorar su vivienda haciéndola más sana y segura. Editorial Popular. Madrid.

CAPELLI, M.P.; DRAGUI, V.B. (2001) Aprendizaje y vejez. Cuestionando mitos. Revista electrónica Tiempo nº 8 agosto.

COSTA, M.; LOPEZ, E. (1986) Salud comunitaria. Ediciones Martínez Roca. Barcelona.

CONDE SALAS, J.L. (2001) Vivir la vejez positivamente. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento. Lectura complementaria.

G. de VIGUERA, V. (2001) ¿Es útil aprender a envejecer?. La educación para el envejecimiento. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento, clase 3

G. de VIGUERA, V. (2001) El proceso de envejecimiento. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento, clase 4 y 5.

G. de VIGUERA, V. (2001) Cambios psicológicos y sociales. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento, clases 6 y 7.

G. de VIGUERA, V. (2000) identidad y Autoestima en los Adultos Mayores. Revista electrónica Tiempo nº 5 junio.

MONCHIETTI, A.; KRZEMIEN, D. (2000) Participación social y estilo de vida. Su relación con la calidad de vida en la vejez. Revista electrónica Tiempo nº 6 noviembre.

MURRAY PARKES, C. (1999) Duelo y salud mental en la vejez. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento. Lectura complementaria. http://www.psiconet.com/tiempo/educacion localizado en Revista del Climaterio 1999; 1 (5) (noviembre-diciembre) 225- 231

Fuente original :Bereavement and mental health in the elderly. Reviews in Clinical Gerontology 1997, 7 (1) 47-53

PEREZ FERNÁNDEZ, R. (1998) Sobre los derechos de las personas de edad. Seminario Temas de Psicogerontologia II clase 17.

POSADA F. Beneficios y sentido de la formación en la vejez. Seminario Temas de Psicogerontología II clase 185.

RODRÍGUEZ ESTRADA, M; PELLICER DE FLORES, G.; DOMÍNGUEZ EYSSAUTIER, M. (1988) Autoestima: Clave del éxito personal. Editorial El Manual Moderno S.A. de C.V. México.

RUBIO HERRERA, R., DOSIL, A. (1994) Desarrollo de la inteligencia en la vejez. Cap 26 pags. 463 – 475 En: BERMEJO V. (1994) Desarrollo cognitivo. Editorial Síntesis. Psicología. Madrid.

VARGAS, J.H. (2001) La formación de la ciudadanía emancipada de adultos mayores. Revista electrónica Tiempo nº 7 abril.

VARGAS, J.H. (2001) La participación social de los adultos mayores. Una práctica de la libertad cotidiana. Revista electrónica Tiempo nº 8 agosto.

miércoles, 4 de enero de 2012

La anosmia y el Alzheimer

La anosmia y el Alzheimer
El sentido del olfato junto con el del gusto reacciona a sustancias químicas, que son detectadas en una terminaciones nerviosas, llamadas quimiorreceptores. La parte superior de las fosas nasales está cubierta por la membrana pituitaria que está plagada de terminaciones nerviosas que a través del nervio olfatorio (I par craneal) conduce los impulsos nerviosos hasta el bulbo olfatorio y tracto olfatorio y de aquí al sistema límbico e hipotálamo y al neocórtex donde estas sensaciones se harán conscientes. Sabemos que estas estructuras cerebrales están relacionadas con los impulsos e instintos, emociones y sentimientos. Igualmente estas zonas cerebrales son fundamentales en el procesamiento de la información (memoria), así como en la regulación del sistema endocrino.
Los trastornos del olfato
Puede ocurrir que disminuya la capacidad para oler (hiposmia), que se pierda totalmente (anosmia) y que dicha capacidad aumente (hiperosmia).
También puede haber trastornos en la percepción y así hay personas en que aparecen cambios en olores y aromas que antes le eran familiares se distorsionan o que un olor que antes era agradable se hace insoportable, e incluso percibir olores que anteriormente no olían.
Atendiendo a la etiología de los trastornos en el olfato puede ser congénito u obedecer a causas secundarias. Si es congénita es incurable (no se desarrolló el nervio olfatorio), otros problemas desde el mismo nacimiento o poniéndose de manifiesto por traumatismo craneoencefálicos.
Casi siempre aparece cuando el paciente ya ha cumplido los 10 años, y se diagnóstica porque el enfermo presenta problemas de salud que están asociados al olfato, como anorexia y que no perciben los distintos olores. Los casos idiopáticos (causas desconocidas) también entran en este tipo de trastornos del olfato.
En cuanto a la anosmia secundaria (que se deriva de otra enfermedad) podemos distinguir los siguientes tipos:
Anosmia pasajera: muy frecuentes en refriados y rinitis por agentes virales y alergias.
Anosmia temporal: se afecta el nervio olfativo por virus o bacterias o traumatismos sobre dicho nervio (desviación del tabique nasal, pólipos o tumores). También pueden indicarnos otras enfermedades de las fosas nasales (sinusitis, rinitis, etc) o ser consecuencia patologías graves como enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer o enfermedad de Refsum. Los fumadores también pueden presentar este tipo de trastorno olfativo temporal. Otras muchas enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión, malnutrición, la esclerosis múltiple y la psicosis de Korsakoff están todas asociadas o dan como síntomas trastornos del olfato.
La anosmia permanente: cuando las causas anteriormente se complican puede conllevar una anosmia permanente por quedar dañado el nervio olfativo. También al proceso de envejecimiento se asocia una disminución en la capacidad olfativa como ocurre en los demás sentidos.
La anosmia como biomarcador
Las pruebas tradicionales de detección de trastornos del olfato son subjetivas, consiste presentar al paciente un frasco con aromas y en un formulario escribe sus percepciones, pero no es un método objetivo porque es imposible regular la cantidad de producto aromático suministrado ni la distancia a la que se pone la sustancia. Todo esto ha llevado a un grupo de investigadores perteneciente al Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN), Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la Fundación Hospital de Alcorcón al desarrollo de un Olfatómetro que unido a un equipo de Resonancia Magnética Funcional (RMF). Con este equipo se visualiza y se mide la actividad cerebral en el mismo momento que la persona percibe los estímulos olorosos.
En la Fundación CIEN se está investigando si el olfato puede ser uno de los biomarcadores que permitan la detección precoz del Alzheimer.
Referencias:
Fundación 100.
Psiquiatria.com.
National Institutes of Health. Institute on Deafness and Other Communication Disorders.


martes, 11 de octubre de 2011

Tipos de edades

Todos los seres vivos nacen, crecen, maduran, envejecen y, finalmente, mueren. Ante este proceso, los humanos y demás seres, somos iguales. Pero no todos vivimos la misma cantidad de años. Algún solo viven unos minutos, como la efímera, otros no llegan a las 24 horas, en el caso de algunos protozoos unicelulares y, otras alcanzan los 130 años, como la tortuga de Carolina.

No hay una fecha exacta de longividad, pero en los seres humanos, el máximo de vida, marcado genéticamente, está situado alrededor de los 120 años. Aunque son muy pocos los que han llegado a estas edades, pero los que lo han logrado han vivido con buena salud casi hasta los últimos días de sus vidas.

En el ser humano, a parte de la edad cronológica, distinguimos diferentes tipos de edades. Esta distinción se resume en que la edad cronológica no se corresponde con la edad biológica.

1. Edad cronológica
Es la edad del individuo en función del tiempo transcurrido desde el nacimiento. Es por tanto la edad en años. Criterio administrativo de gran relevancia que marca hechos importantes en nuestra vida como, la mayoría de edad para los jóvenes o, la jubilación para las personas mayores. Tiene por tanto un valor social o legal más que biológico. El tiempo en sí no tiene ningún efecto sobre el envejecimiento, sino que los cambios ocurren asociado al tiempo.

2. Edad biológica
Es la edad real de nuestro cuerpo, de los órganos, de los tejidos, de las células. Se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos comparados con patrones estándar para una edad. Es por tanto un concepto fisiológico. Su conocimiento científico nos dará información sobre nuestro envejecimiento real.

Mientras que la edad cronológica no depende de factores externos, la edad biológica si. Además de nuestra genética, tiene que ver mucho con nuestro estilo de vida y, será menor o mayor, si llevamos: adecuada alimentación y nutrición, ejercicio y actividades físicas, bienestar emocional, estimulación cognitiva, eliminar el consumo de alcohol y de tabaco, uso adecuado de medicamento, seguridad vial y prevención de caídas. Así, como el control de enfermedades que se pueden prevenir y/o evitar.

Las personas con una edad biológica inferior a la cronológica corren un menor riesgo de mortalidad y de sufrir enfermedades relacionadas con la edad. Y, al contrario, si la edad biológica es mayor, el riesgo también es mayor.

Es fácil entender, cuando vemos a alguien que parece más joven de lo que realmente es por su edad cronológica, que el envejecimiento no es el mismo para todos. Tiene distinto ritmo en unos individuos y otros. Es más, cada uno de nuestros tejidos, órganos y sistemas envejecen a ritmo diferente. Esto hace que nuestra edad biológica solo podría entenderse como un promedio de cada uno de estos elementos. Esta heterogeneidad, incluso en un solo individuo, hace difícil la medición de la edad biológica.

3. Edad psicológica
Es la que define la vejez en función de los cambios cognitivos, emocionales y de personalidad a lo largo del ciclo vital. El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizaje, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivo-valorativas del presente, pasado y futuro, así como crecimiento personal). Este tipo de edad, está muy relacionada con la edad subjetiva, la que tienes según te sientes.

4. Edad social
Se mide por la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenece y la utilidad social. Estimación que varía según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo "viejo-sabio"/"viejo inútil".

5. Edad funcional

Al conjunto de las edades biológica, psicológica y social se le conoce con el nombre de edad funcional. La persona es capaz de realizar una vida autónoma (mantiene su capacidad de decisión) e independiente (no necesita de una persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), las instrumentales (AIVD), las de relación y sociales (AAVD). Para lo cual es necesario mantener unos niveles razonables de capacidad física y mental. Es esta edad la que puede definir una calidad de vida satisfactoria y por tanto un envejecer saludable. La salud en la persona mayor, como mejor se mide, es en termino de función (OMS,1959).
 
Fuente:
- Varios Autores (2011). Inmserso, Madrid. Envejecimiento Activo. http://envejecimiento.csic.es
/documentos/documentos/imserso-libroblancoenvejecimientoactivo-01.pdf
- The public health aspects of the aging of de population. Copenhague: WHO, 1959.
- Moragas, R., (2004). Gerontología Social. Barcelona, España: Editorial Herder.

domingo, 9 de octubre de 2011

La autoayuda en la depresión. Algunos consejos

Los trastornos depresivos hacen que quienes los padece se sienta agotado, inútil, desesperanzado y desamparado. Esas maneras negativas de pensar y sentirse hacen que las personas quieran darse por vencidas. Es muy importante saber que esta manera negativa de ver las cosas es parte de la depresión.
 
Estas son distorsiones que, por lo general, no se basan en hechos o circunstancias reales. Las ideas negativas desaparecerán cuando el tratamiento empieza a hacer efecto. Mientras esto ocurre podemos hacer lo siguiente: 
  • Fíjese metas y objetivos realistas, teneindo en cuenta la depresión, y no trate de asumir una cantidad excesiva de responsabilidades, no lo abarque todo al mismo tiempo.
  • Divida las metas en partes pequeñas, establezca prioridade, distiga lo urgente de lo importante y haga lo que pueda cuando pueda.
  • Es mejor estar acompañado y de confiar en alguna persona, familiar, amigo; hablar es bueno.  Deje que sus familiares y amigos le ayuden.
  • Intente hacer actividades que le gusten, le ayudaran sentirse mejor.
  • Haga algún ejercicio moderado, actividades recreativas, vea el deporte que le guste, vaya al cine o participe en otras actividades lúdicas, religiosas, sociales o de cualquier tipo. Todo eso le ayudará.
  • No espere que su estado de ánimo mejore de inmediato, lo hará gradualmente. Se necesita tiempo para sentirse mejor.
  • No tome decisiones importante hasta que mejore. Antes de hacer cambios muy importantes, como cambiar de trabajo, casarse o divorciarse, consulte con personas que lo conozcan bien y tengan una visión más objetiva de su situación.
  • No se sale de una de presión de pronto, eso si, se sentirá mejor cada día, conforme el tratamiento avance.
Recuerde, ideas o pensamientos positivos (lo que llamamos patrones positivos de pensamiento) iran reemplazando los pensamientos negativos que son parte de la depresión. Los patrones negativos van a desaparecer cuando su depresión responda al tratamiento.

Los cuidados paliativos

1. Concepto de enfermedad terminal

Una enfermedad terminal es la que se encuentra en el último estadio de su evolución y a la que sucederá la muerte de la persona en un plazo relativamente corto, unos seis meses.

La enfermedad terminal puede presentarse a cualquier edad, pero es en geriatría en donde con más frecuencia aparecen situaciones irreversibles que llevan a la muerte.

Los cuidados paliativos es la atención en el proceso de morir. Tanto la agonía como la muerte implican procesos de adaptación singulares para la persona, su familia y los cuidadores. Morir es un acto individual pero muy condicionado por las peculiaridades de la persona y de su entorno (valores, creencias, experiencias vitales, …). Como se afronte la propia muerte conduce a la aceptación o no de la misma, donde la personalidad del individuo y los cuidados integrales tiene una importante relevancia.

Los pacientes con enfermedad terminal son subsidiarios de recibir cuidados paliativos. Los pacientes que pueden formar parte de un plan de cuidados paliativos se dividen en: oncológicos y no oncológicos.

2. Los cuidados paliativos

2.1 La atención paliativa

Se habla de atención o cuidados paliativos cuando se establece un programa de tratamiento cuyo objetivo es mantener o mejorar las condiciones de vida de los pacientes mejorando su calidad de vida,  cuando estos no responden a ningún tratamiento curativo, manteniendo el bienestar y la dignidad, ante la muerte.

La Organización  Mundial de la salud (OMS) indica las finalidades de estos cuidados:
  • Calma el dolor.
  • Controlar los síntomas.
  • Apoyo psicológico, social y espiritual.
  • Mantener la vida, reafirmando su importancia, pero sin alargarla ni acortarla.
  • Apoyar a la familia durante el proceso terminal y el duelo.
 Se sigue el viejo concepto hipocrático de “alivia si no puede curar”.

La OMS define los cuidados paliativos como el cuidado integral y activo de los pacientes cuya enfermedad no responde a tratamientos curativos.

 2.2 La valoración del paciente terminal

La valoración del paciente con enfermedad terminal consiste en el análisis de la situación del paciente a partir del uso de diferentes instrumentos de valoración y de la realización de una historia clínica completa.

Dada la prevalencia de pacientes de enfermedad terminal entre los ancianos, se detalla la Valoración Geriátrica Integral (VGI), ya estudia en el capitulo de ancianos.

2.3 Objetivos de los cuidados paliativos

Se agrupan en:

1. Bienestar físico: abarca el tratamiento y cuidados de:
  • Dolor
  • Nutrición e hidratación
  • Disnea
  • Náuseas
  • Fatiga
  • Incontinencia y problemas intestinales
 2. Bienestar psicológico: atiende a:
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Delirio
  • Intranquilidad
  • Agitación

3. Bienestar social: implican a los familiares y profesionales sanitarios.

4. Bienestar espiritual: incluye la fe en la religión en la que crea y practique el paciente. También la incertidumbre, la esperanza y la búsqueda de sentido.

3. Cuidados del paciente terminal

3.1 Cuidados físicos

Comprenden todos los procedimientos de enfermería derivados de las necesidades del paciente.

Los síntomas más frecuentes en los pacientes en fase terminal son:
  • Dolor
  • Anorexia
  • Sequedad de la boca/mal aliento/lesiones bucales.
  • Disnea
  • Estreñimiento
  • Insomnio
  • Úlceras cutáneas
  • Confusión
  • Náuseas y vómitos
  • Caquexia
  • Ansiedad, depresión, angustia y temor.
  • Situación agónica.
  1. Higiene e imagen
  • Mantener la piel limpia e hidratada.
  • Cuidar la limpieza de la cama.
  • Cuidados frecuentes de ojo, boca, pies, etc.
  • Estimularle a mantener buen aspecto respecto del vestido, el peinado, etc.

2. Alimentación
  • Adaptada a los gustos y preferencias del paciente. Darle alimentos apetecibles.
  • Mantener el aporte de líquido.
  • Fraccionar las comidas en tomas más frecuentes, en el número y horario que desee la persona.
  • No forzar la gestión.
  • Las dietas blandas son mejor aceptadas.
  • No olvidar los cuidados de la boca.
3. Eliminación
  • Favorecer la intimidad en las eliminaciones.
  • Colaborar en la eliminación de fecalomas.
  • Emplear los dispositivos más apropiados en caso de incontinencia para mantener a la persona seca.
  • Observar la regularidad en las eliminaciones.

4. Movilización
  • Estimular la movilización fuera de la cama, según posibilidades y deseos del paciente.
  • Paseos cortos.
  • Movilizaciones activas o pasivas.
 5. Descanso y sueño
  • Facilitar el descanso en la noche y la actividad durante el día.
  • Aplicar técnicas de relajación u otras actividades que favorezcan el reposo.
  • Cuidar el entorno: ventilación, eliminar ruidos ambientales, apagar luces, observar la temperatura, etc.
 6. Dolor
  • Aplicar el tratamiento farmacológico prescrito y atender los posibles efectos secundarios de los analgésicos.
  • Otras medidas de alivios: masajes, frío o calor, relajación, etc.
  • Necesidades ambientales: procurarle compañía, afecto, distraer, etc.

7. Otros
  • Atender síntomas concretos: disnea, secreciones, vómitos, etc.
  • Actividades asistenciales habituales: constantes vitales, administración de fármacos prescritos, cuidados de catéteres, bolsa de diuresis, sondas, comunicarse y escuchar al paciente, etc.
 3.2 Cuidados psicológicos

La disposición para comunicarse con el paciente es fundamental, especialmente la comunicación no verbal (gestos, postura corporal, distancia, contacto físico, etc.) y la verbal.
Hay que tener una actitud de empatía y comprensión. Y, la actitud de escucha es muy importante.

1. Los objetivos de la comunicación son:
  • Disminuir temores.
  • Disminuir la ansiedad.
  • Acompañar.
  • Consolar.
  • Mantener o mejorar el bienestar.
  • Favorecer el tránsito en este proceso.
 Promover actividades de ocio y encuentro con familiares y amigos.
La espiritualidad y la religiosidad cobran una especial relevancia en estos momentos. Si el paciente lo demanda, se le facilitará atención espiritual.

Deben aceptarse las diferentes manifestaciones emocionales del paciente y de sus familiares en relación con la pérdida inminente.

2. Las etapas del duelo

Según la Kubbler Ross, las etapas del duelo por las que pasan estos pacientes se manifiesta tanto el paciente ante la vivencia de su muerte, como en las familias, tras la pérdida. Etapas:
  • De negación: el paciente niega la enfermedad que el médico le ha trasmitido con el diagnóstico y también niega la idea de la muerte.

  • De ira: Fase de protesta, resentimiento, rabia e ira, cuando el paciente se da cuenta que su enfermedad progresa y no se cura. Por qué le sucede a el, y proyecta la ira en su entorno.

  • De negociación o pacto: va aceptando la idea de la muerte, pero está dispuesto a cualquier cosa si el médico o Dios le cura y le “salva” de esa situación. Busca el último recurso posible.
  • De depresión: aparece cuando se da cuenta de la evidencia de su próxima muerte. Relacionada con la pérdida de la esperanza.

  • De aceptación: Aparece en el momento final de la vida, cuando se entrega y deja de luchar. La acompaña una profunda tristeza y de un deseo de paz y tranquilidad. Fase desprovista de sentimientos, sin interés por el exterior.

3. Actitudes respecto a cada fase ( según la autora)
  • En la negación: tiene importancia la información, del tiempo que tenga para el duelo y de cómo afronte las situaciones de tensión.
  • En la ira: “un ser humano al que se respete y se le comprenda,…”
  • En la de pacto: el paciente nom suele compartirla y dura poco tiempo.

  • En la de depresión: al principio necesita compartir la su angustia y ser escuchado. Después, ya  no necesitará la palabra.
  • En la de aceptación: no es una fase feliz, necesita que le dejen solo, que no lo agiten.  Puede necesitar el contacto de una mano y el silencio en compañía. La familia es la que más ayuda necesita.

La información del diagnóstico y el pronóstico al paciente se respetará el deseo del paciente. Es un tema muy complejo. A veces se establece una “conspiración del silencio” en la que el personal, los familiares y el propio paciente evitan hablar del tema.

domingo, 2 de octubre de 2011

Alimentación y ejercicio

A. La alimentación
La alimentación (el comer y beber) es una necesidad fisiológica básica, que dependiendo de nuestros hábitos alimenticios construye o destruye salud día a día. Una sobrealimentación, es decir un aumento continuado en la ingesta puede desembocar en un síndrome metabólico, con obesidad, HTA, colesterol alto, diabetes… con peligro elevado de enfermedad cardiovascular. Por el contrario una malnutrición puede llevar también a numerosos problemas de salud. Así, que lo ideal sería una alimentación óptima, cosa nada fácil de conseguir, la calidad de la alimentación depende de factores: sociales, económicos, culturales, geográficos, religiosos entre otros.

Hay que distinguir entre alimentación y nutrición. Se llama alimentación al acto de proporcionar al cuerpo alimentos e ingerirlos para su mantenimiento. Es un proceso voluntario y consciente, por tanto esta en nuestras manos modificarlo, mediante el aprendizaje de hábitos alimentarios saludables.

La nutrición es el conjunto de procesos metabólicos mediante los cuales el organismo recibe, transforma e incorpora los nutrientes contenidos en los alimentos, para obtener energía, construir y reparar las estructuras orgánicas, y regular procesos metabólicos. La nutrición es un proceso involuntario e inconsciente que depende de procesos corporales como la digestión, la absorción y el transporte de los nutrientes de los alimentos hasta los tejidos.

El estado de salud de una persona depende de la calidad de la nutrición de las células que constituyen sus tejidos. Puesto que es bastante difícil actuar voluntariamente en los procesos de nutrición, si queremos mejorar nuestro estado nutricional sólo podemos hacerlo teniendo hábitos alimentarios saludables.

Para llevar a cabo todos los procesos que nos permiten estar vivos, el organismo humano necesita un suministro continuo de materiales que debemos ingerir: los nutrientes.
Sin embargo, estos nutrientes no se ingieren directamente, sino que forman parte de los alimentos. Se puede hacer una primera distinción entre los componentes de cualquier alimento en base a las cantidades en que están presentes: los llamados macronutrientes, que son los que ocupan la mayor proporción de los alimentos, y los llamados micronutrientes, que sólo están presentes en pequeñísimas cantidades.

Los macronutrientes son las proteínas, glúcidos (o hidratos de carbono) y lípidos (o grasas). También se podría incluir a la fibra y al agua, que están presentes en cantidades considerables en la mayoría de los alimentos, pero como no aportan calorías no suelen considerarse nutrientes.

Entre los micronutrientes se encuentran las vitaminas y los minerales. Son imprescindibles para el mantenimiento de la vida, a pesar de que las cantidades que necesitamos se miden en milésimas, o incluso millonésimas de gramo (oligoelementos).

Otra clasificación es la de los nutrientes en cuanto a la función que realizan en el metabolismo. Un primer grupo lo forman aquellos compuestos que se usan normalmente como combustible celular. Se les llama nutrientes energéticos y prácticamente coinciden con el grupo de los macronutrientes. De ellos se obtiene energía al oxidarlos "quemarlos" en el interior de las células con el oxígeno que transporta la sangre. La mayor parte de los nutrientes que ingerimos se utiliza con estos fines.

Un segundo grupo está formado por los nutrientes que utilizamos para construir y regenerar nuestro propio cuerpo. Son los llamados nutrientes plásticos y pertenecen, la mayor parte, al grupo de las proteínas, aunque también se utilizan pequeñas cantidades de otros tipos de nutrientes.

Un tercer grupo se compone de todos aquellos nutrientes cuya función es facilitar y controlar las funciones bioquímicas que tienen lugar en el interior de los seres vivos. Este grupo está constituido por las vitaminas y los minerales, de los que se dice que tienen funciones de regulación. Por último, habría que considerar al agua, que actúa como disolvente de otras sustancias, participa en las reacciones químicas más vitales y, además, es el medio de eliminación de los productos de desecho del organismo.

El valor energético de los alimentos se mide en calorías, que es la cantidad de calor necesario para aumentar en un grado la temperatura de un gramo de agua. Como su valor resulta muy pequeño, en dietética se toma como medida la kilocaloría (1 Kcal. = 1.000 calorías). A veces –y erróneamente, por cierto–, a las kilocalorías también se las llama Calorías (con mayúscula). Cuando oigamos decir que un alimento tiene 100 Calorías, en realidad debemos interpretar que dicho alimento tiene 100 kilocalorías por cada 100 gr. de peso.

Cada grupo de nutrientes energéticos –glúcidos, lípidos o proteínas– tiene un valor calórico diferente y más o menos uniforme en cada grupo. Para facilitar los cálculos del valor energético de los alimentos se toman unos valores estándar para cada grupo: un gramo de glúcidos o de proteínas libera al quemarse unas cuatro calorías, mientras que un gramo de grasa produce nueve. De ahí que los alimentos ricos en grasa tengan un contenido energético mucho mayor que los formados por glúcidos o proteínas. De hecho, toda la energía que acumulamos en el organismo como reserva a largo plazo se almacena en forma de grasas.

B. Algunos consejos prácticos para una alimentación saludable y ejercicio.

1. Condiciones de una alimentación saludable:
  • Completa, porque contiene todos los grupos de alimentos que, en combinación, aportan todos los nutrientes necesarios.
  • Equilibrada, porque incorpora cantidades apropiadas de alimentos, pero sin excesos.
  • Suficiente, porque cubre las necesidades del organismo para permitir el crecimiento y el desarrollo en los niños y mantener el peso corporal en los límites aconsejables en adultos.
  • Variada, porque proporciona los aportes necesarios de vitaminas y minerales, al incluir diferentes grupos de alimentos.
  • Adecuada a las características del individuo y a sus circunstancias, como la edad, el sexo, la complexión corporal, la actividad física y la historia clínica de cada persona, así como los hábitos alimentarios, el estilo de vida, la situación socioeconómica, el lugar de residencia y la época del año.
2. Haz 5 comidas al día: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. De esa forma se evita el picoteo entre comidas y disminuye el riesgo de engordar.

4. Una alimentación rica en lácteos es fundamental para prevenir la osteoporosis. Los desnatados son igual de efectivos. Si no te gustan o no puedes tomar lácteos, hay otros muchos alimentos recomendables como almendras, salmón, sardinas, legumbres, cereales y tofu entre otros.

5. No te dejes engañar por las dietas milagro y consejos alimenticios que oigas de personas no especializadas. Asesórate siempre por tu médico o por el especialista en nutrición si debes perder peso.

6. Practica ejercicio físico todos los días, al menos una hora y realízalo a una intensidad moderada. No es necesario que esa hora de ejercicio sea seguida, es igual de efectivo que al final del día sumes 60 minutos realizando ejercicio en bloques de no menos de 10 minutos.

7. Elije la actividad física más adecuada a tu edad, condición física y entorno. No es mejor para tu salud estar agotado al finalizar una actividad física. Incluso puede ser peligroso.

8. La práctica de actividad física regular como caminar, trotar, senderismo,...ayudan a prevenir la atrofia muscular, el aumento de peso graso y la ostoporosis.

9. Haz ejercicio cuando te sientas bien, no lo hagas si tienes fiebre, gripe o enfermedad aguda. Cuando haga calor, haz ejercicio a un ritmo más moderado de lo habitual y, sobre todo, elige los momentos más frescos del día.

10. El ejercicio físico regular moderado y una alimentación saludable son los pilares básicos en la prevención y tratamiento de enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo2, las enfermedades cardiovaculares y la osteoporosis.

Además:
  • Coma alimentos reales y a ser posible de cercanía.
  • Aumente la ingesta de fibra, con legumbres y verduras.
  • Coma al menos, tres frutas y dos verduras al día.
  • Reduzca las grasas animales. Utilice aceite vegetales, principalmente de oliva.
  • Coma embutidos y ahumados de menera ocasional.
  • Elimine las bebidas de alta graduación. Y vino o la cerveza muy poco, una de copita  o botellín al día.
  • No fume.
  • Hay que hacer lo posible por comer las frutas y las verduras crudas.
  • Los adultos deben comer diariamente 30 grs. de fibra al día.
  • Se debe tomar suficiente líquido: aproximadamente 8 vasos al día.
  • Modere el consumo de sal en las comidas
  • Mantenga un peso de acuerdo a la complexión y estatura.
  • Evite el exceso de azúcar. 
No olvide que la aliamentación sana y el ejerció adecuado y regular, son determinantes para un envejecimiento saludable y activo que reducen el riesgo de pedecer enfermedades y, por tanto, contribuyen a prevenir la dependencia.

Fuentes:
-FAO (Organización de las Naciones Unidads para la agricultura y la Alimentación)
-OMS (Organización Mudial de la salud)
-SENC (Sociedad Española de Alimentación Comunitaria)
-SEGG (Sociedad Española de geriatría y Gerontología)


lunes, 29 de agosto de 2011

Asertividad

Una persona asertiva es aquella que afirma o dar una opinión con certeza. Al mismo tiempo es una estrategia y un estilo de comunicación ubicado o interpuesto entre dos comportamientos extremos: la comunicación agresiva y la comunicación pasiva. Se dice que es un comportamiento comunicacional maduro en el que mantenemos nuestras opiniones y derechos pero siempre respetando al otro.
La asertividad se puede aprender emocionalmente como estrategia de comunicación o también refleja una autoconfianza o autoestima. Si nos comunicamos con asertividad nuestras expresiones son sencillas y directas, claras y conscientes y, sobretodo, equilibradas. Nuestro objetivo fundamental es expresar nuestras emociones y sentimientos respectando a nuestro/a interlocutor/a.

Veamos algunos ejemplos:

Situación 1.
Un paciente nos dice que se encuentra mejor y pide, en contra de la orden médica, que por favor le levantemos y le sentemos.
Le damos una de las siguientes respuestas:
Respuesta 1:
“- No es posible. Comprendo su interés por levantarse, pero no es lo indicado en la orden médica”. Es una comunicación asertiva, sería la correcta.
Respuesta 2:
“- No, no es lo indicado”. Comunicación agresiva.
Respuesta 3:
“- Bueno... no lo sé. Ya veremos lo que se puede hacer”. Pasiva.

Situación 2.
Estás hablando con un paciente y su compañero de habitación te está interrumpiendo constantemente. Al final, le das una respuesta a este último.
Respuesta 1:
“- ¡Cállate! ¿No ves que estoy hablando?” Agresiva.
Respuesta 2:
“- Sí, dime qué es lo que quieres”. Pasiva.
Respuesta 3:
“- Si no le importa, voy a terminar con este paciente y ahora le atiendo.” Asertiva, es la correcta.