}}

lunes, 18 de octubre de 2021

Prevención del Alzheimer

Se estima que adoptando unos hábitos de vida saludables se podrían prevenir casi uno de cada tres casos.
El Alzheimer es la causa de alrededor del 70 por ciento de todas las demencias. Se caracteriza por un deterioro cognitivo importante, con pérdida de memoria, alteraciones en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación temporal y espacial, dificultades para la planificación y realización de tareas o la resolución de problemas. Además, suele haber cambios en el comportamiento y la personalidad.
Conforme evoluciona la enfermedad, la persona tendrá problemas para realizar las actividades de la vida diaria. Cada vez será más dependiente, necesitando ayuda y cuidados continuados.

Las lesiones neurodegenerativas
A nivel cerebral se produce lesiones muy características: la
acumulación de placas de proteína beta-amiloide y de
ovillos neurofibrilares de proteína Tau. Además, junto a estas
lesiones típicas de la enfermedad Alzheimer, en muchos pacientes se pueden observar lesiones vasculares que muy probablemente también contribuyen a los síntomas clínicos de demencia.

En la actualidad, no existe tratamiento curativo para esta enfermedad, pero si que podemos actuar en los factores de riesgos relacionados con la enfermedad de Alzheimer.

Los factores de riesgos
Los factores de riesgo relacionados con la enfermedad de Alzheimer son de dos tipos: no modificables y modificables.

Los factores de riesgo no modificables que se relacionan con la enfermedad de Alzheimer son, principalmente, la edad y la genética.

La edad es el principal factor de riesgo para padecer Alzheimer, pero su desarrollo no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.

En cuanto, a la genética, es importante saber que el Alzheimer no es una enfermedad hereditaria, no está genéticamente determinada. Sólo el 1%, puede atribuirse directamente a la genética. En el resto de casos, el 99%, hay ciertos genes que pueden conferir una mayor vulnerabilidad para desarrollar la enfermedad, pero, en sí mismos, no son determinantes. Este efecto genético, está condicionado y modulado por los factores de riesgo modificables.


Factores de riesgo modificables:
  • Adecuada alimentación y nutrición
  • Incorporar ejercicios y actividades físicas
  • Actividad cognitiva, bienestar emocional, relación social
  • Hábitos saludables (eliminar tabaco, alcohol,..)
  • Descanso y sueño adecuados
  • Control de la salud (TA, diabetes, colesterol, obesidad,..)
En estos factores que están relacionados con la salud cardiovascular y el estilo de vida, es donde podemos incidir para prevenir la enfermedad de Alzheimer.

Por otra parte, sin investigación no hay curación ni prevención posible:
  • Los estudios de cohortes
  • Las técnicas de neuroimagen
  • La investigación en biomarcadores
  • Los ensayos clínicos de fármacos preventivos
Sabemos, por numerosos estudios que la enfermedad de Alzheimer, tiene una larga fase Preclínica, hasta 20 años, donde no se manifiesta la enfermedad. Cuando aparecen los primeros síntomas, el daño cerebral ya es irreversible. De ahí la importancia de estos estudios que irían a conocer que ocurre en esta etapa preclínica de la enfermedad.
  1. Miranda A, Gómez-Gaete C, Mennickent S. Dieta mediterránea y sus efectos benéficos en la prevención de la enfermedad de Alzheimer [Role of Mediterranean diet on the prevention of Alzheimer disease]. Rev Med Chil. 2017;145(4):501-507. doi:10.4067/S0034-98872017000400010
  2. Bermejo-Pareja F, Llamas-Velasco S, Villarejo-Galende A. Alzheimer's disease prevention: A way forward. Prevención de la enfermedad de Alzheimer: un camino a seguir. Rev Clin Esp (Barc). 2016;216(9):495-503. doi:10.1016/j.rce.2016.05.010
  3. Bermejo-Pareja F, Llamas-Velasco S, Villarejo-Galende A. Alzheimer's disease prevention: A way forward. Prevención de la enfermedad de Alzheimer: un camino a seguir. Rev Clin Esp (Barc). 2016;216(9):495-503. doi:10.1016/j.rce.2016.05.010





domingo, 17 de octubre de 2021

Edadismo y sexualidad en personas mayores

Entorno a las personas mayores y el proceso de envejecimiento existen muchos esteriotipos y prejuicios que constituyen verdaderos edadismos. Esto empeora cuando nos referimos a la sexualidad. Y es que existen muchos mitos que niegan la sexualidad a los hombres y las mujeres mayores. 


Lo que piensa la sociedad es que: "El amor y el sexo es cosa de jovenes". 

Esta descriminación empieza por la propia familia, las instituciones, los medios de comunicación social y la sociedad en general, que niegan no sólo la expresión de la sexualidad y la afectividad en las personas mayores, sino la capacidad de una respuesta sexual satisfactoria.

Vivimos en una sociedad, en que todo lo bueno esta ligado a la juventud, parecer joven es una prioridad que alimentan los medios de comunicación y la publicidad. Hay que perecer joven a toda costa, porque se considera que lo bello y lo productivo va ligado a la juventud. Y a las personas mayores se le consideras frágiles y débiles (vulnerables), sin atractivo físico y personal, sin capacidad sexual. La sociedad siempre ha intentado, negar su sexualidad. Y esto empeora en el caso de la mujer mayor, pero no hay que permitir que estas actitudes sociales, mitos, estereotipos y creencias religiosas, incluso refranes populares, impidan el desarrollo con normalidad de la sexualidad en esta etapa de la vida.

Afortunadamente, no todas las personas tienen la misma imagen de las personas mayores y poco a poco esto va cambiando. La información y educación sexual de los más jóvenes tiene importancia capital, porque solo, desde un conocimiento verdadero de la sexualidad, como puede cambiar estas actitudes.

En este sentido, ha sido la gerontología y geriatría, las que están contribuyendo de manera fundamental en las erradicación de estos esteriotipos.

Podríamos hacer un listados de los mitos y prejuicios que se han transmitidos de generación en generación, que son transmitidos pos los adultos y aprendidos por los más jovenes, que considera las personas mayores sin atractivo ni capacidad física para tener relaciones sexuales normales. Entre las falsedades entorno a la sexualidad de los mayores hay que destacar:



1. Las personas mayores pierde el interés por el sexo.

Falso. La sexualidad nace con la persona, y solo se acaba al final de nuestra vida. Forma parte de nuestra personalidad y de nuestra esencia como persona. El interés perdura siempre. Cierto que la actividad sexual puede estar condicionada por la salud o por la existencia de una pareja activa. Se trata de mantener una relación afectiva basada en el cariño y gozar de nuestra capacidad sexual y no de tener una sexualidad como en la juventud.

2. La sexualidad se va agotando con el paso de los años.

Falso. Los impulsos sexuales se mantienen toda la vida. No cabe duda que la capacidad sexual cambia con el proceso de envejecimiento. Y en general, la respuesta sexual suele ser más lenta, pero no desaparece, solo necesecita adaptación y buscar los estimulos adecuados.

3. Que la practica sexual no es buena para las personas mayores.

Falso. Las relación sexual en las personas mayores, igual que en cualquier etapa de la vida, proporcionan bienestar emocional y físico. Contribuye a la eliminación del dolor, aumenta la autoestima y la calidad del sueño. Mantiene la relación social alejando la soledad y preveniendo la ansiedad y la deperesión.

4. Las personas mayores no necesita tener sexo.

Falso. Igual que en cualquier edad, necesitan tener pareja. Aunque prioricen la comapañía y el afecto mutuo. Somos seres emocionales, y nos podemos enamorar a cualquier edad, aunque la pasión sea distinta.

Bibliografía
  1. OMS (2021). Informe Mundial sobre el edadismo 2021. https://www.who.int/es/teams/social-determinants-of-health/demographic-change-and-healthy-ageing/combatting-ageism/global-report-on-ageismNo
  2. SEGG (2021) Guía de la SEGG para los medios de comunicación sobre el tratamiento de la información y la imagen de los mayores 2021.  https://www.segg.es/media/descargas/5GUIASEGGPARAMEDIOS.pdf
  3. LOSADA BALTAR, Andrés (2004).”Edadismo: consecuencias de los estereotipos, del prejuicio y la discriminación en la atención a las personas mayores. Algunas pautas para la intervención”. Madrid, Portal Mayores, Informes Portal Mayores, nº 14. [Fecha de publicación: 28/02/2004]. 
  4. @Misc{BVMC:601889,title = {La vejez: entre la burla y la valoración social. Una visión desde el refranero},url = {http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc5q6p6}}


jueves, 14 de octubre de 2021

Edadismo y leguaje

El edadismo, un término que comprende los estereotipos, los prejuicios y la discriminación que ejercen unas personas sobre otras por su edad. Esta dinámica de exclusión afecta tanto a los mayores como a los jóvenes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que esta discriminación está cada vez más extendida: una de cada dos personas en el mundo es edadista contra las personas mayores, según el Informe mundial sobre el edadismo (OMS, 2021).


Términos como "nuestros mayores", anuncios de cremas “antienvejecimiento". Mayores aislados durante la pandemia Covid-19, son diferente formas de edadismo.

Los medios de comunicación, los públicos también, utilizan un lenguaje edadista sobre las personas mayores, que durante los meses más duro de la pandemia por Covid-19, se puso de manifiesto con más intensidad que nunca.


Numerosos filósofos del lenguaje afirman que las palabras son capaces de configurar nuestros pensamientos. En este sentido, Wittgenstein nos recuerda que el significado de las palabras depende de su uso y de cómo se aplique en cada caso. Grice afirma que somos los hablantes los que damos significados a las palabras a partir del concepto de intención comunicativa. Lo que significan las palabras es lo que nosotros queramos que signifiquen y este significado depende siempre de la intención que pone en comunicante.


Entonces ¿Por qué? Palabras como "viejo", "anciano", "frajil", "dependiente", "vulnerable",... Expresiones como "nuestros mayores", "nuestros ancianos" "anciano enfermo", "anciano fragil", "nuestros abuelos", "residencias de ancianos" , "centros geriátricos... y Frases como "se ha incendiado un piso donde vivían dos personas, una anciana de 87 y un anciano 93, años respectivamente.", "Por primera vez un anciano de 90 años sube al Everest ",... Son edadistas.


Porque en nuestra cultura asociamos a las mismas un significado peyorativo relacionado con lo viejo, lo inútil, lo inservible, la incapacidad, la fragilidad, la indefensión, la incapacidad o la dependencia. Todas estas palabras y expresiones fomentan las actitudes paternalistas, la desigualdad, la discriminación  y la infantilización de las personas mayores quitándole su heterogeneidad, su valía y capacidad. La utilización de este tipo de lenguaje acaba en una visón vulnerable, condescendiente  y paternalista por la edad. 

"El lenguaje tiene una influencia determinante en conductas y creencias sociales. Por eso, es importante la comunicación de estas informaciones con los términos adecuados, reales y no estereotipados. Por ejemplo, es más positivo el término Personas Mayores (que además es una denominación inclusiva). No son recomendables los términos ancianos/as, viejos/as o abuelos/as y mucho menos sus diminutivos (ancianitos/as, viejecitos/as o abuelitos/as). Ni todos las personas mayores son abuelos/as, ni todos los abuelos/as son personas mayores. Si se les pregunta a ellas, es frecuente que contesten que no les gusta el término Nuestros Mayores que indica posesión o paternalismo. Son preferibles las fórmulas “Personas Mayores” o “Adultos Mayores” de nuestra sociedad" (Guía de la SEGG para los medios de comunicación sobre el tratamiento de la información y la imagen de los mayores, 2021).

En mi opinión, no sólo tenemos que usar un lenguaje no edadista, sino cambiar la actitud y la imagen que tenemos de las personas mayores. Si seguimos pensando que una personal mayor, no puede hacer, pensar o sentir ciertas "cosas" por razón de edad no avanzaremos. Si seguimos pensando, que si se enamora "es un viejo verde", que si sale a una hora determinada "a dónde irá estas horas", que si lo roba es porque es vulnerable,.. no habremos cambiados nada.

Bibliografía:
  1. OMS (2021). Informe Mundial sobre el edadismo 2021. https://www.who.int/es/teams/social-determinants-of-health/demographic-change-and-healthy-ageing/combatting-ageism/global-report-on-ageismNo
  2. SEGG (2021) Guía de la SEGG para los medios de comunicación sobre el tratamiento de la información y la imagen de los mayores 2021.  https://www.segg.es/media/descargas/5GUIASEGGPARAMEDIOS.pdf
  3. LOSADA BALTAR, Andrés (2004).”Edadismo: consecuencias de los estereotipos, del prejuicio y la discriminación en la atención a las personas mayores. Algunas pautas para la intervención”. Madrid, Portal Mayores, Informes Portal Mayores, nº 14. [Fecha de publicación: 28/02/2004]. 

martes, 28 de septiembre de 2021

Las personas mayores son diversas

La heterogeneidad de las personas mayores
Los datos del padrón continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que en España hay 47.344.649 personas, de los cuales, 9.307.571 son personas mayores de 65 años que representan el 19,7 por ciento de la población. Los mayores de 80 y 90 años son el 6,09 y 1,22 por ciento respectivamente. Y el 0,03 por ciento son centenarios.

Si bien es cierto que la pandemia ha provocado el primer descenso de la población de los últimos cuatro años, con 106.146 personas menos en 2020, los mayores de 65 años no ha dejado de crecer. Las cifras reflejan con claridad que, a pesar del exceso de mortalidad causado por la Covid y de la especial incidencia de la enfermedad sobre las personas mayores, la estructura de la pirámide de población no varía porque el fenómeno del envejecimiento es más potente estadísticamente que la pandemia.

El envejecimiento es un proceso fisiológico progresivo, universal e irreversible. Determinado por factores genéticos, psicológicos y sociales, condicionado decisivamente por factores externos como la alimentación, los hábitos tóxicos, la falta de ejercicio, enfermedades crónicas, entre otros. Es decir, es un proceso multifactorial, que además es heterogéneo, individual y asincrónico. Cada especie tiene una velocidad característica de envejecimiento, pero la velocidad de declinación funcional varía enormemente de individuo a individuo, y de órgano a órgano dentro de la misma persona.
Así, no todos envejecemos igual, es como si el tiempo pasara de manera diferente para cada uno de nosotros. Hay personas de edades avanzadas que parecen más jóvenes, en su comportamiento o en su aspecto, o en ambos a la vez. Y, por el contrario, conocemos a personas que aparentan todo lo contario.

La esperanza de vida no aumenta sólo al nacer. Las personas que llegan a los 65 años también continúan viviendo cada vez más años. Un equipo formado por investigadores del Instituto Nacional de Estadística (INE), del Instituto de Salud Carlos III y del departamento de Población (CSIC) ha estudiado el tiempo que le queda por vivir a las personas, según su edad y sexo, con las actuales condiciones de mortalidad. El resultado es que a partir de los 65 años hay probabilidades de vivir 10, 20 o 30 años más.

El envejecimiento normal no condiciona la capacidad funcional y la salud de las personas mayores, sino los distintos factores que influyen en él, incluido las enfermedades crónicas. Es lo que se conoce como envejecimiento patológico.

No hay una edad cronológica determinada que convierta a una persona, en una persona mayor. Tradicionalmente, la edad de 65 años se considera como el comienzo de la vejez. Pero el motivo de esta consideración no se fundamenta en la biología, sino en aspectos sociohistóricos.

Cada persona mayor es el resultado de la interacción de una dimensión biológica, psicológica, social y espiritual. Precisamente de esta interacción nace la complejidad y genera la heterogeneidad.

Decir que una persona es mayor a partir de los 65 años, ha quedado desfasado. Es evidente, que no se pueden considerar como iguales una persona de 65 con otra de 80 o 90 años. Pertenecen grupos distintos que han vividos acontecimientos históricos diversos.

A día de hoy, para los expertos, la definición de que el mayor es una persona de 65 años o más, está obsoleta. "No hay una persona mayor típica". Es necesario redefinir este concepto, porque no importa si la persona tiene 65 años o más, lo importante es que está en una etapa vital que se prolongará muchos años y en unas condiciones físicas y psíquicas que le permiten asumir roles y actividades prácticamente iguales a otros grupos etarios.

La manera de informar de las personas mayores
Como vemos las personas mayores forman un grupo muy heterogéneo, siendo más diversos que cualquier otro grupo de edad, y sin embargo, se las considera a todas iguales y con una imagen generalmente negativa.

Por otra parte, las personas mayores son vistas más como receptoras de todo tipo de ayuda, cuidados y apoyo económico, que como cuidadoras de otras personas y donantes de su tiempo, conocimientos, apoyo emocional, material y económico a la familia y a la sociedad.

Hay que trasmitir, porque es una evidencia, que la mayoría de las personas con 60, 70, 80 o muchos más, pueden llevar una vida plena y activa que tiene mucho que aportar. Es una realidad totalmente distinta a la de una persona con dependencia física o deterioro cognitivo, independiente de su edad. En España el 69,81 por ciento de los mayores no tienen ningún tipo de dependencia, por tanto, son independiente. 

Sin embargo, los medios de comunicación transmiten a la sociedad, que las personas mayores constituyen un bloque uniforme y homogéneo, dependiente y vulnerable, cuando en realidad son de distintas generaciones, con costumbres y historias de vida muy distintos, con edades, creencias, conocimientos, orientación sexual, origen y costumbres muy diferentes.

Fuentes:
1.https://ec.europa.eu/eurostat/cache/digpub/ageing/
2. Naciones Unidas. (2019).World Population Prospects 2019. New York, EEUU. https://population.un.org/wpp/
3. Naciones Unidas. (2021). Día Internacional de las personas de edad 2021. New York, EEUU. https://www.un.org/es/observances/older-persons-day

martes, 7 de abril de 2020

En el Día Mundial de la Salud 2020

Desde 1948, cada 7 de abril, se conmemora la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 2020 es el Año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería. 

Este  año el lema elegido es en apoyo del personal de enfermería, coincidiendo con el Año Internacional del Personal de Enfermería y Partería.

En estos días difíciles en los que nuestra salud y nustras vidas se ven amanazadas de muerte por el Covid-19, las enefermeras y enfermeros, junto con el resto de personal sanitario y no sanitario, luchan en primera línea para parar al virus. 

El personal de enfermería y partería, unos 28 millones, representa casi el 50% de los trabajadores sanitarios del mundo. El objetivo es poner de relieve el papel fundamental que desempeñan estos profesionales en la prestación de servicios de salud en todo el mundo, y a hacer un llamamiento para fortalecerlo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), quiere poner de releieve la importancia del personal de enfermería, marcando unos objetivos:

  • Generar una corriente de reconocimiento público de la labor que lleva a cabo personal de enfermería y de partería y del papel que desempeña en la prestación de servicios de salud.
  • Darle mayor visibilidad en el seno del personal de salud.
  • Fomentar los apoyos y las inversiones en pro de este personal.
Y ha propuesto, diferentes iniciativas para dar las Gracías a este personal, fundamental para mantener y mejorar la salud de todas las personas.
 
Es un sentimiento de estima, de reconocimiento y agradecimiento, que debemos mostrar siempre, hacia quien nos hace un bien o prestado un servicio.

En estos días difíciles, con miles de fallecidos. El hecho de salir a nuestros balcones a aplaudir a quienes están en primera línea, agradeciendo su abnegación y profesionalidad, no solamente da ánimo a estos profesionales, sino que nos sentimos reconfortados, y son momentos de alegría en el que todos nos aplaudimos.

Nuestra Esperanza nos es ciega, sabemos que todos de una u otra manera, trabajamos para ser felices.

 
Fuente:
- Organización Mundial de la Salud (OMS, WHO). 2020
- Naciones Unidades (ONU). 2019



sábado, 4 de abril de 2020

Los ingredientes de la felicidad

La alegría, la tristeza, la ira y el miedo son cuatro emociones básicas. Cada una tiene diversas manifestaciones, así la tristeza está relacionada con la amargura, la aflición, la pena..., la ira con la irritabilidad, el cólera, el furor..., el miedo con la incertidumbre, el pánico,..y la alegría se puede convertir en diversión, deleite, dicha, satisfacción,...

Nuestra salud mental y emocional depende de varios factores. De todos, hay cuatro, que si bien siempre son importante, ahora tienen mayor importancia, en la situación de confinamiento en la que nos encontramos. Me refiero:

Primero, la Alimentación, que debe ser completa, equilibrada, suficiente, variada, segura y adecuada a las características de la persona y a sus circunstancias, como la edad, el sexo, la constitución  corporal, la actividad física y la historia clínica de cada uno, así como los hábitos alimentarios, el estilo de vida, el lugar de residencia y la época del año. 

Debemos estar bien hidratados, bebiendo al menos, ocho vasos de agua al día.

Hay que tener mucho cuidados con los tóxicos, huir del tábaco y el alcohol, beber con mucha moderación y responsabilidad.

Segundo, la actividad física y ejercicios, adecuados, también, a nuestras circuntancias personales: edad, salud, enfermedad, estados fisiológicos. Al menos treinta minutos diarios. Los beneficios son muchos y buenos para nuestro organismo.

Tercero, las relaciones familaires y sociales, que a pesar del aislamiento físico y la distancia social, practicamos en estos días, a través de distintos medios. Las TIC (tecnologías de la información y comunicación) nos acerca a familaires y amigos.

Y, cuarto, el descanso y el sueño. No hay que confundir el descanso con la inactividad, se puedo está realizando una actividad y se puede estar descansando, aunque requiere tranquilidad, relajación libre de estrés emocional y de ansiedad. Cada persona entiende el descanso de manera diferente. Unos leen, otros hacen ejercicios de relajación, otros pasean por la casa, ven alguna actividad lúdica o cultural.

Pero en estos días que nos toca vivir, dolidos por lo que ocurre, nos sentimos como si hubieramos perdido el control de nuestras cosas y nuestras vidas, es difícil concilair el sueño, mucho más para los que padecen de inmsonio. Per dormir es tan importante, que nos pasamos durmiendo una tercera parte de nuestras vidas. Sabemos que durante el sueño tienen lugar cambios en las funciones somáticas y en los procesos mentales de vital importancia para el equilibrio psíquico y físico de las personas. El cuerpo y la psiquis se recuperan con las distintas fases del sueño, por el contrario la falta inciden en el buen funcionamiento de nuestras actividades cognitivas como son la atención, la memoria y la creatividad.

Estos cuatro factores mencionados son buenos para nuestro cuerpo y para el corazón, y lo que es bueno para el corazón, es bueno para nuestro cerebro y, por tanto, para nuestra salud mental y bienestar emocional.

No es lo mismo estar alegre que ser feliz. La alegría  es un bienestar momentáneo, aunque hay personas más alegres que otras. Cuando tenemos paz interior, bienestar emocional y satisfacción personal nos sentimos felices. Es un estado de ánimo positivo. Pero la felicidad humana, nunca es completa.

Tener un estado de felicidad completo, es imposible. Por ejemplo, Sigmund Freud, afirmaba que la felicidad era algo utópico y que lo máximo que el ser humano podría alcanzar sería una felicidad parcial. Así, que tenemos que luchar, día a día, por ser felices.

Pero la pregunta que todos los seres humanos nos  hacemos es que necesitamos para ser felices: podemos decir que cada persona es feliz a su manera. 

En este sentido, seguro que los lectores de este escrito, serán felices de maneras diferentes. Pero algo habrá en común, que casi todos compartiremos, para ser felices o al menos tener momentos de felicidad.
 

Y, ese algo, lo escribía el teólogo Thomas Chalmer, cuando afirmaba: «La dicha consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quién amar y alguna cosa que esperar». 

A estos tres ingredientes, podríamos añadir otros  muchos, pero destacaría dos más: disfrutar y agradecer. Estas cinco palabras serían los ejes de la felicidad.

Tener algo que hacer
Tener ilusiones, sueños e inquietudes e intentar realizarlos. Sobre todo haciendo lo que más nos gusta. Y poniendo pasión en ello. El no tener nada que hacer nos lleva al aburrimiento, al aislamiento, la temidad soledad no deseada y, hacia la tristeza y la depresión. En las personas mayores el tener “algo que hacer” es fundamental para un envejecimiento saludable.
 
Tener alguien a quien amar
Amar y ser amado/a. Pero un amor real, sin toxicidad, razonado. El amor a nuestra pareja, familia, amigos, animales y, por supuesto, a la naturaleza en su conjunto, nos hace felices.
 
Tener algo que esperar
La esperazanza de que algo bueno va ocurrir. El deseo que se cumpla nuestros objetivos y nuestras metas, las ilusiones y la inquietudes. Pero, sin obsesionando por con el futuro, viviendo el presente, gestionándo adecuadamente las emociones, potencciando las positivas y canalizando las negativas.
 
Tener la convicción de disfrutar
Cuando queremos conseguir algo, tenemos que recorrer un camino, y tan importante es éste como la la meta. De este modo, aunque no consigamos lo deseado, no será un fracaso, porque hemos disfrutado del viaje y hemos aprendido, seguro, algo nuevo,

Y, Agradecer
Es un sentimiento de estima, de reconocimiento y agradecimiento, que debemos mostrar siempre, hacia quien nos hace un bien o prestado un servicio.

En estos días difíciles, a causa del coronavirus, con miles de fallecidos, sentimos que nuestra salud y nuestra vida, están amenazadas de muerte. El hecho de salir a nuestros balcones a aplaudir a quiénes están en primera línea, agradecer su abnegación y profesionalidad, no solamente da ánimo a estos profesionales, sino que nos sentimos reconfortados, y son momentos de alegría en el que todos nos aplaudimos.

Nuestra Esperanza nos es ciega, sabemos que todos de una u otra manera, trabajamos para ser felices.

miércoles, 4 de marzo de 2020

Plan Nacional de Alzhéimer y Otras Demencias

Última actualización 18 de Mayo de 2022

España se suma a la treintena de países que cuenta con un plan contra la 
demencia. Por fin el pasado 10 de Octubre de 2019, el Gobierno y las autonomías aprobaron el Plan Nacional de Alzhéimer y Otras Demencias 2019-2023 a través de sus representantes en el Consejo Territorial de Servicios Sociales. Este plan, el primero de su clase en España, recoge los objetivos y las medidas con las que se pretende aumentar el diagnóstico temprano de esta dolencia, que padecen unos 800.000 españoles, aunque entre el 30 o 40 por ciento están sin diagnosticar, cifra que aumenta hasta el 80 por ciento para los casos leves, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). También se pretende mejorar la atención integral a los afectados por la enfermedad y sus familiares que los cuidan.

La secretaria de Estado de Servicios Sociales, Ana Lima, que presidió el consejo territorial por la ausencia de la ministra, explicó que el documento establece un único marco de actuación nacional para enfrentar la apodada como «epidemia silenciosa del siglo XXI» y los objetivos generales y las acciones preferentes que las administraciones deben potenciar y ejecutar entre 2019 y 2023 -plazo de vigencia del plan- para mejorar la vida de enfermos y familias. El fin es impulsar nuevas iniciativas para una mejor atención y aumentar la eficacia mediante la mayor coordinación del Estado con las autonomías y de los servicios sanitarios con los servicios sociales y otros departamentos y colectivos sociales implicados.

El plan aprobado se ha elaborado a lo largo de más de un año por el Grupo Estatal de Demencias, la Fiscalía General del Estado, las principales sociedades científicas, organizaciones profesionales, centros de investigación, y las afals (asociaciones que representan a los enfermos y sus familias), entre otros agentes y colectivos.

1. Ejes de actuación

 El primer objetivo que se enmarca en este plan nacional va enfocado a sensibilizar y transformar el entorno con el propósito de cambiar la visión que la sociedad tiene del Alzheimer. 

El segundo consiste en situar a la persona en el centro de la atención sanitaria y social, y por eso tendrá en cuenta a los profesionales y su formación.
 

El tercero apunta a hacer prevalecer los derechos, la ética y la dignidad de la persona afectada mejorando los servicios, apoyos y prestaciones destinados a la atención. 

Y, finalmente, en el cuarto se recogen medidas para impulsar la investigación, la innovación y el conocimiento.

2. Preparar para el futuro
La estrategia para el próximo cuatrienio busca también obtener una imagen real de la dimensión actual del problema para saber cuáles y cuántas son las necesidades ahora y en el futuro. Realizará actuaciones para mejorar el conocimiento relativo a la dimensión y necesidades de las personas con alzhéimer y de sus familias, de la investigación biomédica, social y sanitaria para enfrentar estas dolencias, y de la innovación en soluciones y respuestas. Las proyecciones apuntan a que, debido al envejecimiento acelerado de la población española, estas patologías podrían afectar en 2050 hasta a dos millones de ciudadanos. Nada extraño si se tiene en cuenta que la prevalencia actual del alzhéimer es del 5% en los mayores de 60 años, del 20% en los mayores de 80, y del casi el 40% en los mayores de 90.


3. El Plan nace sin presupuesto
La Secretaria de Estado, Lima admitió que el plan no nace con una dotación presupuestaria específica, pero aseguró que hay un «compromiso expreso» para mejorar en los Presupuestos del Estado de 2020 y de años siguientes las partidas que ya se destinan a la lucha contra las demencias -10 millones de euros en 2019- y añadir dinero adicional para financiar las iniciativas de nuevo cuño que incluye el documento.

La aprobación de un plan que no cuenta con ningún recurso específico y real, no sirve para nada. Esperemos que pronto el tan deseado plan durante tantos años, cuente con una dotación económica suficiente y con todos los medios necesarios para su implantación.

Han transcurrido tres años desde que se aprobó el Plan Nacional de Alzhéimer y otras demencias y seguimos sin dotación presupuestarias. En los presupuestos del 2021 se asignó una partida de algo más de 1 millón de euros, desde luego, algo ridículo. 

Fuente:
- Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias(2019-2023). Ministerio de Sanidad, 2019.
- Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025. OMS, 2117.
- Plan Nacional Alzheimer. AlzheimerCatalunya, 2019.

jueves, 27 de febrero de 2020

Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025.


A. El impacto de la demencia

1. Datos y cifras
La demencia es un síndrome, crónico o progresivo, que afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo y la capacidad de aprendizaje. A perte del deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el trastornos del control, el comportamiento social o la motivación.

Aunque no conocemos la causa de la demencia, si sabemos los factores de riesgos y las enfermedades y lesiones que afectan al cerebro que pueden desembocar de forma primaria o secundaria, en una demencia, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.

La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo. Puede resultar abrumadora no solo para quienes la padecen, sino también para sus cuidadores y familiares. A menudo hay una falta de concienciación y comprensión de la demencia, lo que puede causar estigmatización y suponer un obstáculo para que las personas acudan a los oportunos servicios de diagnóstico y atención. El impacto de la demencia en los cuidadores, la familia y la sociedad puede ser de carácter físico, psicológico, social y económico.

Conviene resaltar los siguientes datos:

  • La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria.
  • La demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.
  • El número de personas con demencia está aumentando rápidamente.
  • La enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común de demencia, acapara entre un 60% y un 70% de los casos.
  • La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en el mundo entero.
  • La mayoría de los cuidadores de personas con demencia son familiares.
2. Formas más comunes de demencia
Las formas de la demencia son múltiples y diversas. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos. Otras formas frecuentes son la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que pueden contribuir a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del cerebro). Los límites entre las distintas formas de demencia son difusos y frecuentemente coexisten formas mixtas.

2. Frecuencia de demencia
La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos.

Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento.

Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050. Buena parte de ese incremento puede achacarse al hecho de que en los países de ingresos bajos y medios el número de personas con demencia tenderá a aumentar cada vez más.

3. Factores de riesgo y prevención
Aunque la edad es el principal factor de riesgo de demencia, la enfermedad no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Además, no afecta exclusivamente a personas mayores. La demencia de inicio temprano (aparición de los síntomas antes de los 65 años) representa hasta un 9% de los casos.

Los estudios demuestran que se puede reducir el riesgo de padecer demencia haciendo ejercicio con regularidad, no fumando, evitando el uso nocivo del alcohol, controlando el peso, tomando una alimentación saludable y manteniendo una tensión arterial y unas concentraciones sanguíneas adecuadas de colesterol y glucosa, es decir, llevando un estilo de vida saludable. En definitiva, todo lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro. Por tanto, reduce el riesgo de padecer demencia. Otros factores de riesgo potencialmente modificables son la depresión, el bajo nivel educativo, el aislamiento social y la inactividad cognitiva.

4. Impactos sociales y económicos
La demencia tiene importantes repercusiones a nivel social y económico. Según la revisión de algunos estudios, el análisis diferencia entre costes directos (el coste de la atención médica y la asistencia social pagada), indirectos (como el cuidado informal y la reducción de la productividad de los cuidadores que no pueden trabajar) y los costes intangibles, incluyendo la reducción de la calidad de vida que experimentan tanto las personas con demencia como sus cuidadores.

Actualmente, a nivel mundial, se estima que la demencia cuesta cada año 1 billón de dólares en todo el mundo, mientras que para la economía de los Estados Unidos supone unos 290.000 millones de dólares anuales, y, para el Reindo Unido, 26.000 millones de libras.

Según estimaciones actuales, sitúan el coste de las demencias en España en unos 60 millones de euros diarios, con un coste total anual de 20.800 millones de euros y unos 24.184 euros por persona afectada al año.

Así pues, el Alzheimer, y las demencias en general, se encuentran entre las enfermedades de más impacto económico, aun sin tener en cuenta todos los costes ocultos que los estudios resaltan.

Impacto en las familias y los cuidadores
La demencia tiene un efecto devastador en las familias de las personas afectadas y sus cuidadores. A menudo surgen presiones físicas, emocionales y económicas que pueden causar mucho estrés a las familias y cuidadores, que necesitan recibir apoyo por parte de los servicios sanitarios, sociales, financieros y jurídicos adecuados.

5. Derechos humanos
Con frecuencia a las personas que padecen demencia se les deniegan libertades y derechos básicos de los que las demás personas disfrutan sin problema. En muchos países, el uso de medios de inmovilización o contención tanto físicos como químicos es habitual en las resisdencias personas mayores o en los servicios de cuidados intensivos, aunque haya en vigor normativas que defienden el derecho de las personas a ver preservada su libertad y tomar sus propias decisiones.

Hace falta un marco legislativo apropiado y favorable basado en normas de derechos humanos internacionalmente aceptadas para garantizar la máxima calidad en la prestación de servicios a las personas con demencia y sus cuidadores.

B. Respuesta de la OMS a la demencia

La OMS ha elaborado un Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025.

La OMS reconoce la demencia como una prioridad de salud pública. En mayo de 2017, la Asamblea Mundial de la Salud respaldó el Plan. Este plan es un marco integral de referencia para las instancias normativas; los asociados internacionales, regionales y nacionales, y la OMS en las siguientes esferas:
  • La evaluación de la demencia como prioridad para la salud pública.
  • La concienciación y la puesta en marcha de iniciativas para satisfacer las necesidades de las personas afectadas.
  • La reducción de riesgos.
  • El diagnóstico, el tratamiento y la atención.
  • Los sistemas de información.
  • El apoyo a los cuidadores.
  • Y la investigación y la innovación.
Se ha creado para los planificadores de políticas y los investigadores una plataforma internacional de vigilancia, el Observatorio Mundial de las Demencias, que facilitará el seguimiento y el intercambio de información sobre las políticas relacionadas con la demencia, la prestación de servicios, la epidemiología y la investigación.

El documento Towards a dementia plan: a WHO guide («Hacia un plan sobre la demencia: una guía de la OMS») proporciona orientaciones a los Estados Miembros para establecer y aplicar un plan sobre esta enfermedad. Está muy relacionado con el Observatorio Mundial de la Demencia de la OMS y proporciona varias herramientas, como una lista de verificación para preparar, elaborar y aplicar un plan sobre la demencia. Además, se puede utilizar para conocer cuáles son las partes interesadas y para establecer prioridades.

Las Directrices de la OMS para la reducción del riesgo de deterioro cognitivo y de demencia ofrecen recomendaciones basadas en datos científicos sobre intervenciones que reducen los factores de riesgo modificables de la demencia, como el sedentarismo y las dietas no saludables, así como sobre problemas de salud relacionados con la demencia, como la hipertensión y la diabetes.

La demencia es una de las enfermedades prioritarias del Programa de Acción Mundial para Superar las Brechas en Salud Mental (mhGAP, por sus siglas en inglés), un instrumento que pueden utilizar los médicos de cabecera, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos, para atender directamente a las personas con trastornos mentales, neurológicos o relacionados con el uso de sustancias.

La OMS ha creado iSupport, una solución de cibersalud que ofrece información y capacitación a los cuidadores de las personas con demencia. iSupport ya se utiliza en varios países.

Fuentes:
- OMS. (2017). Demencia y plan de acción mundial de salud pública. Ginebra.
   https://www.who.int /mental_health/neurology/dementia /infographic_dementia/es/#
- Naciones Unidas. (2019).World Population Prospects 2019. New York, EEUU.                           https://population.un.org/wpp/


























martes, 17 de diciembre de 2019

Perspectivas de la Población Mundial 2019

Según la ONU, para el 2050, se espera que la población mundial alcance la cifra de 9.700 millones de personas y 11.200 millones para el 2100.

Este crecimiento poblacional variará según las regiones y más experimentaan una una disminución de su población. Se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, de 7.700 millones en la actualidad a 9.700 millones en 2050, según un nuevo informe de Naciones Unidas publicado el 17 de junio de 2019.

El informe ofrece una visión global de las tendencias y perspectivas demográficas mundiales. El estudio concluyó que la población mundial podría alcanzar su punto máximo a fines del siglo actual, con un nivel de casi 11.000millones de personas. El informe también confirmó que la población mundial está envejeciendo debido al aumento de la esperanza de vida al nacer y la disminución de los niveles de fecundidad, y que el número de países que experimentan una reducción en el tamaño de su población está creciendo.

Los cambios resultantes en el tamaño, la composición y la distribución de la población mundial tienen consecuencias importantes para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acordados a nivel mundial para alcanzar mejoras en la prosperidad económica, el bienestar social y proteger el medio ambiente.

La población mundial sigue aumentando, pero las tasas de crecimiento varían significativamente según las distintas regiones. Las nuevas proyecciones de población indican que nueve países representarán más de la mitad del crecimiento proyectado de la población mundial entre el presente y el año 2050: India, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, Etiopía, República Unida de Tanzania, Indonesia, Egipto y los Estados Unidos de América (en orden decreciente del aumento esperado).

Se proyecta que India superará a China como el país más poblado del mundo alrededor de 2027.

Se espera que la población de África Subsahariana se duplique para 2050 (con un crecimiento de 99%.

Las regiones que experimentarían las menores tasas de crecimiento poblacional entre 2019 y 2050 son: Oceanía, excluyendo Australia y Nueva Zelandia (56%), África septentrional y Asia occidental (46%), Australia y Nueva Zelandia (28%), Asia central y meridional (25%), América Latina y el Caribe (18%), Asia oriental y sudoriental (3%) y Europa y América del Norte (2%).

Se prevé que la tasa global de fecundidad, que bajó de 3,2 nacimientos por mujer en 1990 a 2,5 en 2019, disminuya aún más, alcanzando 2,2 nacimientos por mujer en 2050. En 2019, la fecundidad promedio permanece por encima de 2,1 nacimientos por mujer durante su curso de vida en África Subsahariana (4,6 nacimientos por mujer), Oceanía excluyendo Australia y Nueva Zelandia (3,4), África septentrional y Asia occidental (2,9), y Asia central y meridional (2,4).

Suponiendo ausencia de migración, se necesita un nivel de fecundidad de 2,1 nacimientos por mujer a lo largo de su vida para asegurar el reemplazo generacional y evitar reducciones de población a largo plazo).

El Sr. Liu Zhenmin, Secretario General Adjunto para Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, dijo que el informe ofrece una hoja de ruta que indica hacia dónde orientar la acción y las intervenciones. “Muchas de las poblaciones de más rápido crecimiento se encuentran en los países más pobres, donde el crecimiento de la población presenta desafíos adicionales en el esfuerzo para erradicar la pobreza, lograr una mayor igualdad, combatir el hambre y la desnutrición, y fortalecer la cobertura y la calidad de los sistemas de salud y educación para no dejar a nadie atrás”.

El crecimiento de la población en edad de trabajar crea oportunidades para el crecimiento económico. En la mayor parte de África Subsahariana, y en partes de Asia y América Latina y el Caribe, el descenso reciente de la fecundidad ha provocado que la población en edad de trabajar (25-64 años) crezca más rápido que la de otras edades, lo que, gracias a una distribución favorable de la población por edades, crea oportunidades para acelerar el crecimiento económico. Para beneficiarse de este “dividendo demográfico”, los gobiernos deben invertir en educación y salud, especialmente para los jóvenes, y crear las condiciones propicias para el crecimiento económico sostenido.

En los países más pobres las personas viven 7 años menos que el promedio mundial. Globalmente, se espera que la esperanza de vida al nacer, que aumentó de 64,2 años en 1990 a 72,6 años en 2019, aumente aún más, alcanzando los 77,1 años en 2050. Si bien se ha logrado un progreso considerable en la disminución de las diferencias de longevidad entre países, continúan existiendobrechas considerables.

En 2019, la esperanza de vida al nacer en los países menos desarrollados se sitúa 7,4 años por debajo del promedio mundial, debido en gran parte a que los niveles de mortalidad en la niñez y materna permanecen altos, así como a la violencia, los conflictos y el impacto persistente de la epidemia del VIH.

La población mundial está envejeciendo, al tiempo que el grupo de edad de 65 años o más es el que crece más rápidamente. Para 2050, una de cada seis personas en el mundo (16% de la población) tendrá más de 65 años, en comparación con una de cada 11 en 2019 (9%).

Se proyecta que la proporción de la población de 65 años y más se duplicará entre 2019 y 2050 en África septentrional y Asia occidental, Asia central y meridional, Asia oriental y sudoriental, y América Latina y el Caribe. Para 2050, una de cada cuatro personas viviendo en Europa y América del Norte podría tener 65 años y más.

En 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más a nivel mundial superaron en número a los niños menores de cinco años. Se proyecta que el número de personas de 80 años o más se triplicará, de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050.

El descenso en la proporción de población en edad de trabajar está ejerciendo presión sobre los sistemas de protección social. La relación de apoyo potencial, que compara el número de personas en edad de trabajar con los mayores de 65 años, está disminuyendo en todo el mundo. En Japón esta razón es de 1,8, la más baja del mundo. Otros 29 países, principalmente en Europa y en el Caribe, ya tienen relaciones de apoyo potencial inferiores a tres. Para 2050, se espera que 48 países, principalmente en Europa, América del Norte y Asia oriental y sudoriental, tengan razones elaciones de apoyo potencial por debajo de dos. Estos valores bajos señalan el impacto potencial del envejecimiento demográfico sobre el mercado laboral y el desempeño económico, así como las presiones fiscales que muchos países enfrentarán en las próximas décadas buscando desarrollar y mantener sistemas públicos de atención médica, de pensiones y protección social para las personas mayores.

Un número creciente de países experimenta una reducción en el tamaño de su población. Desde 2010, 27 países o áreas han experimentado una reducción de 1% o más en el tamaño de sus poblaciones. Esta caída es causada por la persistencia de bajos niveles de fecundidad. En algunos lugares, el impacto de la baja fecundidad en el tamaño de la población se ve reforzado por las altas tasas de emigración. Entre 2019 y 2050, se proyecta que en 55 países o áreas la población disminuirá un 1% o más; en 26 de esos países la caída será de al menos el 10%. En China, por ejemplo, se proyecta que la población disminuirá en 31,4 millones, o alrededor del 2,2 %, entre 2019 y 2050.La migración se ha convertido en un componente importante del cambio poblacional en algunos países.

Entre 2010 y 2020, se estima que la inmigración neta en 14 países o áreas será de más de un millón de personas, mientras que en 10 países habrá una emigración neta de magnitud similar. Algunos de los flujos migratorios de mayor envergadura están impulsados por la demanda de trabajadores migrantes (casos de Bangladesh, Nepal y Filipinas) o por violencia, inseguridad y conflicto armado (por ejemplo, en Myanmar y Siria y Venezuela). Bielorrusia, Estonia, Alemania, Hungría, Italia, Japón, la Federación Rusa, Serbia y Ucrania experimentarán un influjo neto de migrantes a lo largo de la década, contribuyendo a compensar las pérdidas de población causadas por un exceso de muertes por sobre los nacimientos. 

Según John Wilmoth, Director de la División de Población de las Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, “Estos datos constituyen un elemento crucial de la base empírica necesaria para monitorear el progreso global hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030”. “Más de un tercio de los indicadores aprobados para ser usados como parte del monitoreo global de los ODS se basan en datos de Perspectivas de la Población Mundial”, agregó.
 
El informe Perspectivas de la Población Mundial 2019: Aspectos Destacados presenta los principales resultados de la vigésimo sexta ronda de las estimaciones y proyecciones de la población mundial de la ONU. El informe incluye estimaciones de población actualizadas desde 1950 hasta el presente para 235 países o áreas, a partir del análisis detallado de la información disponible sobre las tendencias históricas de las variables demográficas. Esta evaluación utiliza los resultados de 1.690 censos nacionales de población llevados a cabo entre 1950 y 2018, así como información proveniente de sistemas de estadísticas vitales y de 2.700 encuestas con muestras representativas a nivel nacional. La revisión 2019 también presenta proyecciones de población desde el presente hasta el 2100, y muestra una serie de resultados posibles o plausibles a nivel mundial, regional y nacional.

Fuente:

Naciones Unidas. (2019).World Population Prospects 2019. New York, EEUU. https://population.un.org/wpp/

martes, 17 de septiembre de 2013

OMS, demencia: una prioridad de salud pública

Entre 2000 y 2050, la población mundial de más de 60 años se duplicará, y pasará de aproximadamente el 11% al 22%. Se prevé que el número absoluto de personas mayores de 60 años pase de 605 millones a dos mil millones, durante el mismo periodo.

En la Unión Europea, los mayores de 65 años se estima que en 2050 alcanzará un 27,5%. Por lo que respecta a España, en esta misma facha alrededor del 35% de la población superará los 65 años; y los mayores de 80 años, siguen la misma progresión y serán más del 4% en 2025 y más del 8% en 2050.

Este envejecimiento poblacional se produce a nivel mundial, y será más rápido en los países de ingresos medios y bajos. En la América Latina el envejecimiento es elevado como ocurre en Uruguay con 17,7% de personas mayores de 60 años.

El envejecimiento demográfico se puede ver como un problema, pero en sí, no lo es, todo lo contrario, es una riqueza, eso sí plantea necesidades de orden personal, familiar, de salud, socioeconómicas, etc. Así que lo que plantea el aumento de las personas adultas mayores es un reto, al que hay que da respuestas con políticas adecuadas e innovadoras, pero teniendo en cuenta que los verdaderos protagonistas son las personas mayores.

Un informe titulado “Dementia: a Public Health Priority” (“Demencia: una Prioridad de la Salud Pública”) de la Organización Mundial de la salud (OMS/WHO) publicado en el 2012, insta a los países a considerar a las demencias como prioridad de salud pública. En este informe podemos extraer interesantes datos.

domingo, 18 de agosto de 2013

Medicamentos y envejecimiento poblacional

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pide que la investigación farmacéutica esté orientada al desarrollo de nuevos tratamientos que se ajuste al envejecimiento demográfico.

Ya que, los países de la UE tienen más población mayor de 65 años que menor de 15 años, tendencia observada en gran parte del mundo.

En este sentido, "A pesar del aumento de tres veces más del gasto en investigación y desarrollo farmacéutico en Europa desde 1990, existe un desfase cada vez mayor entre las necesidades de la población real y la innovación farmacéutica", ha señalado Nina Sautenkova, respéonsable de Tecnologías de la Salud y Productos Farmacéuticos de la OMS para la Región de Europa.

Haciéndose eco de esta predisposición de la población, que afecta también a países de medios y bajos ingresos, el informe hace hincapié en que este cambio en los países de la UE es "una llamada a tiempo" para el resto del mundo, para que sean conscientes de que la población va a envejecer y en el futuro tendrán también que hacer frente a los desafíos similares sobre su salud.

Desde el punto de vista de la salud pública, el envejecimiento de la población conlleva mayor prevalencia de enfermedades asociadas como cardiacas, accidentes cerebrovasculares, así como un aumento de casos de cáncer, diabetes, osteoartritis, dolores articulares, pérdida de audición y de demencias, como la enfermedad de Alzheimer. "En combinación con la promoción de la salud e iniciativas de prevención, estas enfermedades también requieren una mayor inversión en investigación e innovación para superar las brechas farmacéuticas", señala el informe.

Este informe es una actualización de la versión 2004 y es un producto de la colaboración de los expertos de la OMS, los Estados miembros de la UE, la industria farmacéutica, y asociaciones academias y pacientes.

Por ello, "debemos asegurarnos de que la industria desarrolle medicamentos seguros, eficaces, asequibles y adecuados para satisfacer las necesidades de salud en el futuro", ha añadido durante la presentación del informe 'Medicamentos prioritarios para Europa y actualización mundial 2013'.