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jueves, 22 de marzo de 2012

Trastornos del sueño

I. Clasificación
La Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño (ICSD, por sus siglas en inglés) divide a las enfermedades del sueño en tres grandes grupos, dentro de los cuales se encuentran diferentes trastornos:

A. Disomnias

1.Trastornos intrínsecos del sueño:
  • Insomnio psicofisiológico
  • Insomnio idiopático
  • Narcolepsia
  • Hipersomnia recurrente o idiopática
  • Hipersomnia postraumática
  • Síndrome de apnea del sueño
  • Trastorno de los movimientos periódicos de las piernas
  • Síndrome de las piernas inquietas
2. Trastornos extrínsecos del sueño:
  • Higiene del sueño inadecuada
  • Trastorno ambiental del sueño
  • Insomnio de altitud
  • Trastorno del sueño por falta de adaptación
  • Trastorno de asociación en la instauración del sueño
  • Insomnio por alergia alimentaria
  • Síndrome de la ingestión nocturna de comida o bebida
  • Trastornos del sueño secundarios a la ingestión de alcohol, fármacos o drogas
3. Trastornos del ritmo circadiano del sueño:
  • Síndrome del cambio rápido de zona horaria (síndrome transoceánico)
  • Trastorno del sueño en el trabajador nocturno
  • Síndrome de la fase del sueño retrasada
  • Síndrome del adelanto de la fase del sueño
  • Trastorno por ciclo sueño-vigilia diferente de 24 horas
B. Parasomnias

1. Trastornos del despertar:
  • Despertar confusional
  • Sonambulismo
  • Terrores nocturnos
2. Trastornos de la transición sueño-vigilia:
  • Trastornos de los movimientos rítmicos
  • Trastornos del hablar nocturno
  • Calambres nocturnos en las piernas
3. Parasomnias asociadas habitualmente con el sueño REM:
  • Pesadillas
  • Parálisis del sueño
  • Erecciones relacionadas con trastornos del sueño
  • Erecciones dolorosas relacionadas con el sueño
  • Arritmias cardíacas relacionadas con el sueño REM
  • Trastornos de la conducta del sueño REM
4. Otras parasomnias:
  • Bruxismo nocturno
  • Enuresis nocturna
  • Distonía paroxística nocturna
C. Trastornos del sueño asociados con procesos médicos o psiquiátricos

1. Asociados con trastornos mentales:
  • Depresión
2. Asociados con trastornos neurológicos:
  • Trastornos degenerativos cerebrales
  • Enfermedad de Parkinson
  • Insomnio familiar mortal
  • Epilepsia relacionada con el sueño
  • Cefaleas relacionadas con el sueño
3. Asociados con otros procesos médicos:
  • Enfermedad del sueño,Tripanosomiasis Africana
  • Isquemia cardíaca nocturna
  • Neumopatía obstructiva crónica
  • Asma relacionada con el sueño
  • Reflujo gastroesofágico relacionado con el sueño
  • Enfermedad ulcerosa péptica
  • Síndrome de fibrositis
B. Narcolepsia
También conocida como Síndrome de Gelineau en que la persona cae al suelo sin que pueda hacer nada, “son crisis de sueño” durante el día que suelen durar entre 10 y 20 minutos. Puede cursar con cataplejía (parálisis o debilidad extrema bilateral de un conjunto muscular), alucinaciones hipnagógicas (visiones fugaces en la transición vigilia-sueño) o hipnopómpicas (transición sueño-vigilia); incluso puede haber parálisis del sueño, e interrupción del sueño nocturno. La prevalencia es muy baja y afecta por igual a hombre y mujeres.

Es de causa desconocida y de carácter genético. El NREM Y REM están alterados. El sueño nocturno no incluye suficiente sueño profundo, así que el cerebro trata de compensar ese déficit durante el día, cayendo súbitamente en lo que parece un sueño muy profundo. Y también se despiertan súbitamente y se pueden encontrar desorientados, con experiencias oníricas que la suelen recordar.

C. Embriaguez del sueño
Consiste en que se necesita más tiempo para pasar del estado de sueño al de vigilia, con desorientación y problemas de la marcha (ataxia). Se asemeja a una intoxicación etílica de ahí el nombre.

D. Apnea de sueño

El síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño (SAHS) es el más frecuente de los trastornos respiratorios que se producen durante el sueño. La prevalencia del SAHS oscila entre en el 4-6% de los varones y el 2-4% de las mujeres entre la población general adulta de mediana edad cifra que aumenta notoriamente con la edad. Se ha llamado también síndrome de hipersomnio y respiración periódica (SHRP), maldición de Ondina y síndrome de Pickwick asociado con obesidad.

Este trastorno del sueño se debe a episodios repetidos de obstrucción o colapso de la vía aérea superior que tiene lugar mientras la persona afectada duerme. Esto provoca un colapso, bien mediante la reducción (hipopnea) o bien mediante la detención completa (apnea) que puede durar entre 10-60 segundos, del flujo de aire hacia los pulmones, y puede producir, entre otros efectos, una disminución de los niveles de oxígeno (hipoxia) y un aumento del nivel de anhídrido carbónico (hipercapnia) en la sangre, que “avisa” e induce a nuestro cerebro a realizar un pequeño despertar a menudo subconsciente, que permite recuperar la respiración normal hasta que se produce el siguiente episodio. 

Los principales síntomas son:
  • Somnolencia excesiva durante el día debido a la mala calidad del sueño, que afecta la capacidad intelectual y al rendimiento, y que puede tener consecuencias muy graves con producción de accidentes laborales y en la conducción de vehículos.
  • La apnea de sueño no tratada aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular, cefaleas, pérdida de memoria, depresión y disminución de la líbido.
El patrón habitual de la persona que sufre de apnea de sueño suele ser varón pasado los 40 años, con obesidad, cefalea matutina e hipertenso.

F. Síndrome de piernas inquietas (SPI o RLS)
Es un trastorno neurológico de deseo irrefrenable de mover las extremidades, por lo general las piernas, con sensaciones de picor y hormigueos. Como consecuencia es difícil conciliar el sueño o mantenerlo.

G. Pesadillas
Consisten en ensueños con ansiedad que despiertan a la persona, que puede recordar lo soñado con detalle. Se da generalmente en la segunda mitat del sueño nocturno pero pude aparecer durante el día. Hay diferencia con los terrores nocturnos y de la epilepsia por la rápida recuperación de la conciencia.
Las causas pueden ser fiebre alta, estrés o trauma psíquico. Pueden ser provocados por algunos fármacos como antidepresivos, neurolépticos y otros. Pueden aparecer también en el deliriun.

H. Terrores nocturnos
La persona se despierta bruscamente con dando un grito de pánico, con ansiedad y síntomas de taquicardia, taquipnea, sudoración, piloereción y dilatación pupilar.

III. Factores que influyen en la calidad del sueño
En una correcta satisfacción de la necesidad de sueño y descanso influyen una series de factores que podemos agrupar en tres grupos: fisiopatológicos, psicológicos y sociocuturales.

A. Factores fisiopatológicos:

  1. Edad
  • Recién nacidos: pueden dormir hasta 20 horas, con una media entre 16-17. En la primera semana duermen casi constantemente para recuperarse del parto, con un 50% de sueño REM. Sus NREM son generalmente III y IV.
  • Lactantes: duermen una media de unas 14 horas, con varia siestas de día. Predomina el sueño REM.
  • Niños de 2 años: duermen toda la noche y hacen un par de siestas durante el día. Duermen una media de 12 horas diarias, las siestas empiezan a disminuir a los 3 años.
  • Edad preescolar: suelen dormir unas 12 horas por la noche, a los cinco años ya no hacen siestas si no hay una cultura de siesta en su entorno, les cuesta relajarse y tranquilizarse después de un día activo, pueden tener problemas como terrores nocturnos, pesadillas y suelen despertarse por la noche. Necesitan una rutina para acostarse y conciliar el sueño
  • Escolares: ya tiene el ciclo de 90 minutos del adulto. La cantidad de sueño varía en función de su actividad y estado de salud.
  • Adolescentes: Duermen un promedio de 8-9 horas. El rápido crecimiento y el estilo activo de vida puede causar cansancio.
  • Adultos: Empieza a disminuir el tiempo total de sueño a expensas de la fase IV NREM. Los cuadros que más suelen influir son los ansiosos y depresivos.
  • Adulto mayor: en la ancianidad aparece antes la necesidad de descanso que la de sueño. Se dedica tiempo a siestas durante el día. La duración de tiempo nocturno de sueño disminuye, con acortamiento de la fase REM y reducción de las fases III y IV NRE. Sueño muy fragmentado en que inciden los cambios biológicos en el SNC y los grandes síndromes geriátricos.
  1. Ejercicio: la realización de deportes y ejercicios moderados influyen en una mayor calidad del sueño, sin embargo un en exceso hace difícil conciliar el sueño. El ejercicio dos horas antes de acostarse, favorece la relajación.
  2. Alimentación: la obesidad causa períodos de sueño más prolongados y la pérdida de peso, una reducción de la cantidad total de sueño y un despertar temprano. También comer mucho o muy poco influye en el sueño.
  3. Dolor: el dolor o la incomodidad física causan dificultades para conciliar el sueño o para seguir durmiendo. El dolor crónico puede seguir un ritmo circadiano con aumento nocturno de su intensidad.
  4. Postura: algunas enfermedades hacen que el paciente adopte postura que por no estar acostumbrado dificultan el sueño.
  5. Enfermedades: cardiacas, respiratorias, neurológicas, endocrinas y otras. Y los grandes síndromes geriátricos dificultan la satisfacción de la necesidad de sueño y descanso.
  6. Medicamentos y otras sustancias:
      • Los diuréticos: causan nicturia.
      • Los antidepresivos y estimulantes suprimen el sueño REM.
      • Los betabloqueantes pueden causar pesadillas e insomnio.
      • Los ionotrópicos: como la digoxina puede provocar pesadillas.
      • Los hipnóticos: se usan para inducir el sueño o mantener el sueño. Pueden producir dependencia y tolerancia e interfieren en estados más profundos de sueño. Algunos somnolencia diurna y resaca. Todos disminuyen la latencia para la inducción al sueño no-REM, tiempo total de vigilia y el número de despertares. Las BDZ (benzodiacepinas) disminuyen la fase I, aumentan la fase II y abolen las fases III y IV. La zopiclona y el zolpidem aumentan la fase II, pero afectan menos las fases III y IV. El sueño REM sufre pocas modificaciones, aunque las BDZ retrasan la aparición del 1er período REM. Conclusión: las BDZ provocan un sueño carente de fases 3 y 4. El zolpidem y la zopiclona respetan mejor la estructura del sueño.
      • Los narcóticos suprimen la fase REM y aumentan la somnolencia.
      • El alcohol acelera el comienzo y aparición del sueño, altera el sueño REM y hace que se despierte durante la noche y no se vuelva a dormir.
      • La cafeína, teína y demás estimulantes impiden el sueño.
        B. Factores psicológicos:
        • El estrés: es una fuente de tensión, no permite conciliar el sueño y también puede ocasionar que se duerma de más.
        • La ansiedad: la ansiedad impide el sueño y también disminuyen las etapas 4 NREM y REM porque aumentan los niveles de norepinefrina, adrenalina y corticoides.
        • La depresión: dificultad para mantener el sueño, mala calidad del sueño y despertar precoz.
        • Estados maniacos: reducción del tiempo de sueño.
        • Demencias: insomnio con agitación psicomotriz y somnolencia diurna.
        C. Factores socioculturales:
        • Ecológicos. Entre los factores mas importantes están: La ventilación, la iluminación, los olores, la cama, ruidos, aislamiento social, ausencia del iluminación y otros.
        • Laborales: los turnos rotatorios y nocturnos afectan las pautas de sueño.
        I
        IV. sueño en las personas mayores
        El sueño es una necesidad fisiológica a partir de la cual se restablecen funciones físicas y psicológicas necesarias para un rendimiento diurno satisfactorio. La mala calidad desueño puede conllevar problemas de salud importantes.

        El insomnio es uno de los trastornos más frecuentes de la población general y en especial de las personas mayores. Diferentes factores q influyen en el sueño de este grupo como los cambios de vida relacionados con la jubilación, la mayor incidencia de problemas de salud y el mayor uso de medicación.

        1. La jubilación
        2. La polipatología
        3. La polimedicación
           Nunca se debe considerar al insomnio como un déficit del envejecimiento. Son muchos los problrmas de salud que crea el inmsonio: concentración, atención y memoria. Aumenta la depresión, ansiedad, y otras muchas enfermedades, así com un incremento de las caida y, en general, produce una disminución de la calidad de vida.
        A. Problemas del sueño en los mayores
        Las personas mayores suelen dormir las mismas horas que el resto, pero lo hacen de manera diferente. El sueno de los mayores tiene unas caracteríscas propias:

        La duración del sueño nocturno disminuye y sin embargo aumenta la tendencia a las siestas o cabezadas durante el día.
        Se producen más despertares por la noche
        Disminuye la capacidad de recuperar sueño después de periodos de privación de éste.
        Disminuye el umbral del despertar con estímulos auditivos, es decir, se tiene un sueño más ligero y se despiertan ante estímulos mínimos.
        Como hemos visto en apartado anteriores la polipatología y la polifarmacia pueden producir inmsonio.

        Muchas veces nuestras creencias pueden influir en que durmamos mal. Corregir ciertas ideas y actitudes puede ayudar. Hay que tener en cuenta que el sueño es un proceso fisiológico y nunca debemos forzarnos a dormir si no tenemos sueño; no hay que darle tanta importancia por tener una noche de insomnio y debemos ser realistas acerca de las horas de sueño nocturno que podemos conseguir no tratando de dormir más de lo que realmente necesitamos.

        El tratamiento farmacológico del insomnio no está exento ni mucho menos de efectos secundarios e interacciones con otros medicamentos. Por este motivo nunca se debe hacer uso de la automedicación y siempre consultar previamente con el médico.

        El uso de estos fármacos debe ser revisado con frecuencia e intentar retirarlos si es posible. La toma de un fármaco durante años debe ser evitada.

          Existen hierbas medicinales del tipo valeriana,     pasiflora o lúpulo que son usadas desde la antigüedad aunque su eficacia no ha sido bien comprobada

           B. Consejos y recomendaciones para dormir
          Hay una serie de hábitos de sueño que podemos adoptar para dormir bien y que deberíamos cumplir antes de decidirnos a tomar medicamentos:
        1.    Lo mejor es tener un horario fijo para acostarte y levantarte.
          Acuestate cuando tenga sueño.
          Si no pudes dormir, levántate de la cama y ves a otra habitación o realiza alguna actividad tranquila como leer. Cuando vuelvas a tener sueño regresa al dormitorio.
          Manten constante la temperatura del dormitorio si es posible. Además niveles mínimos de luz y ruido.
          Evita la siesta. En casos concretos, te puedes permitir una siesta después de comer, con una duración no mayor de 30 minutos.
          Evita las bebidas estimulante, suelen contener cafeína y teína. Limita el consumo de líquidos por la tarde, sobre todo si la frecuencia urinaria es un problema.
          Los estimulantes a la hora de acostarse y los sedantes durante el día pueden afectar de forma desfavorable al sueño. El alcohol y el tabaco perjudican el sueño y, en este sentido, se debe evitar su consumo varias horas antes de dormir.
          Realiza ejercicio en la medida de tus posibilidades y camina, durante al menos una hora al día, con luz solar, preferentemente por la tarde y siempre al menos tres horas antes de ir a dormir.
          Evita acostarte hasta que hayan pasado dos horas después de la cena. No tomes chocolate, grandes cantidades de azúcar y líquidos en exceso. Si te despiertas a mitad de la noche, no comas nada o puede que comiences a despertarte habitualmente a la misma hora sintiendo hambre.
          Evita realizar ejercicios intensos o utilizar el ordenador en las dos horas previas al sueño nocturno. El efecto luminoso de la pantalla puede aumentar el estado de activación.
          No recurras a la automedicación porque puede agravar el problema. Consulta a tu médico.
          Vacía la vejiga antes de acostarte.
          Realiza rituales antes de irse a la cama (cepillarte los dientes, lavarte…). Un baño caliente antes de acostarse ayuda a relajarse.
          El colchón debe ser firme y recto y adaptable al a las curvas de la columna.
          No duermas boca abajo. No es recomendable, ya que así se modifica la curvatura de la columna lumbar, además de que se tiene que mantener el cuello girado para poder respirar.
          Si los tienes asegúrate de que los dispositivos como gafas o audífonos se han retirado y están al lado de la cama.
        Fuente:
        International Classification of Sleep Disorders
        Fuentenebro, F. y Vazquez, C.: "Psicología Médica, Psicopatología y Psiquiatría". Edt. Interamericana- McGraw-Hill.
        American Academy of Sleep Medicine (Ed.) (2005) The international classification of sleep disorders, revised. Diagnostic and coding manual. Chicago Illinois.
        SEGG. Acaba con el inmsonio. 2012. Madrid, España. https://www.segg.es/ciudadania/2011/11/17/acaba-con-el-insomnio
        Guyton – Hall. Tratado de Fisiología Médica. 11 edición.
        Insomnio,...www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/.../s305calidad_vida.pd
        Sociedad Española de Neurología.

        miércoles, 7 de marzo de 2012

        Alimentación. Consejos en geriatría

        1 alimentación y nutrición 

        Se llama alimentación al acto de proporcionar al cuerpo alimentos e ingerirlos para su mantenimiento. Es un proceso voluntario y consciente, por tanto está en nuestras manos modificarlo, es educable.
        La nutrición es el conjunto de procesos fisiológicos mediante los cuales el organismo recibe, transforma e incorpora en sus estructuras una serie de sustancias contenidas en los alimentos, para obtener energía, construir y reparar las estructuras orgánicas, y regular procesos metabólicos. Es un proceso involuntario e inconsciente que depende de procesos corporales como la digestión, la absorción y el transporte de los nutrientes de los alimentos hasta los tejidos.
         2 Los alimentos están integrados por nutrientes
        • De carbono (HC) o glúcidos
        • Grasas o lípidos
        • Proteínas o proteidos
        • Sales minerales
        • Vitaminas
        • Agua
        • Fibra
        3 Los alimentos se clasifican en grupos
        I. Carnes y pescados
        II. Lácteos
        III. Grasas y aceites
        IV. Farináceos
        V. Frutas y legumbres
        VI. Verduras y hortalizas
        4 Alimentación equilibrada
        Es la ingestión en proporciones adecuadas, en cantidad y calidad, de los alimentos que contengan los nutrientes necesarios para el mantenimiento de la salud en el joven y en el viejo.
        4.1 Hiponutrición
        La hiponutrición consiste en que la alimentación no contiene los nutrientes adecuados ni en cantidad o cualidad. Puede ser aguda o crónica. Por ejemplo, el no beber agua llevaría a una deshidratación y la muerte. Con la hiponutrición crónica aparecen enfermedades carenciales y infecciones, y posteriormente puede llevar a la muerte.
        4.2 Hipernutrición
        Es lo contrario de la hiponutrición y consiste en una alimentación excesiva, sobrealimentación. Puede llevar a la obesidad, con las complicaciones que esta enfermedad puede originar. Y puede ser un factor de riesgo en enfermedades como la arteriosclerosis, que a su vez es terreno abonado para el infarto de miocardio. Por tanto, de una forma o de otra puede llevarnos a la muerte.
        4.3 Nutrición óptima
        La nutrición óptima tiene que ser suficiente (cantidad) y completa (cualidad), es decir, equilibrada. Además tiene que ser armónica, adecuada, ordenada. Todo esto será fuente de salud.
        La nutrición equilibrada tiene que estar en función de la edad, sexo, situación fisiológica, esfuerzo físico y situación patológica.
        También la alimentación debe de ser distinta con aportaciones concretas en: la lactancia, infancia, adolescencia, adultez, embarazo y ancianidad.
        Una alimentación saludable, ha de cumplir las siguientes condiciones:
        • Completa, que contega todos los grupos de alimentos que, en combinación, aporten todos los nutrientes necesarios.
        • Equilibrada, que incorpora cantidades apropiadas de alimentos, pero sin excesos.
        • Suficiente, que cubre las necesidades del organismo para permitir el crecimiento y el desarrollo en los niños y mantener el peso corporal en los límites aconsejables en adultos.
        • Variada, que proporcione los aportes necesarios de vitaminas y minerales, al incluir diferentes grupos de alimentos.
        • Adecuada a las características del individuo y a sus circunstancias, como la edad, el sexo, la complexión corporal, la actividad física y la historia clínica de cada persona, así como los hábitos alimentarios, el estilo de vida, la situación socioeconómica, el lugar de residencia y la época del año.
        Además de la condiciones que hemos visto, para una alimentación saludable hay seguir los siguientes consejos generales:
        • Realizar a lo largo del día de cuatro a cinco comidas poco abundantes (desayuno y/o media mañana, almuerzo, merienda y cena) e intentar no picar entre ellas.
        • Mantener una adecuada hidratación. Se recomienda beber de 1,5 a 2 litros de líquidos al día.
        • Comer despacio, masticando bien los alimentos y en un ambiente relajado y tranquilo.
        • Moderar el consumo de alcohol y evitar las bebidas de alta graduación
        • Utilizar métodos sencillos para la cocción de los alimentos, con poca grasa y poca sal.
        Además de la alimentación saludable, los pilares del estilo de vida sano son la actividad física, la ausencia de tóxicos y un descanso adecuado.

        5 Consejos para una dieta ideal
        • Una dieta "ideal" ha de tener en cuenta:
        • Control del sobrepeso.
        • Limitación en ácidos grasos saturados (AGS).
        • Limitación colesterol a 300mg.
        • Alimentación rica en ácidos grasos poliinsaturados.
        • Aporte adecuado de proteínas.
        • Aporte adecuado glúcidos.
        • Aporte adecuado de fibra, vegetales y frutas.
        • Limitar la sal.
        • Limitar el alcohol.
        6. Características de la alimentación en la ancianidad
        • Una dieta adecuada para la persona anciana ha de tener en cuenta:
        • Evitar modificaciones bruscas.
        • Evitar “comilonas”.
        • Atención a la cantidad (malnutrición o sobrealimentación).
        • Atención a la masticación.
        • Evitar exceso de grasa.
        • Cantidad de fibra suficiente.
        • Distribución de las comidas.
        • Moderación en el alcohol.
        • Descanso postpandrial.
        • Alimentación post-enfermedad.

        miércoles, 1 de febrero de 2012

        Estilo de vida

        El estilo de vida es uno de los determinantes de salud y, al igual que el que se refiere a la biología, es de carácter personal, pero con un perfil más esperanzador ya que podemos actuar sobre él. La salud no sería educable si uno de sus pilares no fuera este. El estilo de vida de una persona se transmite de forma educacional durante el proceso constante de socialización y, desde la perspectiva sanitaria, se refiere a conductas o comportamientos que afectan a la salud. Hay que tener presente la gran influencia que ejerce la publicidad sobre el consumo, los hábitos y los estilos de vida. Así pues, podemos definir el estilo de vida como: Conjunto de comportamientos compartidos por un grupo social, en un tiempo histórico determinado y en íntima conexión con las formas, condiciones de vida y patrones culturales de dicho grupo social. Los estilos de vida se caracterizan por: – Ser modificables por el propio individuo. – Pueden adquirirse de forma automática, socialización. Cuando el individuo trata de modificar su conducta a favor de comportamientos más saludables, el entorno, con sus aspectos físicos, sociales, económicos y culturales, puede ser un elemento favorecedor o entorpecedor del cambio. Algunos elementos de la vida diaria que intervienen sobre nuestra salud son: – Alimentación, dieta. – Ejercicio, actividad física. – Descanso, sueño. – Consumo de sustancias tóxicas: tabaco, alcohol y otras drogas. – Limpieza y aseo. – Manipulación de alimentos. – Comportamiento sexual. – Conducción de vehículos. – Relaciones interpersonales, comportamiento social, violencia. – Ocio y aficiones. – Estrés.

        Atención centrada en la persona

        Para Brooker, 2004 el conecpto de Atención Centrada en la Persona (ACP) quedaría explicado teniendo en cuenta:

        1. Respetar y valorar al individuo como miembro de pleno derecho de la sociedad. Ver a las personas con demencia como ciudadanos con todos sus derechos y cortar de raíz toda práctica discriminatoria hacia los que la sufren y los que trabajan.
        2. Elaborar un plan de atención individualizado en sintonía con las necesidades cambiantes de las personas, con nuevos elementos de compensación y de reafirmación a medida que las discapacidades cognitivas aumentan.
        3. Llegar a comprender la perspectiva de la persona que sufre demencia. ¿Qué sentido le da esa persona a su situación?
        4. Ofrecer una psicología social de apoyo a fin de ayudar a las personas con demencia a vivir una vida en la que perciban un relativo bienestar.
        Para Kitwood, lo expresar así:
        ACP (atención centrada en las personas) = V+I+P+S
        V = alora la personas mayores y / o con demencia;
        I = Tratar las personas como ndividuos;
        P = erspectiva de la persona mayor y / o con demencia;
        S = Psicología ocial de apoyo.
        Estas, muy resumidamente, son las claves de la Atención Centrada en la Persona.

        martes, 10 de enero de 2012

        El sueño y sus funciones

        1. Descanso y sueño
        El descanso es un estado de actividad física y psíquica “reducido” en el que la persona se siente mejor, con más ganas de continuar con sus actividades diarias, es decir está descansado.

        No hay que confundir el descanso con la inactividad, se puedo esta realizando una actividad y se puede estar descansando, aunque requiere tranquilidad, relajación libre de estrés emocional y de ansiedad.

        Cada persona entiende el descanso de manera diferente. Unos leen, otros hacen ejercicios de relajación, otros pasean o van a alguna actividad lúdica o cultural.

        Según Narrow(1997) podemos descansar cuando:
        • Sentimos que las cosas están bajo control.
        • Nos sentimos aceptados.
        • Entendemos lo que está pasando.
        • Estamos libres de molestias e irritaciones.
        • Realizamos un número satisfactorio de actividades concretas.
        • Sabemos que recibiremos ayuda cuando la necesitemos.
        Además es necesario comodidad física, eliminar las preocupaciones y sueño suficiente.
        El sueño ha interesado al ser humano desde el principio de la Humanidad, la ciencia lleva años tratando de contestar a las preguntas: ¿por qué dormimos? y ¿para qué dormimos? Los conocimientos actuales sobre el sueño son muchos, pero no tenemos una respuesta definitiva sobre la función del sueño.

        El sueño es una de las necesidades humana básica ya descrita por Abraham Maslow, psicólogo humanista, en 1970, quien estableció su jerarquización. Esta clasificación, fue perfeccionada por Kalish, detalla los elementos que pertenecen a cada una de las necesidades. Así, las fisiológicas las coloca en la base de su pirámide y comprenden: agua, alimento, aíre, eliminación, reposo, sueño y la conservación de la temperatura y la evitación del dolor.

        También Virginia Henderson, partiendo desde un punto de vista humanista, establece sus 14 necesidades humanas básicas, siendo la primera respirar adecuadamente, las últimas se refieren a todo lo que es autorrealización del ser humano, y colocando en quinto lugar la necesidad de descansar y dormir.

        Así pues, descansar y dormir es una necesidad fisiológica básica y, por tanto, dormir bien es fundamental para nuestra salud y bienestar y también para quienes nos rodean. Si no se satisface la necesidad de sueño y descanso aparecen problemas de salud que incluso puede tener consecuencias personales, familiares y sociales muy graves.


        2. Importancia del sueño
        Nos pasamos durmiendo una tercera parte de nuestras vidas. Sabemos que durante el sueño tienen lugar cambios en las funciones somáticas y en los procesos mentales de vital importancia para el equilibrio psíquico y físico de las personas. El cuerpo y la psiquis se recuperan con las distintas fases del sueño, por el contrario la falta inciden en el buen funcionamiento de nuestras actividades cognitivas como son la atención, la memoria y la creatividad.

        Los estudios sobre la epidemiología de las alteraciones del sueño son muy dispares y más sin cabe cuando se refiere a niños. En general un 40% de la población tiene trastornos del sueño. Por otro lado, los trastornos del sueño aumentan con la edad, más del 50% de las personas mayores de 65 años tienen problemas para dormir; hay autores que afirman que a los 95 años el 100% de la población presenta dificultades con el sueño.

        3. Fases del sueño
        El sueño puede definirse como un estado fisiológico con supresión casi completa de la actividad consciente y de relación y la depresión de las actividad vegetativa, con pocos movimientos de los músculos voluntarios, es cíclico, ritmo circadiano, cada 24 horas, más o menos, todas las personas tienen necesidad dormir.

        De este modo se alterna fases de actividad-vigilia-luz y fases de descanso-sueño-oscuridad.
        Estado de vigilia.
        Cuatro fases de sueño sin movimientos oculares de los ojos (NMOC o NREM):


        Fase 1: adormecimiento (5% del total de sueño). Se puede tener alucinaciones.
        Fase 2: sueño ligero (50% del sueño). Disminuyen las frecuencias cardiacas y respiratorias.
        Estas dos primeras fases son de sueño superficial.
        Fase 3 y Fase 4: sueño profundo no REM (20% del sueño)
        Se produce en la primera mitad de la noche. Su función es la recuperación física.
        Fase 5: Sueño paradójico. Sueño MOR (movimientos rápidos de los ojos, 25% del sueño) o REM (Rapid Eye Movement) conocido también como sueño desincronizado o D. Se produce en la segunda mitad de la noche y su función es la recuperación psíquica.


        Las distintas fases del sueño tienen características EEG (electroencefalograma) específicas. Así al conjunto formado por las fases 3 y 4 del sueño NREM se denomina sueño de ondas lentas (SOL), delta o profundo.

        El sueño REM se caracteriza por un EEG de baja amplitud y de frecuencia mixta similar al de la fase 1 del NREM. En este contexto, se producen brotes de actividad más lenta (3 a 5 Hz) con deflexiones negativas superficiales ("ondas en diente de sierra") que se superponen con frecuencia a este patrón. El EOG (electrooculograma) da muestras de sueño REM similares a las que se observan cuando la persona en cuestión permanece despierta y con los ojos abiertos. La actividad del EMG (electromiograma) permanece ausente reflejando la atonía muscular completa de la parálisis motora descendente característica de este estado.

        Aunque desconocemos muchas cosas de sueño, gracias a las numerosas investigaciones conocemos otras muchas como que en la fase REM se produce los ensueños. También aumenta la presión sanguínea, la frecuencia cardiaca y la respiratoria. La “actividad sexual inconsciente” como erecciones nocturnas o el aumento de temperatura del clítoris durante el sueño no son a causa de los ensueños o de los deseos sexuales reprimidos, como creía la teoría psicoanalista, sino que todo esto se debe a la actividad que desarrolla el sistema nervioso durante la fase REM.

        En definitiva, el sueño no es un proceso pasivo, sino que es un proceso fisiológico activo que produce la recuperación física y psíquica en el que el sistema nervioso sigue trabajando e integrando las experiencias y conocimientos previamente aprendido.


        4. Técnicas de registro del sueño o polisomnografía
        Se registra de forma continua y se mide: las ondas cerebrales (Electroencefalograma, EEG), la actividad eléctrica alrededor de los ojos (Electrooculograma, EOG), actividad eléctrica en algunos músculos (Electromiograma, EMG), electrocardiograma (ECG), oxígeno en sangre (Oximetría) y el flujo de aire inspirado.

        5. Funciones de sueño
        El sueño tiene funciones de restauración y protección y sirve para reajustar o conservar los sistemas biológicos. Para que el sueño cumpla su función se necesita una cantidad de sueño digamos característica de cada persona. Así, un recién nacido puede ser de hasta 20 horas y muy fragmentadas, siendo un 50% sueño REM y el otro 50% NREM III y IV; en el adolescentes duermen entre 8-9 horas; en el adulto entre 6-8 horas, disminuyendo el tiempo total de sueño a expensas de la fase IV NREM; y en las personas mayores entre 6 y 7 horas. En esta etapa de la vida la necesidad de descanso aparece antes que la de sueño. La duración de tiempo nocturno de sueño disminuye, con acortamiento de la fase REM y reducción de las fases III y IV NREM, con un sueño fragmentado, necesitando más tiempo para conciliar el sueño.

        En los niños existe una relación entre sueño y crecimiento. Y es que a mayor calidad en el sueño mayor secreción de la hormona del crecimiento o somatotropina. Esta hormona actúa sobre muchos tejidos del cuerpo, influyendo sobre el desarrollo de células y tejidos y regula el metabolismo de las proteínas.

        La hormona del crecimiento se segrega en mayor cantidad a los 50 o 60 minutos de haberse iniciado el sueño nocturno, es decir en la Fase NREM IV (aunque parece que durante las siestas largas también ocurre esto). Los niños que duermen de forma intranquila con múltiples periodos a lo largo de la noche están en desventaja con aquellos que consiguen hacerlo de una sola vez.

        Por otro lado la somatotropina, está relacionada con la alimentación, concretamente con la concentración de azúcar en sangre, debiendo haber un equilibrio entre el hambre, el ejercicio y el estrés, para que permitan al niño llegar al máximo de su potencial de crecimiento.

        Un reciente estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chicago (USA), publicado en "Annals of Internal Medicine", afirma que dormir poco puede estimular la obesidad. Al parecer, la cantidad de sueño condiciona el nivel en el organismo de dos hormonas, la leptina y la grelina, de modo que, en individuos que han dormido poco, disminuye la primera y aumenta la segunda. La leptina tiende a suprimir el apetito, con lo que su disminución supone una mayor tendencia a comer. La grelina provoca sensación de hambre, pero en este caso la falta de sueño produce un aumento de esta hormona, por lo que su efecto se suma al anterior, influyendo la unión de ambas en un aumento del apatito.

        En cuanto al sueño REM facilita y consolida el aprendizaje, efectos beneficiosos sobre la memoria, mejora la adaptación conductual y, gestionamos mejor nuestras emociones.

        De un modo general podemos decir que durante el sueno NREM se produce la recuperación física y en el sueño REM la recuperación psíquica.

         

        Fuente:
        Guyton – Hall. Tratado de Fisiología Médica. 11 edición.
        Insomnio,...www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/.../s305calidad_vida.pd
        Sociedad Española de Neurología.

        jueves, 5 de enero de 2012

        Algunas teorías sociales del envejcimiento

        • Teoría de la desvinculación o retraimiento
        • Teoría de la actividad
        • Teoría de la continuidad
        • Teoría de la subcultura
        • Teoría del medio social
        • Teoría de las minorías
        • El interaccionismo simbólico
        • Teoría del etiquetaje
        • Teoría fenomenológica
        1.Teoría de la desvinculación o retraimiento
        La teoría de la desvinculación, también llamada de desacoplamiento (The theory of desngagement) fue presentada en principio por E. Cumming y W.E. Henry en el año 1961. En resumen viene a decir que se produce una desvinculación mutua entre el individuo y la sociedad a la que pertenece. El sujeto va dejando de representar su rol y la sociedad cada vez le da menos oportunidades. En principio parece que para que la sociedad progrese los individuos más viejos tengan que dejar pasos a los más jóvenes, como dice Bazo, M.T (1986) existe un cierto funcionalismo sociológico.

        Algunos autores creen que son los ancianos los que comienza por si mismo la desvinculación de la sociedad; otros, mantienen una postura opuesta, que es la sociedad la que aparta progresivamente a los más mayores.

        Aunque fue aceptada en su formulación original, muy pronto se hicieron revisiones y las investigaciones sobre ella han sido significativas. Ya en 1964 W.E. Henry reconsidera la teoría del retraimiento como proceso mutuo entre individuo y sociedad, y piensa que la perdida de roles se basaría en una causalidad interna del proceso. En el mismo año Havighurst, Neugarten y Tobin analizando las variables individuales que darían lugar a una vejez satisfactoria llegan a la conclusión que esta depende del grado de satisfacción conseguido con anterioridad durante su vida más activa y con la situación presente. Siendo la personalidad del individuo determinante, unos estarían satisfechos con el distanciamiento, mientras que otros lo pasarían realmente mal.

        Lehr, U. 1969 habla de desvinculación transitoria, la cual coincidiría con acontecimientos importantes, por ejemplo la jubilación, una vez superada el evento, comenzarían otra vez las relaciones sociales.

        Otra reformulación de la teoría de la desvinculación, desde mi punto de vista muy interesan ante, es la presentada por Aragó, J.M. (1987) que considera que se produce un deterioro progresivo que arranca con acontecimientos determinantes. El área social sufriría un deterioro tal que provocaría un retraimiento por la disminución de relaciones ... Por otra parte, Aragó, J.M. (1987) relaciona el distanciamiento social con el grado de satisfacción personal, si la sociedad pudiera satisfacer todas las necesidades de la vejez, los ancianos no tendrían interés por la actividad. Este sería el caso de las instituciones donde se garantizan las necesidades fundamentales: sanitarias, de la vida diaria, etc. Sin embargo, investigaciones efectuadas por García-Pérez, M.C. y Tous, J.M. (1992) no confirmarían la hipótesis de Aragó.

        Desde el inicio de la teoría se ha planteados varias cuestiones, desde mi punto de vista, destaco las siguientes: primera, si es voluntariamente iniciada por los ancianos implicados; segunda, si se debe a deterioro progresivo de sus capacidades; tercera, si esta desvinculación es buena para los ancianos; y, cuarta, que números de ancianos inician este distanciamiento.

        2. La teoría de la actividad
        Hay cierta conjunción en la paternidad de la teoría de la actividad mientras que Aragó, J.M. (1987) señala que su formulación originaria se debe a Cavan en el año 1949, otros como Bazo, MT.(1990) afirman que originariamente se debe R. Havighurst et al. (1968). En resumen este modelo postula que los ancianos con un proceso de envejecimiento fisiológico implican seguir con los mismos roles de la edad adulta o en todo caso sustituir los perdidos por otros. Esto implica mantenerse activo. Casi todos los estudios realizados parecen confirman los presupuestos teóricos.

        4.Teoría de la continuidad
        Formulada por Atchley, R.C. (1972) sostiene que en el proceso de envejecimiento hay una tendencia natural al mantenimiento de los roles que ha venido desempeñando durante su vida. Es decir, que la adaptación a la vejez dependería de su pasado. En este sentido cada anciano tendría un modelo propio. Los estudios empíricos prácticamente no existen.

        5.Teoría de la subcultura
        Presentada por Rose, A. (1965) sostuvo que la edad creaba una subcultura en los ancianos. Esta subcultura de la edad como cualquier grupo aislado tiene características específicas, entre las cuales sus propias normas de conductas. Riley. M (1968) con sus investigaciones confirmó que es mejor estudiar los grupos de ancianos tomando extractos según la edad, que según la clase. En este orden de cosa se explicaría la proliferación de asociaciones y demás grupos diversos de personas de edad que buscan su propia identidad.

        6.Teoría del medio social
        Gubrium, J. (1973) considera que la conducta en la vejez estaría relacionada con algunas condiciones biológicas y sociales (Mishara, B.L. , Riedel, R.G. 1986) como la salud, el dinero y los apoyos sociales. Según esta teoría la salud seria un factor determinante ya que muchas personas están muy limitadas por las enfermedades crónicas, estando algunas totalmente imposibilitada.

        En cuanto al dinero una situación precaria seria otra condición negativa que actuaría como factor limitante en la actividad de los ancianos. En muchos países, desarrollados, hay un porcentaje elevado de personas de edad que perciben unos ingresos que apenas llegan para la subsistencia.

        Por lo que respecta a apoyos sociales, la desintegración familiar, por muerte de uno de los cónyuges, o la falta de relaciones sociales actuarían condicionando la conducta de los ancianos.

        En resumen, según J. Gubrium todos los factores del medio social que actúen limitando la actividad son negativos para la vejez.
         
        7.Teoría de las minorías
        Este modelo, propuesto por Strieb, G. (1965) es muy parecido al de Rose (Mishara, B.L. , Riedel, R.G., 1986), refiriéndose a la sociedad estadounidense, pero que puede ser válido para otras sociedades, cree que las personas de edad se ven forzadas a formar una minoría , lo mismo que los negros o indios, por compartir algunas características biológicas. Además, tendrían los rasgos de los grupos minoritarios, inmovilismo, pobreza, segregación e impotencia., que producirían reacciones que irían desde el pasivismo absoluto hasta activismos exacerbados como el político.
         
        8.El interaccionismo simbólico
        Lo que se llamó más tarde interaccionismo simbólico tiene su origen en las teorías desarrolladas por G.H. Mead, Ch. Cooley y W. Thomas que vienen a decir que los seres humanos, con su comunicación simbólica, aprenden la conducta de las otras personas con las que conviven en un ambiente físico y social determinado (Bazo, M.T., 1990). La comunicación simbólica actuaría como proceso de socialización desde el nacimiento, en el que el lenguaje desempeñaría una función primordial. En el interacionismo simbólico hay que distinguir la definición de la situación (W.Tomas), el Yo-espejo (C.H. Cooley) y la interpretación de si mismo.

        Aplicando los conceptos antes citados a los ancianos estos adoptarían una conducta determinada según que interpretación hicieran de la situación, que interpretación y respuesta dieran al yo-espejo y que presentación decidirán más adecuada en determinadas circunstancias.

        9.Teoría del etiquetaje
        Bengston, V. (1973) cree que la teoría del etiquetaje explicaría algunas conductas de los ancianos como las derivadas de etiquetar a una persona como senil o dependiente, siendo tratada según el significado social de la etiqueta que condicionaría la conducta de la persona que vera como se modifican sus roles, status e identidad (Bazo, MT., 1990).
         
        10.Teoría fenomenológica
        Tiene su origen en Alemania y fue elaborada inicialmente por E. Hurssel, siendo su idea fundamental que para entender la conducta humana hay que comprender el mundo perceptivo de la persona. Según el sistema perceptivo y el proceso de socialización así cada uno entenderá el mundo. Es una teoría de elevado nivel de abstracción con evidentes problemas para la investigación empírica pero muy compresiva y completa (Bazo, TM. ,1990).

        Alguna bibliografia para una visión retrospectiva de la gerontologia soacial


        Fuente:

        A.A.V.V. (1994) Envejecimiento y psicología de la salud. Siglo XXI de España Editores. S.A. Madrid.

        A.A.V.V.(1997) Guía sociosanitaria para personas mayores. Fundación Matia. San Sebastián.

        BERMEJO GARCIA, L. (1993) Hogar, dulce hogar. Como mejorar su vivienda haciéndola más sana y segura. Editorial Popular. Madrid.

        CAPELLI, M.P.; DRAGUI, V.B. (2001) Aprendizaje y vejez. Cuestionando mitos. Revista electrónica Tiempo nº 8 agosto.

        COSTA, M.; LOPEZ, E. (1986) Salud comunitaria. Ediciones Martínez Roca. Barcelona.

        CONDE SALAS, J.L. (2001) Vivir la vejez positivamente. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento. Lectura complementaria.

        G. de VIGUERA, V. (2001) ¿Es útil aprender a envejecer?. La educación para el envejecimiento. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento, clase 3

        G. de VIGUERA, V. (2001) El proceso de envejecimiento. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento, clase 4 y 5.

        G. de VIGUERA, V. (2001) Cambios psicológicos y sociales. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento, clases 6 y 7.

        G. de VIGUERA, V. (2000) identidad y Autoestima en los Adultos Mayores. Revista electrónica Tiempo nº 5 junio.

        MONCHIETTI, A.; KRZEMIEN, D. (2000) Participación social y estilo de vida. Su relación con la calidad de vida en la vejez. Revista electrónica Tiempo nº 6 noviembre.

        MURRAY PARKES, C. (1999) Duelo y salud mental en la vejez. Primer Curso Virtual de Educación para el Envejecimiento. Lectura complementaria. http://www.psiconet.com/tiempo/educacion localizado en Revista del Climaterio 1999; 1 (5) (noviembre-diciembre) 225- 231

        Fuente original :Bereavement and mental health in the elderly. Reviews in Clinical Gerontology 1997, 7 (1) 47-53

        PEREZ FERNÁNDEZ, R. (1998) Sobre los derechos de las personas de edad. Seminario Temas de Psicogerontologia II clase 17.

        POSADA F. Beneficios y sentido de la formación en la vejez. Seminario Temas de Psicogerontología II clase 185.

        RODRÍGUEZ ESTRADA, M; PELLICER DE FLORES, G.; DOMÍNGUEZ EYSSAUTIER, M. (1988) Autoestima: Clave del éxito personal. Editorial El Manual Moderno S.A. de C.V. México.

        RUBIO HERRERA, R., DOSIL, A. (1994) Desarrollo de la inteligencia en la vejez. Cap 26 pags. 463 – 475 En: BERMEJO V. (1994) Desarrollo cognitivo. Editorial Síntesis. Psicología. Madrid.

        VARGAS, J.H. (2001) La formación de la ciudadanía emancipada de adultos mayores. Revista electrónica Tiempo nº 7 abril.

        VARGAS, J.H. (2001) La participación social de los adultos mayores. Una práctica de la libertad cotidiana. Revista electrónica Tiempo nº 8 agosto.

        miércoles, 4 de enero de 2012

        La anosmia y el Alzheimer

        La anosmia y el Alzheimer
        El sentido del olfato junto con el del gusto reacciona a sustancias químicas, que son detectadas en una terminaciones nerviosas, llamadas quimiorreceptores. La parte superior de las fosas nasales está cubierta por la membrana pituitaria que está plagada de terminaciones nerviosas que a través del nervio olfatorio (I par craneal) conduce los impulsos nerviosos hasta el bulbo olfatorio y tracto olfatorio y de aquí al sistema límbico e hipotálamo y al neocórtex donde estas sensaciones se harán conscientes. Sabemos que estas estructuras cerebrales están relacionadas con los impulsos e instintos, emociones y sentimientos. Igualmente estas zonas cerebrales son fundamentales en el procesamiento de la información (memoria), así como en la regulación del sistema endocrino.
        Los trastornos del olfato
        Puede ocurrir que disminuya la capacidad para oler (hiposmia), que se pierda totalmente (anosmia) y que dicha capacidad aumente (hiperosmia).
        También puede haber trastornos en la percepción y así hay personas en que aparecen cambios en olores y aromas que antes le eran familiares se distorsionan o que un olor que antes era agradable se hace insoportable, e incluso percibir olores que anteriormente no olían.
        Atendiendo a la etiología de los trastornos en el olfato puede ser congénito u obedecer a causas secundarias. Si es congénita es incurable (no se desarrolló el nervio olfatorio), otros problemas desde el mismo nacimiento o poniéndose de manifiesto por traumatismo craneoencefálicos.
        Casi siempre aparece cuando el paciente ya ha cumplido los 10 años, y se diagnóstica porque el enfermo presenta problemas de salud que están asociados al olfato, como anorexia y que no perciben los distintos olores. Los casos idiopáticos (causas desconocidas) también entran en este tipo de trastornos del olfato.
        En cuanto a la anosmia secundaria (que se deriva de otra enfermedad) podemos distinguir los siguientes tipos:
        Anosmia pasajera: muy frecuentes en refriados y rinitis por agentes virales y alergias.
        Anosmia temporal: se afecta el nervio olfativo por virus o bacterias o traumatismos sobre dicho nervio (desviación del tabique nasal, pólipos o tumores). También pueden indicarnos otras enfermedades de las fosas nasales (sinusitis, rinitis, etc) o ser consecuencia patologías graves como enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer o enfermedad de Refsum. Los fumadores también pueden presentar este tipo de trastorno olfativo temporal. Otras muchas enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión, malnutrición, la esclerosis múltiple y la psicosis de Korsakoff están todas asociadas o dan como síntomas trastornos del olfato.
        La anosmia permanente: cuando las causas anteriormente se complican puede conllevar una anosmia permanente por quedar dañado el nervio olfativo. También al proceso de envejecimiento se asocia una disminución en la capacidad olfativa como ocurre en los demás sentidos.
        La anosmia como biomarcador
        Las pruebas tradicionales de detección de trastornos del olfato son subjetivas, consiste presentar al paciente un frasco con aromas y en un formulario escribe sus percepciones, pero no es un método objetivo porque es imposible regular la cantidad de producto aromático suministrado ni la distancia a la que se pone la sustancia. Todo esto ha llevado a un grupo de investigadores perteneciente al Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN), Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la Fundación Hospital de Alcorcón al desarrollo de un Olfatómetro que unido a un equipo de Resonancia Magnética Funcional (RMF). Con este equipo se visualiza y se mide la actividad cerebral en el mismo momento que la persona percibe los estímulos olorosos.
        En la Fundación CIEN se está investigando si el olfato puede ser uno de los biomarcadores que permitan la detección precoz del Alzheimer.
        Referencias:
        Fundación 100.
        Psiquiatria.com.
        National Institutes of Health. Institute on Deafness and Other Communication Disorders.


        martes, 11 de octubre de 2011

        Tipos de edades

        Todos los seres vivos nacen, crecen, maduran, envejecen y, finalmente, mueren. Ante este proceso, los humanos y demás seres, somos iguales. Pero no todos vivimos la misma cantidad de años. Algún solo viven unos minutos, como la efímera, otros no llegan a las 24 horas, en el caso de algunos protozoos unicelulares y, otras alcanzan los 130 años, como la tortuga de Carolina.

        No hay una fecha exacta de longividad, pero en los seres humanos, el máximo de vida, marcado genéticamente, está situado alrededor de los 120 años. Aunque son muy pocos los que han llegado a estas edades, pero los que lo han logrado han vivido con buena salud casi hasta los últimos días de sus vidas.

        En el ser humano, a parte de la edad cronológica, distinguimos diferentes tipos de edades. Esta distinción se resume en que la edad cronológica no se corresponde con la edad biológica.

        1. Edad cronológica
        Es la edad del individuo en función del tiempo transcurrido desde el nacimiento. Es por tanto la edad en años. Criterio administrativo de gran relevancia que marca hechos importantes en nuestra vida como, la mayoría de edad para los jóvenes o, la jubilación para las personas mayores. Tiene por tanto un valor social o legal más que biológico. El tiempo en sí no tiene ningún efecto sobre el envejecimiento, sino que los cambios ocurren asociado al tiempo.

        2. Edad biológica
        Es la edad real de nuestro cuerpo, de los órganos, de los tejidos, de las células. Se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos comparados con patrones estándar para una edad. Es por tanto un concepto fisiológico. Su conocimiento científico nos dará información sobre nuestro envejecimiento real.

        Mientras que la edad cronológica no depende de factores externos, la edad biológica si. Además de nuestra genética, tiene que ver mucho con nuestro estilo de vida y, será menor o mayor, si llevamos: adecuada alimentación y nutrición, ejercicio y actividades físicas, bienestar emocional, estimulación cognitiva, eliminar el consumo de alcohol y de tabaco, uso adecuado de medicamento, seguridad vial y prevención de caídas. Así, como el control de enfermedades que se pueden prevenir y/o evitar.

        Las personas con una edad biológica inferior a la cronológica corren un menor riesgo de mortalidad y de sufrir enfermedades relacionadas con la edad. Y, al contrario, si la edad biológica es mayor, el riesgo también es mayor.

        Es fácil entender, cuando vemos a alguien que parece más joven de lo que realmente es por su edad cronológica, que el envejecimiento no es el mismo para todos. Tiene distinto ritmo en unos individuos y otros. Es más, cada uno de nuestros tejidos, órganos y sistemas envejecen a ritmo diferente. Esto hace que nuestra edad biológica solo podría entenderse como un promedio de cada uno de estos elementos. Esta heterogeneidad, incluso en un solo individuo, hace difícil la medición de la edad biológica.

        3. Edad psicológica
        Es la que define la vejez en función de los cambios cognitivos, emocionales y de personalidad a lo largo del ciclo vital. El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizaje, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivo-valorativas del presente, pasado y futuro, así como crecimiento personal). Este tipo de edad, está muy relacionada con la edad subjetiva, la que tienes según te sientes.

        4. Edad social
        Se mide por la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenece y la utilidad social. Estimación que varía según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo "viejo-sabio"/"viejo inútil".

        5. Edad funcional

        Al conjunto de las edades biológica, psicológica y social se le conoce con el nombre de edad funcional. La persona es capaz de realizar una vida autónoma (mantiene su capacidad de decisión) e independiente (no necesita de una persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), las instrumentales (AIVD), las de relación y sociales (AAVD). Para lo cual es necesario mantener unos niveles razonables de capacidad física y mental. Es esta edad la que puede definir una calidad de vida satisfactoria y por tanto un envejecer saludable. La salud en la persona mayor, como mejor se mide, es en termino de función (OMS,1959).
         
        Fuente:
        - Varios Autores (2011). Inmserso, Madrid. Envejecimiento Activo. http://envejecimiento.csic.es
        /documentos/documentos/imserso-libroblancoenvejecimientoactivo-01.pdf
        - The public health aspects of the aging of de population. Copenhague: WHO, 1959.
        - Moragas, R., (2004). Gerontología Social. Barcelona, España: Editorial Herder.