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domingo, 13 de mayo de 2012

La sexualidad en las personas mayores

«Nadie es viejo porque nació hace mucho tiempo o joven porque nació hace poco. Somos viejos o jóvenes en función de cómo entendemos el mundo, de la disponibilidad con la que nos dedicamos curiosos al saber» Paulo Freire, pedagogo Brasileño.

En este artículo quiero trata sobre la sexualidad de las personas mayores, como la viven, la influencia de los cambios naturales del proceso de envejecimiento, estrategias para vivirla adecuadamente y, otros muchos factores que inciden en la actividad sexual de los mayores.

La sexualidad forma parte de nuestra personalidad y, practicada de forma libre y segura, es fuente de salud. Nos acompaña toda nuestra vida, aunque se vive y se expresa de diferente manera según la etapa del ciclo vital.


1. Aproximación a la sexualidad humana
La sexualidad humana de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como:

"Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales."



La sexualidad humana tiene cuatro características que interaccionan entre sí, estas son:
  • Erotismo.
  • Vinculación afectiva o relación emocional.
  • Reproductividad.
  • Sexo genético: (genotipo) y sexo físico o apariencia (fenotipo).
El erotismo es la capacidad de sentir placer a estímulos mediante la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo (la capacidad de sentir deseo, excitación, orgasmo y placer).

La vinculación afectiva o emocional es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales muy significativas (la capacidad de sentir, amar o enamorarse).

La reproductividad (reproducción) no solo es la capacidad de tener hijos y cuidarlos, sino que abarca los sentimientos de maternidad y paternidad y actitudes para hacer que se desarrollen adecuadamente.

En la construcción de nuestra identidad tiene mucha importancia la sexualidad, en las construcciones mentales y de comportamientos de ser hombre o mujer. Y de la interacción de las cuatro características de la sexualidad se generar las orientaciones de la sexualidad: heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad y la transexualidad.

La propuesta de la OMS (2006) orienta la necesidad de atender y educar la sexualidad humana. Para esto es de suma importancia, reconocer los derechos sexuales (WAS, OPS,2000). Estos derechos son:

  • El derecho a la libertad sexual.
  • El derecho a la libre asociación sexual.
  • El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables.
  • El derecho a información basada en el conocimiento científico.
  • El derecho a la educación sexual integral.
  • El derecho a la atención de la salud sexual.
  • El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo.
  • El derecho a la privacidad sexual.
  • El derecho a la equidad sexual.
  • El derecho al placer sexual.
  • El derecho a la expresión sexual emocional.
En la medida que estos Derechos sean reconocidos, ejercidos y respetados, tendremos sociedades más saludables sexualmente.

En las diferentes etapas de la vida, la sexualidad se expresa de diferentes maneras y tiene sus propias necesidades. Lo mismo que los animales, los seres humanos utilizamos la excitación sexual para la reproducción, pero a diferencias de estos le añadimos la dimensión psicológica que comprenden aspectos cognitivos, afectivos, volitivos, culturales y religiosos. Nuestra sexualidad comprende la identidad sexual y de género que constituyen la conciencia de ser una persona sexuada y además con el significado que cada persona dé a este hecho, es decir: es la expresión de la propia identidad sexual y de género.

2. Mitos y creencias
Entorno a las personas mayores y el proceso de envejecimiento existen muchos mitos, esteriotipos y prejuicios que constituyen verdaderos edadismos. Esto empeora cuando nos referimos a la sexualidad. Y es que existen muchos mitos que niegan la sexualidad a las personas mayores. El amor y el sexo es cosa de jovenes.

Esto tiene que ver mucho con nuestro entorno, comenzando por la propia familia, las instituciones, los medios de comunicación social y la sociedad en general, niegan no sólo la expresión de la sexualidad y la afectividad en las personas mayores, sino hasta la capacidad de una respuesta sexual satisfactoria.

Vivimos en una sociedad, en que todo lo bueno esta ligado a la juventud, parecer joven es una prioridad que alimentan los medios de comunicación y la publicidad. Hay que perecer joven a toda costa, porque se considera que lo bello y lo productivo va ligado a la juventud. Y a las personas mayores se le consideras fragiles y debiles, sin atractivo físico y personal, sin capacidad sexual. La sociedad siempre ha intentado, negar su sexualidad. Y esto empeora en el caso de la mujer mayor, pero no hay que permitir que estas actitudes sociales, mitos, estereotipos y creencias religiosas, incluso refranes populares, impidan el desarrollo con normalidad de la sexualidad en esta etapa de la vida.

Afortunadamente, no todas las personas tienen la misma imagen de las personas mayores y poco a poco esto va cambiando; en esto, la información y educación sexual de los más jóvenes tiene importancia capital, porque solo, desde un conocimiento verdadero de la sexualidad, como puede cambiar estas actitudes.

En este sentido, ha sido la gerontología y sus distintas disciplinas, las que están contribuyendo de manera fundamental en las erradicación de estos esteriotipos.

Podríamos hacer un listados de los mitos y prejuicios que se han transmitidos de generación en generación, que son transmitidos pos los adultos y aprendidos por los más jovenes, que considera las personas mayores sin atractivo ni capacidad física para tener relaciones sexuales normales. Entre las falsedades entorno a la sexualidad de los mayores hay que destacar:
1. Las personas mayores pierde el interés por el sexo.

Falso. La sexualidad nace con la persona, y solo se acaba al final de nuestra vida. Forma parte de nuestra personalidad y de nuestra esencia como persona. El interés perdura siempre. Cierto que la actividad sexual puede estar condicionada por la salud o por la existencia de una pareja activa. Se trata de mantener una relación afectiva basada en el cariño y gozar de nuestra capacidad sexual y no de tener una sexualidad como en la juventud.

2. La sexualidad se va agotando con el paso de los años.
Falso. Los impulsos sexuales se mantienen toda la vida. No cabe duda que la capacidad sexual cambia con el proceso de envejecimiento. Y en general la respuesta sexual suele ser más lenta, pero no desaparece, solo necesecita adaptación y busca los estimulos adecuados.

3. Que la practica sexual no es buena para las personas mayores.

Falso. Las relación sexual en las personas mayores, igual que en cualquier etapa de la vida, proporcionan bienestar emocional y físico. Contribuye a la eliminación del dolor, aumenta la autoestima y la calidad del sueño. Mantiene la relación social alejando la soledad y preveniendo la la ansiedad y la deperesión.

4. Las personas mayores no necesita tener sexo.

Falso. Igual que en cualquier edad necesitan tener pareja. Aunque prioricen la comapañía y el afecto mutuo. Somos seres emocionales, y nos podemos enamorar, aunque la pasión sea distinta.


Existen otros muchos mitos, como que:
  • La menopausia es el fin de la sexualidad.
  • La andropausia lleva aparajada impotencia.
  • Los mayores no tienen eyacualción.
  • La sexualidad tiene que imperar la capacidad física.
  • Sin coito, la relación sexual es de mala calaidad.
Prejuicios:
  • Se puede aceptar que un hombre tenga pareja más joven (aunque a veces se tache de "viejo verde"), pero se le niega a la mujer. Si la mujer enviuda, y se interesa por buscar pareja más joven, tenemos el mito de la "viuda alegre". Y así se puede elaborar un listados interminables de todas estas falsedades entorno a la sexualidad de las personas mayores.


3. La respuesta sexual en la persona mayorSon muchos los cambios que se producen con el proceso de envejecimiento, que pueden modificar o limitar la respuesta sexual en los mayores, pero no impedirla. Lo que si obligan es a una adaptación del patrón sexual, primando más las caricias y tocamientos que la genitalidad (coito) de etapas más jovenes.

3.1. En los hombres los cambios más significativos son:
  • Distensión del escroto
  • Disminuye el tamaño de los testículos
  • Hiperplasia prostática Benigna (aumenta el tamaño de próstata)
  • Disminución de la espermatogénesis (producción de espermatozoides).
  • Disminución de la calidad de los espermatozoides.
  • Reducción de la producción hormonal (testosterona).
3.2. En las mujeres aparecen los siguientes modificaciones:
  • Disminución progresiva del ritmo de ovulación.
  • Pérdida progresiva de la capacidad funcional de los ovarios.
  • Modificaciones en la figura corporal.
  • Disminución gradual del tejido graso pubiano.
  • Disminución del tamaño del útero.
  • Disminución del tamaño de las trompas de Falopio.
  • Disminución del tamaño del ovario.
  • Pérdida de elasticidad del tejido vaginal.
  • Atrofia progresiva de la mucosa del cuello uterino.
  • Atrofia de la mucosa vaginal
  • Disminución de la vulva, labios mayores, menores y clítoris.
  • Acortamiento de la vagina.
  • Disminución de la secreción hormonal.
4. Cambio en la respuesta sexual El envejecimiento inflyen en la respauestas sexuales del hombre y la muejer mayores.

4.1 Cambios en la respuesta sexual de la mujer mayor:
  • Disminuye la libido
  • Menor lubricación vaginal.
  • Mayor tiempo de estimulación para alcanzar una lubricación vaginal adecuada.
  • Disminución de la elasticidad vaginal.
  • Micciones abrasivas después del coito.
  • Se conserva la capacidad multiorgásmica.
  • Durante la excitación aumenta el tamaño del clítoris.
4.2 Cambios en la respuesta sexual del hombre:
  • Disminución de la sensibilidad erótica.
  • Aumento del tiempo de estimulación necesario para lograr la erección.
  • Menor ángulo de elevación del pene.
  • Si cede la erección, durante la fase de excitación, antes de eyacular, puede presentarse un periodo de recuperación de varias horas, llamado refractario fisiológico.
  • El periodo de resolución es más breve (rápida pérdida de erección tras la eyaculación).
  • El periodo para conseguir una nueva erección post eyaculación se alarga 24-48 horas.

5. Disfunciones que condiconan la respuesta sexual

En los hombres son:
  • Disminución de la libido: problema de baja incidencia en los hombres. Asociado la mayoría de las veces con un déficit hormonal (andrógenos), un trastorno psicológico (depresión, ansiedad) o relacionado con el uso medicamentos (psicofármacos, beta-bloqueantes, hipotensores).
  • Disfunción eréctil: es la incapacidad para alcanzar o mantener una erección suficiente para la penetración. Trastorno muy frecuente en los hombres mayores, según algunos estudios, a los 80 años, pueden alcanzar hasta el 80 por ciento. Influyen mucho en la calidad de vida de las peronas afectadas. Las causas más frecuentes de disfunción eréctil en los mayores son de tipo orgánico, los problemas cardiovasculares, los problemas neurológicos (ictus, enfermedad Parkinson, demencias), y los trastornos endocrinos (diabetes mellitus, disfunción tiroidea). También son muchos los fármacos que pueden producirla (antidepresivos, antipsicóticos, antihistamínicos, antihipertensivos). Los factores psicológicos son poco frecuentes.
  • Trastornos de la eyaculación: algunos problemas médicos, casi siempre secundarios a intervenciones quirúrgicas (sobre todo de la glándula prostática), pueden generar una salida del semen hacia la vejiga (eyaculación retrógrada). La eyaculación precoz es infrecuente en los mayores.
En las mujeres:
  • Trastorno del deseo: disminución de la libido o del deseo sexual. A las consecuencias del envejecimiento fisiológico, hay que añadirles problemas médicos crónicos (diabetes mellitus, ictus, enfermedad Parkinson, artrosis, cardiopatías), trastornos psicológicos (depresión, ansiedad), así como el uso de medicamentos (psicofármacos, diuréticos, antihistamínicos) que tienen efecto negativo sobre el deseo sexual.
  • Trastornos "dolorosos": como la dispareunia que es la aparición de dolor durante el coito (coitalgia) y puede deberse tanto a factores orgánicos como a psicológicos o a la suma de ambos. Puede ir acompañada de otros síntomas otros síntomas como el picor, el ardor. La causa más común tras la menopausia suele ser la vaginitis atrófica por la disminución de los estrógeneos (hipoestrogenismo), aunque puede deberse también a otras causas menos frecuentes (infecciones, quistes de Bartolino, retroversión uterina, tumores pélvicos). Suele responder bien al tratamiento hormonal sustitutivo (especialmente estrógenos locales), al lograr mejorar la lubricación vaginal.
  • Dificultad, retardo o ausencia de orgasmo: requiere haber tenido previamente una excitación sexual normal, siendo la causa en las mujeres mayores casi siempre problemas médicos (diabetes mellitus, enfermedad cerebrovascular, alteraciones medulares, ...) o farmacológicos (psicofármacos).

6. Factores que influyen en la actividad sexual de la personas mayores.
De todo lo visto hasta aquí podemos deducir que los factores que más influyen en la actividad y calidad de la relación sexual son:
  • Los cambios que conlleva el proceso de envejecimiento. Es un proceso natural que disminuyen nuestra reserva funcional, pero ninguno de los cambios impide por si solo tener una actividad sexual satisfactoria.
  • El estado de salud físico, nuestro y de la pareja. En este sentido, la movilidad es un factor muy a tener en cuenta.
  • La salud mental y emocional, la deperesión y la ansiedad.
  • La censura social y familiar. Que no te importe el que dirán, el amor no solo es cosa de jovenes.
  • La pérdida de la pareja.
  • Las relaciones previas.
7. Estrategías para tener una relación sexual satisfactoria.
Lo primero
Son muchas las causas que influen en la actividad sexual, ante cualquier problemas de salud, no dude en consultar a tu médico, te aclarará dudas y te prescribirá un tratamiento, si lo cree conveniente. O te derivará al profesional de salud adecuado, geriatra, urólogo, psicológo, fisioterapeuta, otros especialistas.
 
7.1 ¿Y tú que puedes hacer?
El aprendizaje es acumulativo, así que tenemos un buen bagaje, en todo, también en la relación sexual. Utiliza este caudad de conocimentos para una buena relación afectiva y sexual. Si tiene pareja desde hacer mucho tiempo, mejor, y si has iniciado una nueva relación, procura conocer a tu pareja, la comunicación es la mejor herramienta.

A parte del atractivo físico, también está el personal, más importante aún. Descubre los gustos de tú pareja. La sedución no se acaba con la edad, utilícela. Y entabla una relación basada en la sinceridad y la confiaza, desde el máximo respeto.

El amor no es patrimonios de los más jovenes. Si te vuelve a enemorar, exprese sus prefencias y ten encuenta los reparos de tu pareja. Hay tantos patrones sexuales como parejas.

La salud sexual es muy importante, y la transmisión de enfermedad sexual se da en todas las edades. Si son relaciones nuevas utiliza el preservativo.

8. La sexualidad de los mayores en las instituciones
Si la persona mayor está institucionalizada, se ve difucultada sus prácticas sexuales, por tanto alterada sus derchos y su salud sexual. Este tema lo trataremos enotro artículo.
Fuente:
- Derechos sexuales (WAS, OPS, 2000)
- Concepto de sexualidad (OMS, 2006)
- Verdejo Bravo, Carlos (2012). "Ponencia Sobre Sexualidad". 54º Congreso de la Sociedad
Española de Geriatría y Gerontología. Santiago de Compostela, 2012.
- Varios Autores. (2011). Inmserso. Madrid. Recuperado de https://www.imserso.es/imserso_01
/envejecimiento_activo/libro_blanco/index.htm
- Guía de la Fund. Pilares sobre «Sexualidad en entornos residenciales en persones mayores» de 2017
- PANEQUE SOSA, M. (2007). «La protección de los derechos de las personas mayores en España por los defensores del pueblo», Madrid, Portal de Mayo-res, Informe 79
- Sexualidad (OMS, 2011)
- López Sánchez, F. (2005) La sexualidad en la vejez. 2ª edición
- Benbow, S., & Beeston, D. (2012). Sexuality, aging, and dementia. International Psychogeriatrics, 24(7), 1026-1033. doi:10.1017/S1041610212000257

miércoles, 9 de mayo de 2012

Ejes de la felicidad

La alegría, la tristeza, la cólera y el miedo son las cuatro emociones básicas. Cada una tiene diversas manifestaciones, así de la alegría nace: el disfrute, la felicidad, la diversión, el estremecimiento, el éxtasis, la gratificación, el orgullo, el alivio, el capricho, la extravagancia, el deleite, la dicha, el placer sensual, la satisfacción y la manía patológica.

La felicidad humana, entendida como la capacidad para disfrutar de los placeres de la vida, es un estado de ánimo positivo.

Al estudio de la felicidad nos podemos aproximar desde la filosofía, la psicología, la sociología y la antropología. Podemos buscar las bases anatómicas y los neurotransmisores que intervienen cuando vivimos un momento feliz.

Pero la pregunta que todos los seres humanos nos podemos hacer es que necesitamos para ser felices: pues diría que cada persona es feliz a su manera. En general, para los “occidentales” autorrealizarnos, ser autosuficiente, sentir placer, evitar el sufrimiento, estar enamorado. Para los orientales, según su filosofía de vida, la mayor felicidad la alcanzaría viviendo en armonía. Desde el punto de vista de un creyente, la unión con Dios sería el máximo de felicidad. Para un cristiano el seguimiento y comunión con Cristo Resucitado por medio del Espíritu Santo.

Seguro que cada uno de los lectores que lean este artículo serán felices de maneras diferentes. Pero algo habrá en común que casi todos compartimos para ser felices o al menos tener momentos de felicidad.

La clave están en cuatro palabras que son, desde mi punto de vista, los elementos comunes, los ejes básicos de un estado de ánimo feliz: Hacer, Amar, Esperar y Disfrutar.

1. Tener algo que hacer: ilusiones, sueños e inquietudes e intentar llevarlos a cabo. Sobre todo haciendo lo que más nos gusta, y si no puede ser, hacerlo en los ratos libres. Y siendo apasionado en ello. El no tener nada que hacer nos lleva al aburrimiento, al aislamiento, a veces a la tristeza y a la depresión. En las personas mayores el tener “algo que hacer” es fundamental para un envejecimiento saludable.

2. Tener alguien a quien amar: el afecto a nuestra familia, amigos, animales y la naturaleza en general.
 
3. Tener algo que esperar: el deseo que se cumpla nuestras metas, las ilusiones y la inquietudes pero teniendo los pies en el suelo. Viviendo el presente, sin obsesionando por el futuro.
 
4. Tener la convicción de disfrutar: tan importante como la meta es el camino recorrido. De este modo aunque no consigamos lo deseado, no será un fracaso porque hemos disfrutado del viaje y hemos aprendidos seguro algo nuevo.

Optimismo y felicidad

La medicina, la psiquiatría y la psicología tradicionalmente se han ocupados de estudiar aspectos negativos y patológicos del ser humano como son la depresión, la ansiedad, el estrés, y un largo etc. Y se ha dejado de lado capacidades o aspectos como el optimismo, la felicidad, la creatividad, el humor, la inteligencia emocional, la resilencia, la autoestima, etc.

EL enfoque capaz de crear salud fue realmente impulsado por Martin Seliman de la Universidad de Pennsyvalnia padre de la Psicología positiva que es una rama de la psicología que estudia las bases científicas del bienestar psicológico y felicidad así como de las fortalezas y otras capacidades mentales.

Ya Aristóteles escribió sobre la felicidad (eudaimonia), y en psicólogos humanistas como Abraham Maslow o Carl Rogers también encontramos antecedentes como la capacidad autorrealizadora del ser humano. La psicología positiva estudia distintos aspectos del ser humano, por un lado emociones: la alegría, la felicidad o el amor; por otro, fortalezas como el optimismo, la sabiduría, la creatividad, la gratitud o la resilencia.

El optimismo tiene que ver con la esperanza, se define como una actitud que nos dice que las cosas irán bien, que alcanzaremos nuestras expectativas, en definitiva que llegaremos a la meta propuesta a pesar de las adversidades y sinsabores de la vida.

La felicidad es un estado de ánimo que nos indica que hemos alcanzado una meta deseada, es decir, nos sentimos felices, contentos, alegres y nos sentimos nuevamente preparados para conquistar nuevas metas. Sería como una dimensión interna que se retroaliemnta con lo conseguido y nos prepara para seguir adelante.

Los estudios sobre que las personas optimistas y felices tienen mejor salud son numerosos. Ya el gran Rey Salomón en uno de sus escritos bíblicos afirma “: “Un corazón gozoso tiene buen efecto en el semblante, pero a causa del dolor del corazón hay un espíritu herido” (Proverbios 15:13).
 
Los niños cuyos padres son optimistas serán más felices y se sienten mejor y responderán mejor ante adversidades, así lo demuestra un estudio realizado por las Universidades de Jacksonville y Davis. Que además afirma que el factor que determina si un niño tiene o no esta actitud positiva es si sus padres la tienen.

Muchas investigaciones demuestran que la depresión, la ansiedad y el estrés inciden sobre el corazón muy negativamente y sobre la salud en general. Pero que ocurre si somos felices y optimista pues que nos protege muy positivamente en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Así, lo demuestra una investigación en la universidad de Harvard que afirma que las personas optimista tienen un 50% menos de padecer enfermedades cardiovascuales.

Un estudio de la Universidad de Michigan, publicado en 2011 en la revista Stroke, concluía que el optimismo puede desempeñar un papel importante en la protección contra el accidente cerebrovascular o ictus en los adultos mayores.

Los trabajadores con mayor inteligencia emocional tienen una dedicación y satisfacción laboral superior a la de sus compañeros, según un estudio difundido por la Universidad de Haifa, en el norte de Israel. El autor de la investigación, Galit Meisler, dijo que "los empleados con mayores niveles de inteligencia emocional tienen una menor tendencia a emplear formas enérgicas y agresivas de persuasión, e intentan persuadir a sus supervisores con tácticas de influencia más delicadas".

Las mujeres emocionalmente inteligentes disfrutan más del sexo, según una investigación del King's College de Londres que publicó el "Journal of Sexual Medicine". "La inteligencia emocional parece tener una incidencia directa en el funcionamiento sexual de las mujeres, al influir en su capacidad para comunicar sus expectativas y deseos sexuales a su pareja", explicó la psiquiatra Andrea Burri, directora de la investigación.

Pero se nace optimista y feliz o se puede aprender, pues como siempre hay algo de genético y una enorme influencia del ambiente. O sea, podemos aprender a ser optimistas y felices, primero porque es más una condición que esta en nosotros y no fuera, y segundo porque lo conseguido aumenta nuestra felicidad y optimismo.

El ser humano dispone de herramientas que con estrategias adecuadas nos hará alegres, felices y optimistas a pesar de saber que no siempre las cosas salen bien. Esta actitud positiva beneficia notablemente nuestra salud, y algo muy importante la de las personas con las que convivimos en el trabajo, con los amigos y con la familia.

Así, para potencial nuestras fortalezas positivas podemos empezar por: este decálogo:
  1. El dar las gracias por el simple hecho de estar vivo, y lo más importante que podemos compartir con los demás este hecho.
  2. Tenemos la capacidad de aprender, es decir adquirir conocimientos y utilizarlos para mejorar, aprendiendo de nuestros errores, o dicho de otro modo podemos desaprender.
  3. Tenemos una enorme capacidad de espera pero utilicémosla positivamente, “esperanza” de que algo bueno va ocurrir. Es más tenemos la capacidad de fe, de certeza de que ocurrirá.
  4. Tenemos la capacidad de mejorar nuestro lenguaje. La palabra tiene un potencial intrínseco que debemos utilizar. Para ello debemos comenzar eliminando de nuestro vocabulario palabras como “nunca”, “no puedo”, “es demasiado”.
  5. Para ser optimista hay que ser perseverante y tener confianza en nosotros mismo, fomentemos la autoconfianza. Sabiendo que podemos superar cualquier desafío.
  6. Aprender a decir no cuando tenemos que decirlo, y desterrar las quejas y los reproches también nos ayudarán a sentirnos más seguros.
  7. Tenemos la capacidad cognitiva de valorarnos a nosotros y a los demás, hagámoslos objetivamente; así aumentaremos el autoconcepto y la autoestisma.
  8. Confiemos en nuestra resiliencia, autocntrol y proactividad que son nuestras capacidades encargadas de crear las condiciones favorables para resolver situaciones adversas.
  9. Utilicemos una comunicación asertiva y empatía. Con ello mejoraremos nuestras relaciones interpersonales y nos sentiremos más felices.
  10. Deberemos tener cuidados con las personas que perturban nuestro bienestar y nos aportan infelicidad.
Y, si las relaciones interpersoanles son tóxicas debemos huir de ellas, apostando siempre por relaciones saludables e inteligentes.
 
Fuente:
Goleman, Daniel (1995). Inteligencia Emocional.
David Jiménez Matthieu Ricard, declarado el hombre más feliz del mundo., Magazine El Mundo, Domingo, 22/4/2007
Sociedad Española de Psicología Positiva
Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pennsylvania

miércoles, 2 de mayo de 2012

Impacto en el cuidador de la enfermedad de Alzheimer

Cuidar de una persona con la Enfermedad de Alzheimer no es una tarea fácil. Es muy importante comprender la enfermedad y sus efectos en la conducta de la persona. El comportamiento de una persona que tiene demencia, evidentemente, no es el mismo que el de una persona sana, por eso, incluso cuando nos parezca que actúa sin sentido, tenemos que pensar y actuar que para esa persona sí que tiene sentido. Así, si dobla constantemente cualquier trapo o servilleta, posiblemente fuera una persona muy ordenada y pulida con la ropa, o su profesión tenia que ver con la lencería; si pone los cubiertos y los platos en el lavabo igual quería colocarlo en el fregadero para ayudar.

La EA no solamente afecta a la persona que lo padece sino a toda la familia y su entorno. La familia es una estructura en la que se distinguen tres sistemas; el conyugal, el matrimonio o pareja; el parental formados por los abuelos; y, el filial, integrado por los hijos. Antes, y hoy aun en mucho países, estos tres sistemas formaban la llamada familia extensa, con un gran número de miembros viviendo en una misma casa que se ayudaban unos a otros. Desde hace ya años y en los países más desarrollado económicamente, la familia se ha hecho nuclear, con pocos miembros y, a veces monoparetal, en que los sistemas que la componen suelen vivir separados.

Para algunos cuidadores la familia es la mayor fuente de ayuda, para otros es la mayor fuente de angustia. Dentro de lo posible, es importante aceptar ayuda de otros miembros de la familia, y no llevar la carga uno solo. Si se siente angustiado porque su familia no está ayudando y hasta pueden llegar a criticarlo, porque desconocen la enfermedad de Alzheimer, puede ser útil convocar a una reunión familiar para hablar del cuidado de la persona.

La peor carga la lleva el cuidador familiar. El estrés personal y emocional de cuidar a una persona con EA es enorme y hay que plantearse planificar el manejo de la enfermedad en el futuro.

El cuidador primario, principal o familiar es un cuidador informal, es decir, no profesional y en principio
carece de los conocimientos, tantos teóricos como prácticos, para cuidar adecuadamente a su familiar. En este sentido, si el cuidador no tiene la preparación que necesita, debe recibir asesoramiento de los profesionales de salud, principalmente de los especialistas que tratan con demencias, enfermedades neurodegenerativas y otras. El cuidador se tendrá que enfrentar a:

  • A trastornos cognitivos que llevarán a su familiar enfermo a estar cada vez más “ausente”.
  • A cambios progresivos e inesperados en la conducta del paciente.
  • A un gran deterioro físico y funcional de su familiar con dependencia total.
  • A resolver asuntos, familiares, conyugales, laborales, económicos y legales.
En definitiva a estar constantemente tomando decisiones.

Aunque el familiar cuidador puede y tiene el derecho de equivocarse e intenta hacer y atender lo mejor posible a su ser querido, no siempre lo consigue. Y aquí si que es importante resaltar que no se debe aprender a bases de “experimentar” con el enfermo o recibir informaciones que puede servir para un paciente pero no para otro. En este sentido, los especialistas, los equipos de enfermería y los cuidares profesionales son de gran ayuda. Los mismos que asociaciones y grupos de profesiones y cuidadores.

A. Emociones que puede sentir el cuidado familiar
Cuando se cuida a una persona con Alzheimer, tendrá muchas emociones y sentimientos encontrados. En un mismo día, puede sentirse contento, enfadado, enojado, soledad, frustrado, culpable, feliz, triste, pena, desesperanzado, cariñoso, avergonzado, temeroso, resentido, esperanzado, desamparado, etc.

Son muchas las emociones negativas que pude sufrir el cuidador familiar:

1. Negación. A veces el cuidador niega la enfermedad y sobre todo sus consecuencia en la persona que ha sido diagnosticada.

2. Soledad. Muchos cuidadores terminan apartándose de la sociedad produciéndose un verdadero aislamiento social, limitándose a estar con la persona enferma en casa. Ser un cuidador puede resultarle solitario, puede haber perdido la relación con la persona y haber perdido otros contactos sociales debido a las exigencias de su tarea. La soledad dificulta el sobrellevar los problemas. Es importante mantener las amistades y contactos sociales.

4. Pena. Esta es una respuesta natural para alguien que haya experimentado una pérdida. Por causa de la EA puede sentir que ha perdido un compañero, un amigo, o uno de los padres y muy a menudo lamentarse por lo que fue esa persona. Justo cuando usted se adapta, la persona vuelve a cambiar de nuevo. Puede ser devastador cuando la persona no lo reconoce más. Muchos cuidadores han encontrado que la integración en grupos de autoayuda de Alzheimer es la mejor manera de poder continuar.

5. Culpa. Es muy común sentirse culpable por sentirse incómodo por el comportamiento de la persona, por enojarse con ella, o por sentir que ya no puede continuar y está pensando en un internamiento. Puede ser útil hablar con otros cuidadores y amigos sobre estos sentimientos.

6. Vergüenza. Usted puede sentir vergüenza cuando la persona tiene un comportamiento inapropiado en público. Su incomodidad puede desaparecer cuando comparta sus sentimientos con otros cuidadores que están pasando por las mismas situaciones. También ayuda el dar explicaciones sobre la enfermedad a amigos y vecinos para que puedan comprender mejor los comportamientos de la persona.

8. Tristeza. La tristeza es una emoción básica del ser humano. Es la expresión del dolor afectivo mediante el llanto, el rostro abatido, la falta de apetito, etc. A menudo nos sentimos tristes cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas o cuando las circunstancias de la vida son dolorosas.

B. Trastornos y problemas de salud en el cuidador
Los cuidadores familiares de enfermos de Alzheimer pueden presentar trastornos físicos, psicológicos y conductuales, según varios estudios con muy alta incidencia en algunos de ellos.

1. Trastornos físicos

  • Dolores articulares y musculares.
  • Patologías cardiovasculares
  • Trastornos gastrointestinales
  • Trastornos del sistema inmunológico
  • Trastornos respiratorios
La conducta del cuidador suele ser que acude poco al médico y en general presta poca atención a su propia salud, con un estilo de vida poco saludable: duerme poco, se automedica, etc.

2. Trastornos psicológicos y conductuales 

 
La enfermedad de Alzheimer y otras demencias tienen un enorme impacto en la salud mental del cuidador principal familiar, con una incidencia alta, así lo demuestras números estudios. 

Problemas emocionales y afectivos:

  • Ansiedad: nerviosismo, angustia, estrés.
  • Depresión: pesimismo, tristeza, apatía. Que disminuye su capacidad para enfrentar los problemas.
  • Ideas obsesivas, paranoides y hasta suicidas.
3. Trastornos psicosomáticos y cognitivos
  • Dolores de cabeza y otros, anorexia, temblor, sudoraciones, alergias, etc.
  • Insomnio: causado por una lista interminable de preocupaciones.
  • Fatiga y cansancio. Que hace prácticamente imposible completar las tareas diarias.
  • Problema de memoria, atención y concentración.
4. Conductas y hábitos negativos
  • Abandono o falta de atención a otros familiares, relación conyugal, hijos.
  • Abandono o menor atención personal: alimentación, peluquería, vestimenta, ejercicio.
  • Abandono o falta de interés de actividades laborales y económicas.
  • Aumento café, tabaco, alcohol.
  • Aumento de fármacos: analgésicos, ansiolíticos, inductores del sueño.
5. Alteraciones en la personalidad
  • Sentimientos de sentirse desbordados: por estar todo el díacentrado en el enfermo, excesiva implicación, etc.
  • Hostilidad: irritabilidad con sentimientos hacia el enfermo u otras personas.
  • Actos rutinarios y repetitivos: dedicación a la limpieza, a la ropa, etc.
C. Estrategias para afrontar el estrés emocional y los trastornos de salud del cuidador.

Para que un cuidador familiar pueda cuidar lo mejor posible a su familiar enfermo y haciéndolo de manera que el impacto sobre su salud sea el mínimo tiene que recibir información, cuidarse en todas sus dimensiones y planificar su futuro.

Pero puede ocurrir que el cuidador entre en lo que se conoce como síndrome del cuidador quemado (burn-out) que se puede definir como un enorme agotamiento físico y emocional que sufre quien cuida de manera intensiva a enfermos como los que padecen demencias. Pero se puede establecer estrategias para afrontar las consecuencias del proceso del cuidar.

Estrategias de información y asesoramiento

1. Sea realista. Es importante que, a pesar de lo difícil que puede ser, sea realista sobre la enfermedad y sus efectos. Antes que nada tiene que admitir que la persona con Alzheimer no va a mejorar, todo lo contrario, aunque parezca que está el estado del paciente es estacionario, la enfermedad sigue su curso.

2. Comprender la Enfermedad.  Busque asesoramiento. Tiene que comprender qué es la Enfermedad de Alzheimer y saber explicar cuáles son sus consecuencias al resto de su familia y amigos. Explíquele todo lo que haya aprendido sobre la enfermedad. Con estos conocimiento, adquirido se sentirá más cómodo y dominará mejor la situación como familiar y cuidador.

3. La atención primaria (AP) base de la información y atención. En los países que hay un buen sistema de salud, la AP es básica en el inicio del diagnóstico, seguimiento de la enfermedad e información y asesoramiento al cuidador familiar. Su médico, enfermera, asistente social, auxiliares y otros profesionales pueden aconsejarle que hacer conforme la enfermedad va progresando y van pareciendo los cambios cognitivos y de conductas en el enfermo de Alzheimer.

4. Asociaciones y fundaciones. Estas entidades principalmente las de familiares de personas con enfermedad de Alzheimer son una fuente extraordinaria de recursos y de información, y lo más importantes proporcionan conocimientos en base a los avances de la ciencia y de esta enfermedad en particular. Así que todo cuidador familiar debe tener también como referencia a estas instituciones, su labor divulgativa, de asesoramiento y asistencial muchas de ellas es muy importante. Me recomendación es que, si tiene un familiar con alzheimer y eres el cuidador principal, no dude en hacer socio.

5. El grupo de autoayuda. Los grupos de apoyo mutuo son una buena fuente de información y ayuda. Además de ser una buena terapia grupal gestionando mejor las emociones y donde los cuidadores comparten sus problemas y soluciones.

Estrategias de afrontamiento emocional

1. Acepte sus sentimientos. Ya hemos dicho que cuando se cuida a una persona con Alzheimer, aparecen muchos sentimientos encontrados. Todas estas emociones tiene que ser aceptadas y aprender a gestión, los grupos de autoayuda son un buen recurso. Cuando la tristeza, la desesperanza y el desamparo se han instalado hay que buscar ayuda médica y/o psicológica de inmediato pues estamos ante un estado de ánimo depresivo.

2. Comparta sus sentimientos. Es bueno compartir las emociones y sentimientos con familiares, amigos o con miembros de grupos de apoyo mutuo.

3. Comparta sus problemas. Es necesario que comparta con familiares, amigos, otros cuidadores y profesionales sus emociones y experiencias como cuidador. Esto le ayudará a su estabilidad emocional y a cuidar de manera más eficaz.

4. No se culpe. La situación que vive como cuidador familiar es producto de la EA que padece su familiar, así que no se culpe ni culpe a su familia. No se culpe ni haga lo mismo con la persona con la EA por los problemas que atraviesa.

5. Busque cosas positivas. Busque el lado positivo de la situación y en los momentos felices vividos y los que aún pueden vivir juntos. El paciente se irá deteriorando y empeorando en su estado general, mental y funcionalmente pero siempre hay momentos para el humor. Ver un programa de televisión juntos, ver fotos de acontecimientos importantes, etc. No olvide que hasta siempre existe, hasta en la fase más avanzada de la enfermedad, la comunicación afectiva. En este sentido, acariciarle la mano al enfermo pude producir una sonrisa, etc.

Estrategias de autocuidados y atención

1. Cuide de sí mismo. Tiene que cuidar su propia salud, con una alimentación adecuada en calidad y cualidad, visite al médico con regularidad. Una buena salud le ayudará a afrontar el estrés y seguir cuidando a su familiar.

2. Dedíquese tiempo. Hay que seguir haciendo las cosas que eran importantes para el cuidador y sobre todo tiene que tener tiempo recreativo, cultural, de ocio, etc. Naturalmente para esto se necesita tiempo, lo que se llama un Respiro. Los programas de respiro pueden ser:

  • Informales, prestados por otros familiares o amigos, en este caso tendrá el cuidador principal que formar e informar a su sustituto de todas las actividades que requieren el enfermo.
  • Formales, prestados por un cuidador profesional (atención domiciliaria) o trasladando al paciente a un centro de día.
3. Aceptar ayuda. Acepte ayuda de sus familiares y amigos. A veces no saben como pueden ayudar. Lo primero es pedirlo y lo segundo es darle confianza e informarlo adecuadamente.

D. Algunos derechos de los cuidadores

  1. Tiene derecho a recibir información para buscar soluciones para el familiar enfermo y sus necesidades.
  2. Tiene derecho a tener un tiempo libre real. Dedicando tiempo a actividades propias, sin sentimientos de culpa.
  3. Tiene derecho a cometer errores, y ser disculpados por ello.
  4. Tiene derecho a mantener contacto social con familiares y amigos.
  5. Tiene derecho a cansarse de cuidar y desear no seguir haciéndolo.
  6. Tiene derecho a expresar sus sentimientos y buscar a alguien que le apoye.
  7. Tiene derecho a ser tratado con respeto por aquellos a los solicita ayuda.
  8. Tiene derecho a enfadarse y sentir emociones negativas.
  9. Tiene derecho a ser considerados como miembros valiosos por la familia y sociedad.
  10. Tiene derecho a decir no ante demanda excesiva, inadecuada o poco realista.
  11. Tiene derecho a planificar su futuro y seguir su propia vida.
  12. Tiene derecho a ser atendido en la pérdida del familiar y en el proceso de duelo.
Referencias:
  1. Alzheimer´s Disease International: Hoja Informativa 3, Abril 1999.
  2. Bakker C, …. El uso de los cuidados formales e informales en la demencia de inicio temprano. Resultados del Estudio NeedYD Am J Geriatr Psiquiatría. 2012 04 de abril.
  3. APA. DSM-IV-TR: Diagnostic and Statistic Manual of Mental Disorders, Fourth Edition. Washington, D.C.: American Psychiatric Association, 2002.
  4. Fernández, L.: Geros. Temas de gerontología, 2012

lunes, 9 de abril de 2012

Alimentación de la persona con enfermedad de Alzheimer


Las alteraciones del comportamiento alimentario son muy frecuentes en la enfermedad de Alzheimer, y según diversos estudios alcanza el 60 % de los casos. Puede ocurrir que el apetito aumente o, también, que disminuya en las fases inicial y moderada de la enfermedad.


Conforme avanza la enfermedad la persona pierde peso, adelgaza y la modificación de su aspecto físico es evidente, sobre todo en la fase grave de la enfermedad de Alzheimer. En estas fases avanzadas hay una incapacidad para el manejo de los cubiertos (apraxia), no pueden manipular la comida adecuadamente y por otro lado apenas pueden masticar y tragar.


La pérdida de memoria y los problemas en el reconocimiento de objetos y lugares (agnosia) conlleva una alteración del comportamiento y en especial de la conducta alimentaria.



Así, en los trastornos del comportamiento alimentario a la persona con enfermedad de Alzheimer le puede ocurrir entre otras alteraciones las siguientes:
  • Que disminuya o pierda el interés por la comida.
  • Que tenga disminución o aumento del apetito.
  • Que pierda peso.
  • Que rechace algunos alimentos.
  • Que tenga reacciones catastróficas.
  • Prefiere los alimentos que siempre le han gustados.
  • Rechaza los alimentos que nunca ha comido.
En las etapas iniciales el propio acto de comer no suele presentar alteración ya que las capacidades práxicas y gnósicas se conservan (manejo y reconocimiento de objetos). Por el contrario, pueden aparecer problemas relacionados con la pérdida de memoria y falta de conciencia del paso del tiempo que pueden producir que la sensación de apetito sea percibida como si no se hubiera comido nada y desee comer varias veces. Incluso, algunos enfermos pueden comer a escondidas. Otros, pueden comer en exceso, con glotonería e incluso quitan los alimentos del platos de los demás. En la fase grave de la demencia, cuando ya sea instaurado el síndrome afásico-agnósico-apráxico (apenas habla, no reconece y no puede realizar prácticamente ninguna actividad) ya no encuentra los cubiertos y tampoco sabe usarlos. A veces, tiran la comida a la basura, sobre el plato de otra persona e incluso por la ventana.


Si hacemos un recorrido más exhaustivo del comportamiento de una persona enferma de Alzheimer con la alimentación, se va modificando con el tiempo, a medida que progresa la enfermedad. Los problemas más frecuentes, relacionados con la alimentación, en las diferentes fases de la enfermedad son:

Fase inicial:


Por lo general, los pacientes comen solos, pero la pérdida de memoria les hace olvidarse de la comida, de los horarios, etc. La falta de atención conlleva una pérdida de tomas de comidas.


Intervención. En este estadio de la enfermedad es muy importante fomentar su autonomía: pidiéndole su colaboración en la elección del menú, en la elaboración de la comida, en la preparación de la mesa, en la recogida y en el lavado de los platos. Al mismo tiempo que vamos conversando con el enfermo sobre la propia actividad que estamos realizando o cualquier otro tema que sepamos que le gusta.

Con estas actividades se retrasa la pérdida de las capacidades fásicas, gnósicas y práxicas.


Fase media:


Existe dependencia parcial, necesitando ayuda para comer y beber. En ocasiones es posible que aparezcan problemas para masticar y tragar.


Aparece una disminución de la percepción de los olores y sabores, que junto con una disminución de la salivación y sequedad de la boca, provoca en estos pacientes un rechazo a la comida.


No son capaces de manejar correctamente los cubiertos.


Si hay problemas visuales dificultan la identificación correcta de los alimentos.

Intervención. En esta fase la autonomía del enfermo disminuye, existe una dependencia parcial, necesita ayuda en el acto de comer, y por supuesto en la elaboración y preparación de la comida.

Si tiene dificultad en el manejo de cubiertos y si traga los alimentos sin mayor dificultad se le pueden preparar algunos que se coman con los dedos: patatas, trocitos de calamares y otros muchos.

Aparecen los problemas de masticación y deglución: hay que partir los alimentos en trozos muy pequeños y si es necesario triturarlo. Si presenta dificulta a la ingesta de líquido, es necesario experimentar con espesantes tipo gelatina.

La hiposalia (disminución de saliva) que tanto dificultad la deglución de los alimentos, se puede corregir dando algún producto ácido que favorecen la producción de saliva, caramelos de limón, pequeños cubitos (con un palito) de limonadas y refrescos que previamente hemos puesto en el congelador.

Se pude potenciar el color, sabor y olor de los alimentos con los condimentos adecuados, que sepamos que le gustan, pero estando seguro que no le van a producir alteraciones de ningún tipo.

Hay que prestar atención a la higiene de la boca, en caso de que lleve prótesis dentarias, estas deberán estar correctamente ajustadas.

En caso que lleve lentes deberán estar adecuadamente graduadas.


Fase grave:


La dependencia para que le alimenten es total.


Aparece dificultad para tragar tanto alimentos sólidos como líquidos con riesgo de atragantamiento, por lo que el enfermo rechaza la comida.


El aparato digestivo tiene alteraciones de peristaltismo con funciones enlentecidas y dificultades de evacuación por estreñimiento.
Intervención. El enfermo ha perdido la autonomía en todas las actividades de la vida diaria y también en el acto de comer y por tanto necesita ayuda. Los alimentos, generalmente, hay que triturarlos pero no se deben mezclar demasiadas texturas, ni sabores ni olores distintos.

Muchas veces, los problemas de deglución hace necesario que le sea colocada una sonda nasogástrica, aunque en este sentido debe prevalecer siempre la consideración ética previa de la persona enferma. Y en caso contrario se debe valorar adecuadamente la idoneidad de una sonda.


En esta etapa de la enfermedad, por lo general, existe el síndrome de inmovilidad, con todo lo que conlleva: contracturas, riesgo de úlceras por presión, infecciones de aparatos y sistemas, estreñimiento, etc.


Aquí la alimentación y nutrición adecuada desempeña un papel fundamental en la calidad de vida de la persona y debe cumplir una serie de condiciones para conseguir los siguientes objetivos:
  • Administrar una dieta con los nutrientes necesarios para cubrir todas sus necesidades nutricionales.
  • Un hidratación adecuada
  • Preparación de las comidas para evitar problemas de atragantamiento.
  • Fomentar su independencia, intentando que coma él sólo.
  • Evitar el estreñimiento.
Como cualquier persona, un enfermo de Alzheimer debe seguir una dieta saludable que cumple las siguientes características:


1. Completa, que contenga todos los grupos de alimentos que, en combinación, aporten todos los nutrientes necesarios.


2. Equilibrada, que incorpore cantidades apropiadas de alimentos, pero sin excesos.


3. Suficiente, que cubra las necesidades del organismo para permitir las funciones vitales y mantener el peso corporal en los límites aconsejables en adultos.


4. Variada, que proporcione los aportes necesarios de vitaminas y minerales, al incluir diferentes grupos de alimentos. Y,


5. Adecuada a las características del individuo y a sus circunstancias, como la edad, el sexo, la constitución corporal, la actividad física, los hábitos alimentarios, el lugar, la época del año y la historia clínica de cada persona.


Las personas de edad avanzada presentan una disminución de las necesidades energéticas, pero no de las necesidades proteicas y, precisamente los enfermos de Alzheimer, necesitan aumentar las necesidades tanto energéticas como proteicas. Se estima que un 50% de estos enfermos tienen malnutrición. Las proteínas deben constituir al menos una cuarta parte de los alimentos totales diarios. Si además existe otra patología (diabetes, colesterol, hipertensos,..) la dieta también se adaptará ella.

Algunas sugerencias para alimentar correctamente a una una persona con Alzheimer:
  • Como en cualquier persona, la alimentación, debe cumplir las funciones de nutrición, placer y relación.
  • Realizar comidas frecuentes, nutritivas y poco abundantes.
  • Preparar los platos que resalten cromáticamente y con buen olor.
  • Preparar algunos alimentos que se puedan comer con las manos.
  • La hidratación es fundamental, si existe problema de deglución a los líquidos, utilizar espesantes.
  • Combinar y variar todo lo posible los alimentos para evitar carencias nutricionales.
  • En caso de que sea necesario triturar los alimentos, no mezcla demasiadas texturas y, sobre todo olores y sabores.
  • Es positivo mantener los hábitos que tuviera anteriormente, que participe en comidas familiares (aniversarios, fiestas, restaurantes…).
  • Es fundamental que la persona con Alzheimer mantenga el sentido de comer en grupo. En caso que se distraiga demasiado, o tenga reacciones catastróficas, tirar la comida, mezclar los alimentos, es mejor que coma solo y presentar los alimentos uno a uno.
  • En caso en que lleve sonda, el cuidador informal debe está adecuadamente entrenado, observando una exquisita higiene, evitando obturaciones de la misma y úlceras en fosas nasales.
  • Hay medicamentos que pueden interaccionar con los alimentos, la información médica se hace imprescindible.
  • Mantener una buena higiene de la boca.
  • Si hay riesgo de que la persona enferma se lesione, utilizar utensilios de plástico u otro material parecido.
Para terminar, hoy sabemos, a ciencia cierta que una alimentación saludable previene y mantiene la salud, y actúa como prevención en la enfermedad de Alzheimer. También sabemos que los procesos de envejecimiento son paralelos a los demás procesos de nuestro ciclo vital, por lo que en este sentido para vivir un envejecimiento satisfactorio es necesario desarrollar un estilo de vida saludable y muy especialmente una alimentación saludable.

Referencias:
  1. Camina Martín, S. Barrera Ortega, L. Domínguez Rodríguez, C. Couceiro Muiño, B. de Mateo Silleras y Redondo del Río, M.P. Presencia de malnutrición y riesgo de malnutrición en ancianos institucionalizados con demencia en función del tipo y estadío evolutivo. Nutr. Hosp. vol. 27 nº2 Madrid mar.-abr. 2012.
  2. Aranceta Bartrina J: Alimentación normal. En: Rubio MA(ed): Manual de alimentación y nutrición en el anciano.Scien-tific Communication Management2002: 65-74. 
  3. Botella Trelis JJ, Ferrero López MI: Manejo de la disfagia enel anciano institucionalizado: situación actual.Nutr Hosp2002, XVII(3):168-174
  4. Ferrero López MI, Botella Trelis JJ: Alimentación y nutriciónen la enfermedad de Alzheimer.Nutr Hosp2000, 15:280-290. 
  5. Ruipérez Cantera I: ¿Se nutren bien las personas mayores?Med Clin2003, 120(5):175-6 
  6. Fundación Reina Sofía.(2011)  https://www.fundacionreinasofia.es/Lists/Documentacion/Attachments/13/Guia%20practica%20familiares%20de%20enfermos%20de%20Alzheimer_final.pdf

La disfagia

La disfagia es la dificultad para tragar adecuadamente sólidos o líquidos. Puede darse en una o varias etapas consecutivas cuando nos alimentamos o bebemos:

  • Dificultad a la hora de introducir alimento o líquido en la boca.
  • Dificultad a la hora de masticar o formar el bolo alimenticio.
  • Dificultad a la hora de empujar el bolo alimenticio o los líquidos hacia la faringe y tragar.
  • Dificultad a la hora de plasplazar el bolo alimenticio o los líquidos hacia el estómago

Son muchas la enfermedades y síndrome que provocan disfagia, los accidentes vasculocerebrales, los tumores en la garganta, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, las traqueotomías y otras pueden derivar en problemas que afectan a la lengua, los músculos de la garganta o el esófago.

La frecuencia de disfagia según algunos estudios es:

ACV (30%), Parkinson (60%), Alzheimer (80%), ancianos institucionalizados (>60%), ELA (60%)
y esclerosis múltiple (44%).

1. Causas fisiológicas:

  • Disminución secreción salival y tensión labial.
  • Disminución de la fuerza de la región orofacial y faríngea y de la fuerza de masticación.
  • Disminución de coordinación musc.linguales.
  • Alteraciones neuromusculares deglutorias.
  • Mala dentición, mal ajuste de la prótesis dental o escasa higiene oral.
2. Causas de la disfagia en el Alzheimer:
  • Agnosia táctil-oral a la comida.
  • Apraxia para comer y apraxia deglutoria.
  • Reducción de la movilidad lingual.
  • Disminución salivación y sequedad de boca.
  • Retraso en el disparo del reflejo deglutorio faríngeo.
  • Disminución de la percepción de olores y sabores.
  • Disfagia a líquidos y a sólidos progresiva.
Casi siempre la disfagia se manifiesta por atragantamientos, provocados por ciertos problemas para formar en la boca el bolo alimenticio o para que el bolo vaya desde la boca hasta el estómago.

En el adulto mayor también hay otras causas como:
  • Ausencia de dientes.
  • Mala adaptación de la dentadura postiza.
  • Las lesiones en la lengua o las encías.
3. Plan de cuidados para la disfagia

La disfagia puede provocar infecciones respiratorias, problemas nutricionales. Para evitarla o superarla debes seguir un plan de cuidados:
  • Modificar la consistencia de los alimentos,
  • Tomarlos en pequeñas cantidades.
  • Realizar ciertos ejercicios.
  • Nutrirte adecuadamente.
Algunos ejercicios para evitar o reducir la disfagia:
  • Sonríe exageradamente.
  • Junta los labios y échalos hacia adelante como para dar un beso.
  • Sostén el mando de una cuchara con los labios, presionándolo.
  • Saca y mete la lengua rápidamente de la boca.
  • Haz círculos con la lengua pasándola por los dientes, encías, paladar y por debajo de la lengua.
  • Pasa el dorso de la lengua por todo el paladar, desde adelante hacia atrás.
  • Haz como si masticases un trozo de pan o un chicle realizando los movimientos muy exageradamente.
Técnicas posturales:
  • Siempre que se pueda evitar comer en la cama.
  • Come sentado y una silla de respaldo corto para ayudar a que la espalda se incline hacia delante.
  • Cabeza flexionada hacia adelante con la barbilla hacia el pecho, dando la comida en esta posición.
  • Con barbilla hacia abajo desde que introduzcas el alimento en la boca hasta que acabe de tragar.
  • El cuidador deberá colocarse frente al enfermo, pero a una altura por debajo del asiento de su silla.
Si el paciente no abre la boca:
  • Dar órdenes cortas y claras como “abre la boca”.
  • Comunicarse con gestos imitando la apertura de la boca.
  • Tocar el labio inferior con la cuchara o hacer una pequeña presión en la barbilla para que abra la boca.
Si deja la comida en la boca, colocar la cuchara en medio de la lengua, haciendo una ligera presión hacia a abajo, mientras colocar la comida en la boca.

Da bueno resultado poner la cuchara en agua helada entre cucharada y cucharada, la sensación de frío ayuda a mejorar el reflejo de la deglución.

Higiene:
  • Realizar la higiene dental después de cada comida.
  • Si no se puede utilizar dentífrico, puedes usar una gasa impregnada de enjuague bucal.
  • Limpieza de dientes, encías, paladar y lengua. Realízala siempre de atrás hacia la punta de la lengua.
Con la higiene adecuada se evita infecciones respiratorias causadas por la saliva contaminada por bacterias que pueden crecer con los restos de la comida.

Referencias:
  • Inmserso (2011). Guía de nutrición de personas con disfagia. Madrid, España: https://www.imserso.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/600077_guia_nutricion_disfagia.pdf
  • Garmendia Merino .G;Gómez CandelaC; Ferrero López. I. Diagnóstico e intervención nutricional en la disfagia orofaringea: aspectos prácticos. Nestlé Nutrición. Barcelona: Ed Glosa, 2009 
  • Clavé Civit P, Garcia Peris P. Guía de Diagnostico y de tratamiento nutricional y rehabilitador de la disfagia orofaringea. Nestle Nutrición .Ed Glosa 2011.
  • Scottish intercollegiate guidelines network Management of patients with stroke: identification and management of dysphagia, a national clinical guideline. Edinburg 2010